En los viejos clasificados, el aviso podría redactarse con unas pocas líneas en cualquier receptoría de Clarín: “Boca busca técnico con experiencia. Contactarse con Juan Román Riquelme”. Si fuera un empleo común y corriente, la puerta de acceso a Brandsen 805 estaría colpsada con una fila que posiblemente rodeara la Bombonera. Sin embargo, el presidente atiende en el Centro de Entrenamientos de Ezeiza. Y ahí mismo, donde montó la base de operaciones del Consejo de Fútbol, ya tomó una decisión: quiere un entrenador que peine canas y que asuma, a más tardar, el próximo martes, día en el que el plantel volverá a las prácticas. Sin ir más lejos, todos los nombres que están en carpeta son señores que superan las seis décadas.
Román hubiera deseado que Carlos Bianchi, su padre futbolístico, estuviera en condiciones de volver a sentarse en el banco. Lo estima, claro, al punto de que pensó en el Virrey de 76 años para un cargo honorario y hasta podría invitarlo a viajar a Miami con el plantel que disputará el Mundial de Clubes. José Pekerman, otro de sus mentores desde los tiempos de juvenil, no se retiró, pero también está grande. Tiene 75.
En este contexto, aparece un podio fuerte: Gustavo Quinteros (60), Miguel Angel Russo (69) y Gerardo Martino (62). Trascendió un cuarto -y extravagante- candidato: Roberto Mancini (60). Desde Europa, el técnico italiano le aseguró a un amigo que hubo un sondeo. En Ezeiza, lo descartan. Y también, deslizan que de los tres con mayores posibilidades, el Tata corre de atrás.
A Riquelme no le gustó el desplante de la última vez, cuando se había generad0 un diálogo con el rosarino, que terminó declinando la chance de dirigir al equipo azul y oro. Manifestó una situación personal que le impedía dejar Rosario. Entonces, Román se la jugó con Jorge Almirón, quien dejó España para dirigir a Boca. Ya es historia antigua, por supuesto. Porque después llegaron Diego Martínez y Fernando Gago. A ninguno le fue bien a orillas del Riachuelo.
¿Es posible restablecer el contacto con Martino? En Boca mandan señales de que, por ahora, hay otra prioridades. Todo es hermético y sino basta recordar el caso de Gago, que les mintió en la cara a los periodistas mexicanos. Juró y perjuró que nadie lo había llamado cuando estaba preparando la mudanza hacia Buenos Aires.
Quinteros se muere por dirigir Boca. Eran el Plan B de Gabriel Milito, quien hizo correr la voz de que no aceptaría llamados de Riquelme, el primer nombre que se tiró en la mesa del Consejo de Fútbol. Es más, el técnico santafesino tiene a su hijo Gonzalo, socio e hincha xeneize, muy interesado en que el padre agarre el timón del club de sus amores. Justo ahora mismo, suena para reemplazar a Almirón en Colo Colo, donde ganó cuatro títulos entre 2021 y 2023. Instalado en Cafferata, espera algún indicio desde la Bombonera. Fue campeón con Vélez, tuvo un breve (y nada exitoso) paso por Gremio y está listo para volver al ruedo en Argentina.
La vuelta de Russo sería empezar de cero para Riquelme. Fue el primer técnico de la gestión que comenzó con Jorge Amor Ameal como presidente. Dirigió 64 partidos desde enero de 2020 hasta agosto de 2021 (29 victorias, 23 empates y 12 derrotas) con un 57,2% de efectividad y dos títulos.
Hoy es el técnico de San Lorenzo que está disputando el Torneo Apertura. Román analiza un regreso porque hay un buen diálogo entre ellos, mucho respeto y sabe que podría darse ese ida y vuelta que el presidente quiere para hablar de fútbol (y para condicionar decisiones). Hay un tema de salud que puede alejar al veterano estratega y, sobre todo, si tiene ganas de volver a un club que conoce bien, en el que fue campeón de la Libertadores con el mejor Riquelme que se recuerde en la cancha, pero siempre está abordado por el conflicto interno.
Lo mejor que tiene para ofrecer Román es el Mundial de Clubes. Para Russo sería un gran The Last Dance. Y para cualquiera de los otros candidatos, una gran oportunidad. Enfrentar al Benfica y Bayern Munich, además de Auckland City, le da espacio a las grandes luminarias. Y hasta se podrán incorporar jugadores porque la FIFA abrió una ventana para pases desde el 1° hasta el 10 de junio, nada menos.