Sentir un “vacío en el estómago” puede ser una incomodidad ligera, y pasajera, o un malestar bastante intenso. Es una percepción subjetiva, como si nos faltara algo en la parte superior del abdomen.
Puede sentirse casi en cualquier momento, pero es más frecuente al despertarse por la mañana o entre las comidas. Pero el vacío en el estómago también puede estar acompañado de dolor abdominal, náuseas, diarrea o estreñimiento.
Conviene aclarar que este vacío es diferente al ardor típico que produce la gastritis, la inflamación de la membrana interior del estómago.
Las causas del “vacío en el estómago” son muchas. Además de conocerlas, es muy conveniente saber cómo quitar esta sensación tan común como molesta.
Un artículo del sitio Mejor con Salud dice que la primera causa puede ser la más evidente: tener hambre. “Cuando pasamos un período prolongado sin comer, el estómago se vacía y los niveles de glucosa en sangre disminuyen. Ello desencadena una serie de señales fisiológicas y hormonales que pueden provocar la sensación de vacío”, explica.
A medida que los alimentos pasan al intestino delgado, el intestino se queda vacío de manera gradual. Al quedarse sin glucosa, el cuerpo libera sustancias que tratan de regular la situación. Una de ellas es la grelina que, desde el estómago, envía señales al cerebro para estimular el apetito.
Muchos adultos mayores con depresión tienen síntomas digestivos, como acidez y dispepsia, además de sensación de vacío. “La ansiedad y la depresión pueden desencadenar respuestas del sistema nervioso autónomo, responsable de regular funciones corporales involuntarias, como la digestión”, dice Mejor con Salud.
La ansiedad suele estar acompañada de estrés crónico y de tensión muscular en casi todo el cuerpo. Esta tensión afecta al abdomen y provoca síntomas como el descrito vacío en el estómago.
Si esta molestia permanece varias horas y está acompañada de otros síntomas podría indicar la presencia de gastritis, una inflamación de la mucosa del estómago que puede producirse, entre otras causas, por una infección bacteriana, el uso excesivo de analgésicos antiinflamatorios no esteroides, AINE, como ibuprofeno y naproxeno sódico.
La gastritis también afecta más a los “adultos mayores porque el revestimiento del estómago tiende a volverse más fino con la edad.
El riesgo de los adultos mayores también aumenta debido a la probabilidad más alta de tener una infección por Helicobacter pylori o trastornos autoinmunes”, dice la Clínica Mayo, de Estados Unidos.
Agrega que “el alcohol puede irritar y erosionar el revestimiento del estómago, lo que lo hace más vulnerable a los jugos digestivos. Es más probable que el consumo excesivo de alcohol cause gastritis aguda”.
Otro tipo de gastritis es la autoinmune y ocurre cuando el cuerpo ataca las células del revestimiento del estómago. “La gastritis autoinmune es más común en personas con otros trastornos del sistema inmunitario, como la enfermedad de Hashimoto y la diabetes tipo 1”, informa la Clínica Mayo.
De no ser tratada, la gastritis puede causar úlceras y sangrados estomacales. En raras ocasiones, algunos tipos de gastritis crónica pueden aumentar el riesgo de tener cáncer de estómago.
El sitio Mejor con Salud recomienda, si la sensación es esporádica y pasajera, hacer cambios en el estilo de vida para acotarla. Por ejemplo, “en lugar de grandes comidas, tratar de ingerir porciones más pequeñas con mayor frecuencia a lo largo del día, para mantener al estómago ocupado”.
Además, comer algo ligero y fácil de digerir, como una fruta, un yogur o una rebanada de pan integral. O, simplemente, descansar para relajarse y reducir la ansiedad y el estrés.