Enrique Bunbury lleva 40 años liderando la escena del rock español, periódicamente cambiando el sonido, desconcertando a los viejos fans y conquistando nuevos seguidores. Armó y desarmó Héroes del Silencio, hizo una reunión 11 años después para hacer solo 10 recitales, para luego volver a separarse, y desde 1997 tiene una carrera como solista.
En 2022 anunció su retiro de las giras mundiales por problemas de salud, pero unos meses después descubrió qué había tenido una reacción a una sustancia química contenida en el humo utilizado en los conciertos. Por eso, se animó a volver a los escenarios con actuaciones que lo incluso lo trajeron a la Argentina en diciembre de 2023.

Ahora volverá a tocar en Buenos Aires, pero una vez más hizo una apuesta arriesgada: reunió a su banda del período 1999-2005, conocida como El Huracán Ambulante, cuyos integrantes en algunos casos habían dejado de hacer música. Aquí se presentará el 27 de septiembre en el estadio Ferro.
Una apuesta difícil
Después del rock enérgico y oscuro de Héroes del Silencio, Bunbury exploró géneros como el bolero, la cumbia, la ranchera, el jazz y la música árabe y latina. Con respecto a este regreso de El Huracán Ambulante, dijo:
“Todo surgió porque estuve revisando una serie de boxes o cajas conmemorativas de Pequeño, Flamingos y El viaje a ninguna parte, que justamente son los discos que hice con El Huracán, ya que se iban cumpliendo 20 años de cada uno de ellos. Ahí noté que en este año 2025 se iban a cumplir 20 años de la disolución del grupo y pensé que podría ser interesante reunirnos. ¿Pero dónde están ahora? Porque 20 años parece que no es nada, pero es mucho tiempo y cada uno de ellos ha estado por su lado. Pensé en una gira conmemorativa y tocar las canciones nuevas”.

-¿En qué estado los encontraste, hubo que convencerlos o saltaron felices ante la idea del reencuentro?
-No todos saltaron felices, eh, La verdad es que la vida a veces es una apisonadora y no todos están en el mejor estado. A alguno le pilló totalmente desprevenido, pero sí que la ilusión estaba ahí. Por otro lado estaba el riesgo de estar a la altura de lo que hicimos en aquel momento y si volverá la misma química, si vamos a funcionar como banda y si va a tener sentido. Pero en unas cuantas conversaciones todo el mundo estaba a bordo y muy ilusionado. Yo mismo estoy ahora muy emocionado de la posibilidad de juntarme con todos ellos y subirme a un escenario y cantar todas estas canciones.
-¿Cómo fue el encuentro original con ellos, hace más de dos décadas atrás?
-Yo hice un disco previo que se llamaba Radical Sonora, que no tenía absolutamente nada que ver con lo que fue el germen de El Huracán Ambulante. Pero cuando empecé a componer las canciones de lo que iba a ser Pequeño, empecé a interesarme con unos arreglos de metales y recluté nuevos músicos. Ahí se formó el núcleo de El Huracán Ambulante, donde cada uno venía de un lugar totalmente distinto, desde un bajista mexicano que cayó en Zaragoza hasta los dos Javis que venían de tocar jazz y swing. Nos juntamos una banda que no tenía absolutamente nada que ver el uno con el otro, y todas esas influencias aparecen luego en la música que quiero hacer.
El nuevo disco
El último álbum de Bunbury se llama Cuentas pendientes y ahí tocan Rafa Domínguez en la guitarra, Del Morán en el bajo, Copi Corellano en los teclados, Ramón Gacías en la batería, Ana Belén Estaje en el violín, Luis Miguel Romero en la percusión, Javier Íñigo en la trompeta y Javier García-Vega en el trombón y la guitarra española.

Al momento de la charla, faltaban unos pocos días para el lanzamiento del disco y el músico español se preguntaba cuál sería la recepción del público. Y razonaba: “Soy muy consciente de que a lo largo de de mi carrera discográfica hay tres grupos de discos: los que son más propiamente discos de rock, los que son más cercanos a lo latino y a la música de raíz popular, y los discos que miran más a lo contemporáneo ya las posibilidades de la tecnología”.
Y agregó: “Dentro de de esos discos he conseguido distintos públicos que se han acercado a mí en distintos momentos e incluso ha habido alguno que me ha seguido a lo largo de toda mi carrera. Pero soy muy consciente que hay gente que le gusta más la parte rockera y menos la parte más electrónica o lo latino. Este disco está dentro de mi acercamiento a lo latino y es el más ortodoxo de todos, así que puede ser que haya gente que sienta cierto rechazo al principio o incluso al final. Pero bueno, yo acepto la derrota del indio”.

-Más que aceptar la derrota, te animás al desafío y no te importa el que dirán.
-Sí, es una forma más correcta de decirlo. En cierto modo, está en mi sentir. Esto es lo que me apetecía hacer. Me gusta hacer discos distintos, discos que supongan un aprendizaje para mí. Y lo que me gusta es el camino que me lleva a conseguir este álbum. Es armónicamente más ambicioso y a nivel arreglos fue enfrentarme a una serie de músicos que saben mucho más que yo.
-Con respecto a las giras, ¿cuando estás en una de tus tres facetas buscás no mezclar las cosas y no “contaminarlas”?
-Haga lo que haga, soy un chico de rock. Lo digo más bien con modestia, porque en el rock somos más caraduras y tenemos la desfachatez de subirnos a un escenario sin saber tocar bien la guitarra. La actitud en el rock and roll es una parte primordial. Entonces me he atrevido con cosas que en el fondo no estoy preparado, pero lo suplo con mucha actitud.

-Para terminar: así como preparar estas reediciones y te dio nostalgia para juntar al Huracán, ¿creés que vas a juntar a Héroes del Silencio cuando revises ese material?
-Desgraciadamente no tengo nada que ver con las revisiones de Héroes del Silencio. Está fuera de mi alcance, pero cada vez que saco un disco me preguntan si hay alguna posibilidad de que el grupo se junte. La verdad es que las posibilidades no dependen exclusivamente de mí, porque éramos cuatro y cada uno tiene una vida. No sé si existirá esa posibilidad en el futuro. Tampoco sé qué tendría que ocurrir para que suceda, ¿pero quién sabe?