Con 18 títulos individuales de Grand Slam y 31 en dobles femeninos lo respaldan, la tenista Martina Navratilova quedó catalogada como una de las grandes estrellas del tenis y una de las figuras que revolucionó ese deporte.
Como resume una nota del sitio especializado Mundo Deportivo, su estilo de juego agresivo y versátil, combinado con su habilidad para impactar en diversas superficies, la convirtió en una fuerza dominante en ese deporte durante los años 80.
Otra de sus características es que contaba con una mentalidad ganadora y competitiva y presentaba en la cancha una actitud feroz.
Además, jugó durante más de tres décadas en el circuito de máxima exigencia. Un ítem que también marca su habilidad superlativa. A tal punto es su genialidad que en 2006, a sus 49 años, ganó su último título de Grand Slam en dobles mixtos.
Pero Navratilova no solo fue una excelente deportista. Fuera de la cancha, tal como destaca el recorrido de su vida publicado en su página web personal, siempre se destacó por su audacia, integridad y coherencia en sus convicciones.
Uno de sus hitos es que es una de las primeras figuras deportivas que declaró abiertamente su elección homosexual. En 1981, cuando los prejuicios y la discriminación sexual era mucho más fuerte, contó sin vueltas que es lesbiana.
La consecuencia directa fue la pérdida de millones de dólares en sponsors y publicidad. Aunque, la contracara feliz es que desde ese momento recibido numerosos premios de muchas de las organizaciones más influyentes de la comunidad LGBTQ+. Un ejemplo: en 2002 fue galardonada con un premio por la asociación Human Rights Campaign –Campaña por los Derechos Humanos– en reconocimiento a su labor y contribución en la lucha por los derechos de la diversidad de género y por la igualdad.
Navratilova, al mismo tiempo, atravesó momentos de salud muy duros.
En 2010, fue diagnosticada con un cáncer de mama no invasivo. Seis meses más tarde y después de concluir su tratamiento, declaró con mucha felicidad en los medios que estaba libre de células malignas.
Hace dos años tuvo que enfrentar el mismo diagnóstico. Esta vez con un tumor en la garganta y una reincidencia de su anterior diagnóstico. Esta vez, por fortuna, la recuperación también fue excelente.
Su fuerza interior seguramente habrán sido buenos pilares para enfrentar estos momentos.
Hoy Navratilova vive un presente luminoso. Su gran cambio: el año pasado junto a su pareja -la ex modelo y Miss URSS Julia Lemigova, de 52 años- adoptaron dos niños pequeños.
Hace tiempo sentían con fuerza ese deseo. Pero la situación de salud de Martina, las llevó a posponer los planes.
“Estamos muy contentas. Nos sentimos en la luna y somos conscientes tanto de los retos como de las recompensas”, dijo la súper tenista a la revista Hola.