La retención de líquidos, también conocida como edema, ocurre cuando el cuerpo acumula agua en exceso en los tejidos. Esta condición puede afectar las manos, piernas, tobillos, abdomen o rostro. Provoca hinchazón, sensación de pesadez y malestar general, especialmente al final del día.
Diversos factores influyen en su aparición. Los cambios hormonales, una alimentación alta en sodio, la falta de actividad física y el calor excesivo pueden empeorar la situación. También existen causas médicas más complejas, como problemas renales, hepáticos o circulatorios, que requieren supervisión profesional.
Según la Cleveland Clinic y la Mayo Clinic, adoptar ciertos hábitos diarios mejora la circulación, reduce la inflamación y ayuda a eliminar el exceso de líquidos. Una rutina saludable previene molestias y mejora el bienestar general sin necesidad de recurrir a medicamentos.
El sodio en exceso favorece la retención de agua. Al aumentar su concentración en el cuerpo, los riñones retienen líquidos para equilibrar los niveles. Por eso, conviene evitar productos ultraprocesados, caldos comerciales, embutidos y snacks salados.
El azúcar también influye, ya que eleva los niveles de insulina y eso dificulta la eliminación de sodio. Elegí frutas frescas en lugar de postres industriales y evitá las bebidas azucaradas. Según la Harvard T.H. Chan School of Public Health, una dieta baja en sal y azúcares mejora la salud cardiovascular y evita la hinchazón.
Incorporá alimentos ricos en potasio, como bananas, espinaca y palta. Este mineral favorece la eliminación de líquidos al estimular la función renal.
La inactividad prolongada agrava la retención. Estar muchas horas sentado o de pie sin moverse dificulta el retorno venoso y acumula líquidos en las extremidades inferiores. Realizá pausas activas, caminá unos minutos o hacé movimientos circulares con los pies si trabajás frente a una pantalla.
El ejercicio regular mejora la circulación, estimula el sistema linfático y favorece la eliminación de toxinas. Actividades como caminar, nadar o andar en bicicleta activan los músculos sin sobrecargar las articulaciones. Según el National Health Service (NHS) del Reino Unido, el movimiento diario reduce el riesgo de edemas y mejora la calidad del sueño.
Elevá las piernas al descansar y evitá cruzarlas por mucho tiempo. Estas medidas simples alivian la presión en las venas y reducen la hinchazón.
Beber suficiente agua todos los días ayuda al cuerpo a eliminar toxinas y equilibrar los líquidos. Cuando el organismo detecta deshidratación, retiene agua como mecanismo de defensa. Por eso, mantenerse hidratado favorece la función renal y evita el edema.
Dormir bien también influye. El descanso regula las hormonas que controlan la retención de líquidos y reduce el estrés, otro factor que desequilibra el sistema. Procurá dormir entre siete y ocho horas diarias.
Un estilo de vida activo, una alimentación balanceada y una buena hidratación mantienen al cuerpo en equilibrio. Estas acciones simples permiten prevenir la retención de líquidos y mejorar la salud de forma integral.
Nota creada con IA y editada por JKTP