La cantante estadounidense Taylor Swift recompró los derechos de sus primeros seis álbumes, poniendo fin a una larga batalla por la propiedad de su música.
“Toda la música que he creado ahora me pertenece”, declaró la estrella al anunciar la noticia en su sitio web oficial, junto con una extensa carta escrita a mano en la que reflexionó y celebró este hito en su carrera como algo que le había parecido, durante mucho tiempo, inimaginable.
En la industria musical, el propietario de una grabación maestra controla cómo se distribuye y licencia. El artista sigue recibiendo regalías, pero controlar las grabaciones maestras le ofrece protección sobre cómo se usará la obra en el futuro.
El conflicto: música vendida sin su consentimiento
La historia comenzó en 2004, cuando una joven Taylor Swift de apenas 14 años se mudó a Nashville con el sueño de convertirse en estrella del country pop.

Fue entonces cuando firmó un contrato con el sello Big Machine, fundado por Scott Borchetta, quien le ofreció un adelanto en efectivo a cambio de la propiedad de las grabaciones maestras de sus primeros seis discos “a perpetuidad”. En ese entonces, una práctica común.
Estos álbumes fueron: Taylor Swift (2006), Fearless (2008), Speak Now (2010), Red (2012), 1989 (2014) y Reputation (2017). La relación con Big Machine se mantuvo hasta 2018, cuando Swift dejó la disquera y firmó con Republic Records, del grupo Universal Music.

En 2019, un año después de su partida, Big Machine fue vendido a Ithaca Holdings, la empresa del representante musical Scooter Braun, junto con los derechos sobre las grabaciones maestras de todos los álbumes publicados por Swift hasta entonces.
Swift afirmó que se enteró del acuerdo al mismo tiempo que el público y describió la operación como un acto de “agresión” que “me despojó del trabajo de mi vida”.
Más aún, calificó a Braun —conocido por representar a artistas como Justin Bieber, Demi Lovato, Kanye West y Ariana Grande— como “la definición misma del privilegio masculino tóxico en nuestra industria”.

Taylor’s Version y el control artístico
La situación se agravó en noviembre de 2020, cuando Braun vendió el catálogo de Swift a Shamrock Holdings, un fondo de inversión vinculado a la familia Disney.
“Esta es la segunda vez que venden mi música sin mi conocimiento”, había escrito Swift en redes, donde también reveló que en ningun momento fue considerada como una potencial compradora.
Y aunque consideró asociarse con Shamrock, descubrió que Braun seguiría lucrando con el acuerdo durante años, lo que la llevó a rechazar cualquier propuesta que lo involucrara.

En respuesta, se lanzó con el ambicioso proyecto de regrabar los seis álbumes originales con un solo fin: recuperar el control.
Nacía así la serie Taylor’s Version, que fue posible porque Swift poseía los derechos sobre la composición de las canciones, aunque no sobre las grabaciones originales.
A partir de 2021, lanzó Fearless (Taylor’s Version) y Red (Taylor’s Version) ese mismo año. Luego, Speak Now (Taylor’s Version) y 1989 (Taylor’s Version) en 2023.

La gira que lo cambió todo: The Eras Tour
Finalmente, en mayo de 2025, Swift recuperó sus derechos al comprar sus grabaciones maestras a Shamrock Holdings, seis años después de que su música fuera vendida sin su consentimiento.
En su carta, le agradeció públicamente a Shamrock por permitirle recomprar sus grabaciones maestras, y declaró: “Este fue un acuerdo comercial para ellos, pero sentí que vieron lo que esto significaba para mí: mis recuerdos, mi sudor, mi caligrafía y décadas de sueños”.

Sin duda, una de las claves financieras para cerrar la operación fue su éxito como artista independiente. Entre 2019 y 2024 lanzó cinco álbumes bajo Republic Records: Lover, Folklore, Evermore, Midnights y The Tortured Poets Department.
Pero lo más trascendental fue la gira The Eras Tour, que revisó toda su discografía. La gira incluyó 149 conciertos alrededor del mundo y recaudó más de 2.000 millones de dólares, convirtiéndose en la gira más lucrativa de la historia.

“El apoyo apasionado que mostraron hacia esos álbumes y el éxito de The Eras Tour es la razón por la que pude comprar mi música”, agradeció Swift a sus fans, mejor conocidos como Swifties.
Se desconoce el precio de la compra, pero medios como Billboard y The New York Times informaron que la cifra superó los 300 millones de dólares, una suma comparable a la que Shamrock habría pagado originalmente.

Lo que aún falta: dos discos por revivir
“Toda la música que he creado ahora me pertenece. He estado llorando de alegría… desde que descubrí que esto realmente está sucediendo” escribió en su carta publicada en sitio web oficial.
Agradeció también a los Swifties de todo el mundo: “No tengo palabras para agradecerles por ayudarme a reencontrarme con este arte al que he dedicado mi vida, pero que nunca había poseído hasta ahora”.

La estrella también se dirigió a aquellos fans que se preguntan por las versiones regrabadas de Taylor Swift (2006) y Reputation (2017), los dos álbumes que todavía no tienen su propia Taylor´s Version.
En su carta reciente, reveló que ya finalizó el primero, pero que presentó dificultades artísticas a la hora de regrabar Reputation. “Ese álbum fue muy específico para ese momento de mi vida. Es el único de los seis que sentí que no podía mejorar”, escribió.

Sin embargo, dejó una puerta abierta: “Esos dos álbumes aún pueden tener su momento para resurgir cuando sea el momento adecuado. Pero si sucede, no será desde un lugar de tristeza o anhelo. Será solo una celebración”.