La depresión es un trastorno complejo que puede aparecer de la nada o luego de una derrota o pérdida personal. Entonces, produce sentimientos persistentes de tristeza, inutilidad, desesperanza o pesimismo, y sentimientos de culpa. Así, perjudica la concentración y, sobre todo, la motivación.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión es la principal causa de discapacidad y la sufren más de 300 millones de personas de todas las edades. De alguna manera, es una consecuencia de las dificultades que enfrentamos de manera cotidiana en distintos ámbitos.
Por otra parte, la depresión involucra muchos sistemas del cuerpo, incluido el inmunológico, ya sea como causa o efecto. Además, suele producir problemas de sueño e interfiere el apetito (puede causar pérdida o aumento de peso).
Con el ánimo por el piso, es muy común que a las personas deprimidas les cueste realizar las tareas cotidianas, como cocinar o limpiar. También, en algunos casos, dejan de lado su higiene personal.
Por qué a las personas con depresión les cuesta tanto bañarse, según los expertos
Es verdad que no existe una frecuencia correcta para tomarse una ducha. Pero cuando alguien comienza a despreocuparse por su higiene personal es probable que haya caído en un pozo depresivo. Sin embargo, algunas personas deprimidas hacen lo contrario y se bañan con mayor frecuencia para esconder su padecimiento.
Lindsay Standeven, psiquiatra y profesora de Johns Hopkins Medicine, le dijo al New York Times que “las dificultades con el aseo y la higiene son especialmente usuales con la depresión. Pero como la falta de aseo puede asociarse a la pereza o incluso a la inmoralidad, las personas con depresión pueden tener miedo de hablar de esos síntomas con el médico. Y esa vergüenza, combinada con la baja autoestima que puede desencadenar el hecho de no bañarse, puede alimentar aún más los síntomas depresivos”.
En parte, esto ocurre porque mantener la higiene personal, como ducharse, lavarse los dientes y las manos requiere de cierta energía, y un síntoma común de la depresión es la fatiga. Por eso, aunque quieras ducharte, es posible que no tengas energía para hacerlo, explica en el mismo artículo la psicoterapeuta y trabajadora social de salud mental Christine Judd.
Según Patrick Bigaouette, psiquiatra de la Clínica Mayo, la depresión puede mermar la capacidad de resolver problemas, tomar decisiones y fijarse objetivos. Eso puede dificultar muchas tareas, pero sobre todo las que tienen varios pasos. “Si lo desglosamos, en realidad son muchos los pasos que hay que dar para ducharse”, agregó. Una sola ducha puede incluir desvestirse, abrir la canilla, enjabonarse, lavarse el pelo, afeitarse, enjuagarse, secarse y elegir qué ropa ponerse.
Según Standeven, “para una persona que no padezca depresión, estos pasos pueden parecer sencillos, como ver un libro animado en el que las transiciones son casi invisibles. Pero para alguien con depresión, el mismo proceso puede parecer como pasar una página a la vez, y cada paso adicional hace que la tarea parezca cada vez más desalentadora”.
La incapacidad para ducharse puede reforzar la creencia de que no se puede hacer nada bien. Y esto puede provocar un espiral de retroalimentación en el que la falta de higiene agrave los síntomas subyacentes que impidieron tomar una ducha.