De acuerdo con los primeros datos oficiales, la lista encabezada por Ramón Amarilla, “Por la vida y los valores”, se quedaba en las elecciones de este domingo con el 12,79% de los votos y con la posibilidad de ingresar a la Legislatura de Misiones. El dato llamativo es que el candidato en cuestión está detenido, acusado de “sedición y conspiración” contra el Gobierno provincial.
Con el 55% de los votos escrutado hasta la medianoche del domingo, la nómina del suboficial retirado se ubicaba en el tercer lugar, después de la Libertad Avanza, que obtuvo el 20,7% y del Frente Renovador, que se ubicó primero con el 30,3%. Con el porcentaje obtenido, sería la primera vez en la provincia que una persona detenida se presenta a elecciones y logra acceder a una banca, además de las otras tres que puede alcanzar su espacio.
Incluso un vocero de su espacio, Germán Palavecino, destacó que el candidato hizo “una muy buena elección” y remarcó el triunfo obtenido en las 25 mesas de la localidad de Garupá. Al respecto, dijo a la prensa local que según sus cómputos estaban “Ramón primero, Renovación segunda y LLA tercera, en Garupá”.
Amarilla, señalado como uno de los líderes de los levantamientos policiales ocurridos a principios del 2024 en reclamo de mejoras salariales, está preso desde septiembre en la Unidad Penal VIII de Cerro Azul, donde cumple prisión preventiva.
Su postulación había sido impugnada por el fiscal electoral Flavio Marino Morchio, quien es primo del gobernador justicialista Hugo Passlaqcua, debido al proceso judicial que enfrenta pero el Tribunal Electoral de Misiones la oficializó y permitió su participación electoral.
La incursión en la política del agente fue impulsada por el diputado del Pro Miguel Núñez – a quien luego apartaron del macrismo- y anunciada por el mismo expolicía desde la unidad penitenciaria en la que transcurre sus días.
Como contó Clarín, la causa que involucró a Amarilla y a otros siete policías se inició a partir de la denuncia de un oficial “arrepentido” que filtró una serie de supuestos mensajes que los oficiales intercambiaron en un grupo de WhatsApp denominado “Sólo cola”. En ese espacio virtual, presuntamente planificaban generar incendios en la periferia de Posadas para luego apropiarse de las autobombas y patrulleros.
La idea, según la parte acusadora, era forzar al gobierno provincial “a mantener la amnistía” para todos los policías que se habían auto acuartelado en mayo del año pasado en medio de las protestas en contra de la administración de gobierno.
En reiteradas oportunidades, Amarilla negó las acusaciones en su contras y aseguró que, en realidad, el proceso judicial era parte de una persecución por haberse puesto al frente del reclamo de la fuerza de seguridad.