Desde el surgimiento de las redes sociales, la fórmula para convertirse en una estrella pop cambió para siempre. Atrás quedaron las filas de artistas afuera de las discográficas esperando una gran oportunidad y los cientos de adolescentes y jóvenes que soñaban con ser seleccionados en un casting.
A partir de la década del 2010, miles de personas de todo el mundo descubrieron que, con una guitarra en mano y una cámara, podían empezar a compartir covers en YouTube. Así, muchos de los artistas que hoy son grandes estrellas pop ganaron visibilidad en primera instancia. Algunos ejemplos de esto son Justin Bieber, Shawn Mendes y Alessia Cara.
En el 2020, el medio de la pandemia empezó a forjarse una nueva maquinaria para crear estrellas pop: TikTok. Si bien primero la aplicación se usaba para subir videos cortos bailando, pronto se convirtió en la plataforma para convertirse en un músico mainstream.
TikTok es una aplicación cuyo algoritmo está específicamente pensado para que las cosas se vuelvan tendencia rápidamente. Por eso, cuando un músico sube un video de una canción propia, inédita, si a algunos usuarios les gusta, empieza a sugerírsela en el menú principal a miles más, sin la necesidad de que conozcan y/o sigan al autor.
Adicionalmente, si los temas son pegadizos o especialmente melancólicos, los usuarios pueden usar el sonido de la canción para crear coreografías, videos de recuerdos con fotos o románticas dedicatorias. Esto hace que las tendencias se potencien mucho más, ya que los oyentes hacen propio al tema.
Gracias a este mecanismo, miles de artistas desconocidos lograron conseguir reconocimiento, y, posteriormente, un contrato discográfico, sin la necesidad de tocar puertas de ejecutivos para que los escuchen.
Esto fue lo que pasó en la Argentina, por ejemplo, con Yami Safdie. Desde hace ya varios años, la cantante comparte canciones con ukelele, guitarra y piano en mano. Gracias a eso, ganó millones de seguidores, firmó con Warner Music y, hoy, se volvió una estrella mundial gracias a Querida yo, la canción que sacó en colaboración con Camilo y se volvió viral en TikTok.
En la letra, la cantante habla sobre todas las cosas que, con el diario del lunes, le diría a su yo del pasado. Gracias a esa narrativa, con la canción de fondo, millones de usuarios la volvieron viral al contar ellos mismos qué le dirían a sus versiones más jóvenes.
La viralización en TikTok, hoy en día, no es sólo necesaria para quienes no tienen un contrato profesional. Incluso quienes tienen la suerte de contar con una disquera que los respalde, hoy en día necesitan pegarla en las redes sociales para volverse relevantes.
Por este motivo, las discográficas dejaron de gastar plata en campañas publicitarias tradicionales. Hoy, a través de TikTok, les pagan a creadores de contenido de todo el mundo para que, con su creatividad y popularidad, creen una tendencia a partir de las canciones de sus artistas.
Este se convirtió en el gran negocio de monetización de los creadores de contenido dentro de TikTok, ya que, a diferencia de YouTube, la red social no paga simplemente por la publicación de videos.
Tal es la importancia de viralizarse en TikTok para los músicos de hoy, que Chappell Roan, una de las artistas pop más grandes de la generación Z, no logró triunfar junto a su primera discográfica, la despidieron y volvió a resurgir por la popularidad que ganaron sus temas en las redes sociales.
Exactamente lo mismo le pasó a la estadounidense Gigi Perez, que hoy ya tiene más de mil millones de reproducciones en su más grande hit en Spotify gracias a la viralización de Celine, una de las canciones que compuso sobre el duelo, que logró conmover a los usuarios.
Lo cierto es que, para que algo tenga relevancia entre los jóvenes hoy en día, es necesario pasar por TikTok. Y, tarde o temprano, las fórmulas tradicionales para conseguir fama y reconocimiento quedarán completamente en el pasado.