Cuando el martes a las 16 el árbitro alemán Felix Zwayer habilite el toque con la pelota, marcará el debut de River en el Mundial de Clubes ante el Urawa Red Diamonds de Japón, pero también habrán transcurrido 20 años de la ocasión en que ese mismo referí manipuló un partido por 300 euros.
Fue un escandalo que sacudió a Europa, pero principalmente a Alemania que un año más tarde sería la anfitriona del Mundial de fútbol. Zwayer asumió ante un tribunal haber cobrado esa cifra de manos de su colega Robert Hoyzer, sobre quien se centraba una investigación por arreglo de partidos.
El tribunal condenó a Hoyzer a dos años y cinco meses de prisión efectiva y la inhabilitación de por vida para ejercer como árbitro. En el mismo fallo, Dominik Marks -otro árbitro- recibió una sentencia de 18 meses en suspenso y las personas identificadas en la red de apuestas y fraudes deportivos, con penas mayores y efectivas.
Zwayer, el árbitro del partido de River, apenas fue suspendido seis meses. Fue mayor su aporte ante la Justicia, que su participación en un andamiaje que, según estimaciones, permitía ganancias en las apuestas por dos millones de euros gracias al amaño.
Tras el semestre inactivo, Zwayer retomó la carrera y aquel soborno no desdibujó sus aspiraciones ni manchó su reputación. Casi 10 años después nadie se acordó del asunto, pero volvió a estar en el centro de la escena por un berrinche.
Era el árbitro del partido que jugaban Bayer Leverkusen – Borussia Dortmund por la fecha 22 de la Bundesliga de la temporada 2016 y en el segundo tiempo expulsó al DT local Roger Schmidt, quien se negaba a dejar el banco. A modo de protesta, el que abandonó la cancha fue Zwayer y el partido estuvo suspendido hasta que regresó de su protesta.
Sin embargo, en 2021 Jude Bellingham sacó los trapitos al sol. Fue después del partido entre Borussia Dortmund y Bayern Múnich en el que Zwayer sumó algunas polémicas, al menos para el mediocampista que se quejó de un penal que no cobró a favor de su equipo, el Borussia, y del que luego convalidó en contra por una mano Mats Hummels dentro del área.
“Si le das el partido más importante de Alemania a un árbitro que ya amañó partidos antes… ¿Qué esperabas?”, declaró después del partido ante un canal de televisión y automáticamente se viralizó el caso de soborno que el propio Zwayer había asumido ante la Justicia más de 15 años atrás.
La Federación Alemana de Fútbol no toleró semejante recuerdo y una semana más tarde sancionó al inglés, ahora en Real Madrid, con una multa de 40.000 euros.
La reputación del árbitro era inmejorable, tanto que la UEFA le confió cuatro partidos de la Eurocopa 2024, uno de ellos el de la semifinal entre Inglaterra de Bellingham y Países Bajos.
Este año también tuvo una responsabilidad importante: fue el árbitro en la final de la Europa League entre Tottenham y Manchester United. Pese a todo, para la UEFA es un árbitro intachable.
Ahora le tocará el turno de dirigir a un equipo sudamericano con un asiático. El equipo de Marcelo Gallardo paga menos por un triunfo que uno del que dirige el polaco Maciej Skorza. No tanto como un empate, aunque ninguno lo firmaría. Menos Zwayer, que ya no quiere saber nada con las apuestas.