El mensaje de audio que María Julia Oliván mandó a Clarín: “Ayer estaba repasando la obra con una asistente y me quemé toda. Me prendí fuego y tengo el 25 por ciento de mi cuerpo comprometido. Estoy en la terapia intensiva del Hospital Alemán, y me están por llevar al quirófano. Pero para que sepas que hay que reprogramarlo”. Hablaba del reportaje pautado con el diario para este lunes.
El disparador principal de la charla sería, precisamente, la obra Catarsis de Mamis que debía estrenar el viernes 20 en el Teatro Metropolitan.
La directora de Border Periodismo y conductora del podcast Chat de Mamis, donde trata temas relacionados con el Trastorno del Espectro Autista (TEA), tras el éxito de su libro Chat de Mamis, prepara su debut en un escenario teatral para hablar sobre Autismo desde una mirada íntima y personal y hacer catarsis junto a otras y otros que estén pasando por lo mismo. La idea de la obra es comunicar su experiencia con su hijo Antonio (de 7 años), diagnosticado con autismo, y compartir cómo atravesar los diferentes desafíos que se presentan: la inclusión escolar, cómo reacciona el entorno, qué pasa con la familia y cómo crear red para sostener al niño y que no lo tape el diagnóstico.
Pero el estreno de la obra debió postergarse hasta nuevo aviso por esta fatalidad. Estaba grabando en Border Periodismo, el canal de You Tube que armó al lado de su casa, un informe sobre la guerra entre Irán e Israel, luego se fue a dormir a Antonio (“Se me había levantado tempranito, a las 4 de la mañana, entonces lo dormí, le di mis besitos y fue la última vez que estuve con él, cara a cara, en salud”).
La periodista explicó cómo ocurrió el accidente: “Cuando volví a Border, tenía frío, y ahí tengo una chimenea a la que hay que ponerle etanol. Son de esas chimeneas modernas que le ponés etanol y aparece un fueguito de fondo, como algo muy cool y canchero. Pero me terminé prendiendo fuego: me agarró una llamarada en el cuerpo…”.
Valentina, la hija de Gonzalo Bonadeo, fue de gran ayuda para María Julia: “Ella trabaja en la producción de la obra y me terminó salvando la vida porque me dijo instantáneamente: ‘Sácate la ropa’. Entonces me saqué las prendas que estaban encendidas y como pude subí al primer piso y me tiré abajo de una ducha de agua fría”.
La ambulancia tardó en llegar. Lo cierto es que María Julia Oliván “en carne viva y temblando” la pasó pésimo. “Me llevaron en la ambulancia al queridísimo Hospital Alemán, que es donde tuve a mi hijo y fue el lugar donde me acompañaron en mi fertilización. Me pusieron en terapia intermedia y el sábado tuve la primera intervención, que consiste en sacar las ampollas. Me estuve acordando tanto de Jorge (Lanata), por todas las veces que habrá tenido que salir de una anestesia, ese espacio que no sabés si es de día o de noche”.
La periodista contó que le están aplicando un montón de drogas para calmar el dolor y que le van a hacer otra intervención el martes 17. Aprovechó para agradecer a toda la gente que ya había adquirido entradas para ver su obra, la cual se va a reprogramar. “Es un unipersonal donde cuento mi historia con Antonio y con el autismo, y donde quería reencontrarme con toda esa red que armé, así que la vamos a hacer más adelante. La boca también la tengo media dormida porque además me quemé el mentón, pero zafé en el resto de la cara gracias a Dios. El pelo me lo quemé un poquito. Y tengo quemaduras en varias partes de la pierna y el brazo… Es otra prueba más de caer y levantarse, una prueba de resiliencia que estuve practicando todos estos años, otra vez puesta en juego ahora con mi cuerpo”.
El sábado, horas después de salir del quirófano, María Julia Oliván fue visitada por su familia, entre los que estaban su hijo. “Le estuve explicando que tenía que ponerme pomadas para la quemaduras. Pensé todo el tiempo en él, pero no con miedo, porque sé que crié a un hijo valiente y capaz de afrontar situaciones de estrés. El mismo día le había mandado una videollamada explicándole lo que me pasaba. Con su papá, Ariel (Straccia) formamos un gran equipo y lo contenemos”.
Y agradece: “Agradezco el amor recibido por tanta gente. Obvio que voy a salir adelante y la vamos a romper en el teatro. Es una prueba más en la vida, podría haber sido mucho peor. En esos momentos de shock, si no sabés qué hacer rápido, puede ser terrible. Es horrible porque te pega la ropa, así que cuidado con los accidentes domésticos”.
Además se refirió a los haters que la habían “maldecido” días previos al accidente, tras publicar un video en las redes descorchando un champagne para celebrar la condena contra Cristina Kirchner en la causa Vialidad en un fallo unánime de los tres miembros de la Corte Suprema de Justicia.
“Con lo que me pasó recibí la tristeza a todos mis seguidores, que son cientos de miles, y alegría de esos 12 haters que me estuvieron deseando el mal con mensajes de odio”.
Y para concluir, María Julia reflexionó: “La enseñanza que me dejó este susto es que la vida te muestra cuándo te estás pasando de rosca, porque estaba haciendo muchísimas cosas al mismo tiempo. A full con todo”.