ganó Ferrari y la gran performance de los argentinos ‘Pechito’ López y Varrone no se reflejó en el resultado

Ferrari se terminó llevando la edición 2025 de las 24 Horas de Le Mans de manera ajustada, pero con dos autos ocupando el primero y el tercer lugar del podio. Los de Maranello demostraron así por qué dominan actualmente el Campeonato Mundial de Resistencia.

El equipo italiano se impuso por tercera vez consecutiva desde su regreso a la máxima categoría de la demoledora competencia francesa, con el auto 83, tripulado por Robert Kubica, Yifei Ye y Philip Hanson. Porsche, el mayor ganador de la historia, completó el podio con un rendimiento mejor de lo que venía mostrando este año.

Los argentinos José María López y Nicolás Varrone tuvieron actuaciones destacadas en las categorías que compitieron, pero el resultado en el tablero final no reflejó el alto grado de conducción de los representantes nacionales.

Más de 350.000 fanáticos se dieron cita en una competencia que se espera todo el año y que se convierte en una fiesta del automovilismo, acompañados este año por un recital de Kool and the Gang, bares que de noche se convierten en boliches y tiendas de merchandising por todos lados.

Esta edición 93 contó además con la participación de Roger Federer, que dio la orden a los pilotos de poner en marcha los motores: Pilotes demarrez vos moteurs dijo el ídolo del tenis con excelente acento francés.

López, que corrió con un Lexus del equipo Akkodis, demostró su experiencia y calidad conductiva cada vez que le tocó subir auto: mientras él estuvo en pista, el auto número 87 fue el más rápido de su categoría, la LMGT3, por lejos.

Esa diferencia se notó más durante la madrugada, cuando Pechito sacó a relucir su talento y su experiencia ganada cuando corría en el equipo Toyota Gazoo Racing, marcando vueltas calcadas, una tras otra, sacando dos, tres y hasta cuatro segundos por vuelta a los que se acercaban a sus registros.

¿Cómo es posible entonces que el Lexus del cordobés haya terminado en la quinta posición? Este tipo de carreras obliga por una cuestión lógica al cambio de pilotos y la realidad demostró que tanto el austríaco Clemens Schmid como el rumano Petru Umbrarescu no estuvieron al nivel de López.

“Lamentablemente mis compañeros han perdido mucho siempre que han estado en pista. Entonces bueno, siempre me toca a mi la parte de salir a remarla y un poco al límite”, le contó Pechito a Clarín durante la competencia. “La verdad es que de no haber perdido tanto tiempo hubiéramos estado un poco más cerca”, lamentó.

El cordobés sabe que el auto rindió: ”La verdad que todo el fin de semana me sentí muy cómodo con el auto, eso eso me pone contento. Obviamente me gusta girar así, pero más adelante. Pero es lo que toca. En esta carrera uno también depende de otros factores y hay que hacer lo que uno tiene que hacer, el trabajo de uno”, concluyó López con un claro dejo de desazón.

Algo parecido ocurrió con Nico Varrone, que finalizó en 14 en la general con su Hypercar Porsche del equipo Proton pero fuera del anhelado top ten que el piloto argentino deseaba alcanzar. Como premio consuelo queda el segundo lugar del podio de los equipos privados de la competencia.

Con un prototipo con más limitaciones y menos recursos que los Porsche oficiales, el auto 99 tuvo momentos destacados en pista, puntualmente las veces que Varrone estuvo al volante. Cuando eso ocurrió, los tiempos marcados estaban parejos con los de la punta de la competencia.

Una muestra de ese alto rendimiento lo refleja el momento de la competencia en la que el piloto de Maschwitz salió detrás y se mantuvo en la cola del Porsche oficial del francés Kevin Estre por varias vueltas. O el turno de manejo que se salió a pista en la posición 17 y cedió el volante en el puesto 7.

La cruel madrugada de Le Mans hizo su trabajo con el auto de Proton ya que con el experimentado Neel Jani al volante, sufrió un toque de atrás que lo sacó de pista y le hizo perder tiempo. En su desesperación por recuperar tiempo perdido, el suizo se pasó de largo en una curva, lo que obligó luego un ingreso a boxes no previsto, condicionando el resto de la competencia.

Por primera vez en mucho tiempo las 24 Horas de Le Mans contó con una presencia tan numerosa de fabricantes en la máxima categoría. Los Hypercar, prototipos híbridos con tracción en las cuatro ruedas, tuvo representantes de Ferrari, Porsche, Peugeot, Toyota, BMW, Cadillac, Alpine y Aston Martin.

La sorpresa, antes de que Roger Federer ondeara la bandera francesa para iniciar la competencia, la habían dado los Cadillac, ocupando los dos primeros lugares de partida. Pero rápidamente Porsche tomó la punta, perseguido por Ferrari.

La primera parte de la competencia fue una carrera limpia, peleada y muy pareja, tanto que casi todos los Hypercars se mantuvieron dentro de la vuelta del líder por varias horas. La limpieza de esta edición también lo marcó el hecho de que hubo muy pocas banderas amarillas y que recién después de once horas apareció el primer auto de seguridad. El resultado fueron 386 vueltas de carrera.

En lo que refiere a la disputa de la punta, Ferrari la capturó luego de dos horas y media de competencia y desde allí comenzó a edificar su triunfo. Una victoria que pareció ser más abrumadora si no hubiese sido por la formidable performance del Porsche #6, de Estre, Vanthoor y Cambell.