Guillermo Vilas, el reconocido extenista profesional argentino, construyó una familia hace 21 años con su esposa tailandesa, Phiangphathu Khumueang. Juntos tienen cuatro hijos, cuyo crecimiento puede seguirse a través de sus redes sociales
Andanin es la mayor de los cuatro y nació en 2003 en París. Desde muy pequeña decidió seguir algunos de los pasos de su padre, y por esta razón, a los 10 años ya estaba compitiendo en tenis.
Debido a la carrera de su padre, Andanin junto a sus tres hermanos han vivido en diferentes lugares del mundo. Sin embargo, en 2017 cuando comenzaron a aparecer los primero síntomas de la enfermedad neurodegenerativa que sufre el tenista, decidieron concentrarse en vivir en Montecarlo donde ella comenzó a proyectar aún más su vida.
Andanin Vilas, en la actualidad, estudia negocios en la Universidad Internacional de Mónaco y comparte la pasión de jugar al tenis como su padre.
La joven de 21 años mantiene su red social de Instagram activa y se la puede ver en la mayoría de las fotos sola disfrutando de diferentes momentos como jugar al tenis, conocer lugares turísticos o simplemente descansando.
Muchas veces estuvo decidida en mantenerse lejos del foco mediático. Sin embargo, hace unos días salió a hablar sobre la enfermedad de su padre en un reportaje que le hicieron desde “Hola”.
En ese contexto, dio detalles de la decisión del grupo familiar. “Lo que intentamos hacer es mantener una postura de discreción y respeto, porque mi papá piensa más en las personas que lo quieren y siempre estuvieron ahí para él y trata de protegerlos, incluso más que a sí mismo. Él está muy bien, eso es lo que puedo decir, porque lo demás está reservado a la familia”, aseguró.
Además, la tenista enfatizó mucho en que no quiere que las personas salgan a hablar por hablar porque prefiere cuidar la salud mental de sus hermanos que aún son chicos y prefiere que no lean cosas en internet que los lastimen.
Para finalizar decidió hablar sobre los consejos que su padre le da tanto en el ámbito del deporte como en la vida cotidiana. “Siempre me da consejos para todo, especialmente para el tenis. Pero los de vida son más sobre cómo crecer como persona, porque él es alguien que está constantemente interesado en mejorar. Es un lector voraz, al igual que yo, y a menudo compartimos cosas que leemos. Dentro de la cancha fue un fenómeno, pero lo admiro más por lo que es fuera de ella: solidario, atento, siempre dispuesto a ayudar y a alegrarle el día a los demás con gestos simples, como un saludo o un abrazo”, cerró.