El papa León XIV inició este domingo su pontificado en la basílica de San Pedro, en el Vaticano, donde frente a 150 delegaciones del mundo recibió el Palio y el Anillo del Pescador, dos emblemas que lo unen a la historia de la Iglesia Católica. Sin embargo previamente se rompió una tradición de cientos de años.
Se sabe que existen cientos normas rígidas la hora de actuar dentro y fuera del Vaticano. Un protocolo que se sigue al pie de la letra, y prácticamente una modificación puede causar un cimbronazo, a partir que Robert Prevost pasó a ser León XIV.
Sin embargo, algo salió fuera del cauce sucedió el último jueves por la mañana cuando se publicó en la página oficial del Vaticano un comunicado que rompe con un antiguo protocolo.
El comunicado publicado por Vatican News mostró un detalle que pudo pasar desapercibido para la mayoría de fieles pero que desentona con las costumbres que datan de cientos de años.
Y según esta tradición, la Iglesia marca que una vez que un Papa asume su cargo, elige un nombre con el que será llamado, en el caso de Robert Prevost fue León XIV. Hasta aquí, todo sabido y conocido.
Pero a partir de ese momento, todo comunicado oficial que se refiera a él debe llamarlo papa León XIV, porque justamente a partir de ese momento es bautizado nuevamente con el nombre de pila elegido.
Por eso, en una cota textual que sumaron en el comunicado de Vatican News, se puede leer: “continúa el Papa Prevost”, una frase para la comunidad cristiana que sigue los pasos firmes y tradicionales, resulta indebido e incorrecto.
El cardenal Robert Prevost se consagró desde el balcón central de la Basílica de San Pedro como León XIV, el primero de ese título en dirigir la Santa Sede en 122 años. El papa Leon XIII fue de origen italiano, y su pontificado entre 1878 y 1903 fue el cuarto más extenso en la historia de la Iglesia católica.
El título que elige el jefe de Estado del Vaticano para ser oficialmente reconocido conlleva una enorme carga simbólica. Según los historiadores eclesiásticos, durante varios siglos los papas elegían bautizarse con el nombre de quien los había elevado a cardenales. A partir del siglo XX, comenzó a considerarse que el título que selecciona el Sumo Pontífice es un índice de sus objetivos y aspiraciones para su mandato.
El nombre y la palabra “león” provienen del idioma latín y, tal como el animal, se asocian con la fuerza, el poder y la sabiduría. Similarmente, el papa León I o “León el Magno” fue un importante referente para la fe católica, dado a que su pontificado entre 440 y 461 fue clave para sobrellevar años de crisis interna en la Iglesia y caos político en el Imperio Romano Occidental.
Asimismo, fue el primer papa en defender explícitamente la doctrina de la Encarnación, que sostiene que Jesús fue una figura plenamente divina y a la vez humana.
La reconocida fortaleza de su liderazgo podría ser lo que inspiró a Robert Prevost para elegir su nombre como Sumo Pontífice y jefe de Estado del Vaticano, en un contexto atravesado por divisiones ideológicas dentro de la Iglesia y conflictos bélicos a escala global.