El bautismo es el sacramento por el cual una persona se libera del pecado original y comienza su vida en la fe cristiana. Puede recibirse a cualquier edad, pero en las familias católicas, en general, se bautiza a los bebés y niños pequeños.
Más allá de su significado religioso, el bautismo es una oportunidad para reunir a la familia y a los amigos. De esta celebración participarán el padrino y la madrina que pueden ser o no familiares del bebé.
La fiesta de bautismo puede ser algo puramente familiar, que convoca solo a los padres y padrinos, o un evento de mayor despliegue, con bastantes invitados.
En cualquiera de estas opciones, la organización es la mejor manera de garantizar su éxito. Por eso, aquí damos algunas ideas que seguramente serán de utilidad.
La celebración suele realizarse después del bautismo, tal como destaca Ineventos. “Lo ideal es que la celebración posterior al bautismo sea lo más próximo a la iglesia, por un tema de practicidad y comodidad para los invitados”, aconseja. Si la celebración será en la casa o en un salón, habrá que buscar la parroquia más cercana a estos lugares para realizar el bautismo. Otra opción es realizar un pequeño brindis en la misma parroquia.
Luego de definir el día y la hora del bautismo, elección que dependerá de los turnos disponibles de la parroquia elegida, hay que confeccionar y mandar las invitaciones, al menos tres semanas antes de la celebración.
“Por lo general, padres y futuros padrinos son convocados por la parroquia para charlas donde se les explica el objetivo y la importancia del bautismo y de los roles que asumirá cada uno en la formación cristiana del niño”, explica el sitio de eventos.
Estos encuentros pueden ser aprovechados por padres y padrinos para elegir textos, plegarias y lecturas específicas que le darán a la ceremonia religiosa un carácter más personal, íntimo y espiritual.
Las plegarias y lecturas suelen ser leídas por distintos miembros de la familia y en ellas se ruega por deseos de esperanza para el bebé, familiares e invitados. Las canciones seleccionadas crearán, en la iglesia, un clima más personal y cargado de espiritualidad.
Como dijimos, después del bautismo, se impone un festejo para familiares y demás invitados. “El salón de la parroquia es ideal para ofrecer y servir un simple brindis, el mismo sería informal, de pie, con refrescos, bocadillos. Una copa de espumante para brindar y un hermoso pastel o torta coronarán la celebración”.
Un salón de fiestas ofrece todo el servicio que requiere la celebración: decoración, menú, torta, animación y hasta juegos, en un área especial. La casa, en tanto, es el mejor lugar para festejar, porque allí termina de consolidarse la fuerza de la familia.
El menú dependerá de la hora y del tipo de festejo, pero conviene optar por algo sencillo, liviano, que sea del agrado de grandes y chicos. En cuanto a la torta, existe variedad de diseños relacionados con el bautismo.
La vestimenta de padres y padrinos debe ser sobria y elegante. “Los colores alegres conjugan con lo festivo de la celebración. Evitar escotes, minifaldas y cualquier extravagancia. Para las mujeres, lo ideal es un vestido cóctel discreto y para los hombres, traje informal en tonos oscuros”.
Para el niño se impone el blanco por tradición. Un consejo: comprar su ropa muy cerca de la fecha, ya que los niños y bebés crecen mucho y muy rápido.