Entre los personajes inolvidables de El Chavo del 8, no pueden dejar de mencionarse a aquellos que interpretó el actor Édgar Vivar Villanueva.
Uno de ellos es El señor Barriga, Don Barriga o Zenón Barriga y Pesado, el nombre completo mencionado en algunos capítulos.
Como dueño de la vecindad, él era el encargado de cobrarle la renta a los inquilinos. En esta misión, debía lidiar con Don Ramón, quien casi nunca pagaba. A pesar de eso, rara vez pierde la paciencia y en ciertas ocasiones ayudó al resto. Además, era el blanco frecuente de golpes (sin querer queriendo) por parte de El Chavo.
Además, él también interpretó a Ñoño –Febronio Barriga Gordorritúa, su nombre completo- su único hijo en la ficción.

Compañero de El Chavo, Quico y La Chilindrina; Ñoño era un niño sobreprotegido y caprichoso que hacía alarde de la situación más acomodada con respecto a la del resto de los chicos de la vecindad.
Otra de las características es que se vanagloriaba de su contextura corporal: “¡Es que tengo el cuerpo de niño bien alimentado!”.
También en Chespirito, Vivar, además, llevó el personaje de El Botija.
Su inesperado cambio de rumbo profesional
Vivar Villanueva estudió a una edad temprana en el Centro Universitario de Teatro. Pero luego viró su interés hacia la salud y se graduó como médico en la Universidad Nacional Autónoma de México.
Mientras ejercía como médico familiar, se enteró de una convocatoria de Roberto Gómez Bolaños, Chespirito, para actores de aspecto robusto.

Vivar tenía en ese momento 25 años y Chespirito, en principio, buscaba a alguien mayor. Pero, en seguida, lograron entenderse y entonces, cambió de opinión y lo contrató.
La idea original fue que interpretara a El señor Barriga. Pero, como cuenta una nota de Yahoo Vida y Estilo, al ver Chespirito la versatilidad de Vivar, creó a su medida sus otros roles dentro del programa.
Su vida después de El Chavo del 8
Después de 19 años en el aire -como sketch y luego en un ciclo propio- en 1992 el programa Chespirito tuvo un final abrupto. Una nueva política del canal y la intransigencia de su creador por aceptar una modificación de horario aceleraron este cierre sin previo aviso.
Para Vivar, además de significar un shock personal, fue un cimbronazo económico. “No me dieron nada ni me dijeron muchas gracias. Yo me enteré por el diario, te lo juro. A mí no me avisaron”, contó en entrevista con Darío Ripoll, tal como recopiló el sitio Yahoo.
“Roberto -por Chespirito- me dijo algo que en mí pesó mucho. Su frase fue: necesitamos vacaciones. Yo le contesté: tenés toda la razón”.
Una vez concluido ese período de descanso, Vivar intentó retomar la actuación, pero se encontró con una enorme traba. Como le sucede a tantos actores y actrices que sostuvieron los mismos personajes durante mucho tiempo, quedó encasillado en sus facetas conocidas y le resultó difícil que los productores lo convocaran para nuevos desafíos”.
“En un principio me deprimí, pero me duró como unos tres meses y me dije ‘esto no se acaba’. Entonces agarré mis cositas y me fui a España y a Argentina, y produje cosas allá”.
“Tenés que inventarte y reinventarte. Eso da nuevos aires. Sobre todo te hace ver qué tan capaz podés ser”.
Cómo está Édgar Vivar hoy
Édgar Vivar tiene ahora 76 años y vive un presente intenso.
Por un lado, forma parte de la serie Vecinos y continúa con sus trabajos como actor de doblaje
Además, hace unos años, gracias a una cirugía bariátrica, logró bajar 100 kilos y revertir un cuadro de obesidad mórbida.

Esto le generó una mejor calidad de vida. “Durante siete años usé un tanque de oxígeno portátil que estaba conectado a un concentrador. Gracias a Dios, ya no lo necesito”, explicó en una nota.
La contracara es que, como él dijo, “está un poco delicado de la columna”.
A esto se suma que se encuentra en pleno duelo por la muerte de su madre, que ocurrió a principios de este año. “Estoy en proceso de aceptación”, reconoció.