Cualquier enfermedad o trastorno que afecta al estómago o al sistema gastrointestinal puede considerarse como un problema gástrico. Una definición que abarca desde la común indigestión, causada por comer demasiado, hasta la gastritis, una inflamación del revestimiento del estómago.
Algunas de las dolencias que afectan al sistema digestivo, además de la gastritis, son: gastroenteritis, enfermedad por reflujo gastroesofágico, úlceras pépticas y síndrome del intestino irritable.
Una dieta baja en fibra, comer alimentos picantes o ricos en grasas, sufrir una infección, llevar un estilo de vida sedentario, fumar, beber demasiado alcohol o estar sometido a estrés y sufrir de ansiedad son algunas de las causas de los problemas del estómago.
Conocer sus principales síntomas es la mejor manera de ponerse en acción para ponerles un freno y evitar que produzcan mayores complicaciones.
El sitio de salud Max Healthcare informa que “los problemas gástricos pueden variar de leves a graves, según la causa subyacente y los síntomas. Si bien algunos pueden resolverse por sí solos o con remedios sencillos, otros pueden requerir atención médica, especialmente si persisten o empeoran con el tiempo”.
Agrega que “los casos leves pueden mejorar con medidas de autocuidado, como cambios en la dieta y el estilo de vida. Sin embargo, los crónicos o graves requieren evaluación y tratamiento médico para abordar la causa subyacente y controlar los síntomas de manera eficaz”.
De acuerdo con la causa del problema, este podrá curarse de forma permanente o no. Por eso, como dice el sitio Max Healthcare, “es fundamental consultar con un profesional de la salud para obtener un diagnóstico y un tratamiento adecuados, como modificaciones en el estilo de vida, cambios en la dieta, medicamentos y otras terapias.
Uno de los problemas gástricos más frecuentes es la gastritis, que puede estar causada por una infección bacteriana denominada Helicobacter pylori o H. pylori. Otra causa es el uso de analgésicos antiinflamatorios no esteroides, o AINE, como ibuprofeno y naproxeno sódico. Su uso en exceso puede dañar el revestimiento del estómago.
La gastritis también afecta más a “los adultos mayores porque el revestimiento del estómago tiende a volverse más fino con la edad. El riesgo también aumenta debido a la probabilidad más alta de tener una infección por Helicobacter pylori o trastornos autoinmunes”, explica el sitio de la Clínica Mayo.
Otro tipo de gastritis es la autoinmune y ocurre cuando el cuerpo ataca las células del revestimiento del estómago. “La gastritis autoinmune es más común en personas con otros trastornos del sistema inmunitario, como la enfermedad de Hashimoto y la diabetes tipo 1”, agrega el prestigioso centro de salud de los Estados Unidos.
Los síntomas más comunes de un problema gástrico, detalla Max Healthcare, son: expulsión de gases, eructos, aumento del tamaño (distensión), hinchazón, ardor o dolor en el abdomen, tener una sensación de nudo en el abdomen, náuseas, hipo, vómitos, indigestión, úlceras, pérdida de apetito y acidez.
Para reducir estos problemas en casa, el sitio aconseja reducir la ingesta de alimentos ricos en fibra, fritos y grasosos, coliflor, cebolla, repollo, brócoli, repollo de Bruselas, peras, bebidas gaseosas, productos lácteos y edulcorantes artificiales (aspartamo y sacarina).
De todas formas, ante la aparición de los síntomas detallados, la consulta con el médico nunca estará de más.