Los reyes jugaron un rol clave en la organización de las primeras civilizaciones. Figuras como Gengis Kan o Tutankamón marcaron hitos fundamentales en la historia del poder. Sin embargo, identificar al primer monarca de la humanidad no es una tarea sencilla: exige rastrear textos antiguos, analizar restos arqueológicos y considerar también los relatos mitológicos que se transmitieron a lo largo de los siglos.
Aunque quizás nunca se llegue a saber con certeza quién fue el primer monarca de la historia, arqueólogos e historiadores han propuesto varios nombres a partir de registros antiguos y hallazgos arqueológicos. Sin embargo, la respuesta sigue siendo esquiva. El profesor Mark Munn, especialista en historia antigua de la Universidad Estatal de Pensilvania, lo resume así: “Es, posiblemente, una pregunta sin respuesta”.
Egipto podría ser el lugar donde existió el primer rey del mundo, quizás Iry-Hor o Namer, según señala la Lista Real Sumeria, un antiguo manuscrito repleto de los reyes que gobernaron la zona que rodea el actual Irak.
Según lo que relata la Lista Real Sumeria, descubierta a principios del siglo XX, el primer rey fue Alulim, gobernante de la ciudad de Eridu. Vivió en la época mitológica anterior al diluvio y se le atribuye un reinado de 28.000 años, de acuerdo con Eckart Frahm, profesor de lenguas y civilizaciones del Cercano Oriente en la Universidad de Yale.
Esta lista no es del todo verosímil, ya que registra reinados de miles de años que no son físicamente posibles, pero a su vez hace referencia a un gran diluvio que marcó el fin de una era y el comienzo de otra. Una historia similar a la del Arca de Noé en la Biblia, el mito de Utnapishtim en la Epopeya de Gilgamesh y otras leyendas antiguas.
“Muchos de los individuos mencionados en las primeras secciones de la Lista de Reyes Sumerios son, sin embargo, figuras claramente ficticias, y esto bien podría aplicarse a Gushur y Alulim”, dice Frahm. Según el mismo profesor, el primer rey después este diluvio fue Gushur, quien se dice que gobernó en la ciudad de Kish durante 1.200 años.
“El primer gobernante cuyo reinado podemos ver con cierta precisión es el de la persona enterrada en la Tumba Uj de Abidos“, afirma John Darnell, profesor de Egiptología de la Universidad de Yale. Esta tumba data de alrededor del 3320 a. C. “Cronológicamente, parece haber sido el primer gobernante de lo que llamamos Dinastía 0, el reino unificado del Alto Egipto, cuyo último gobernante fue Narmer, el cual consolidó el control del norte del Alto Egipto y estableció la Primera Dinastía”.
Frahm cree que la realeza estaba directamente ligada a la necesidad de organizar el trabajo, ya que en la antigua Mesopotamia, había un gran número de obreros de la construcción, agricultores, artesanos, pastores y comerciantes.
“Para lograr todo esto, surgió una clase gerencial que desvió una parte de la riqueza rural para su propio beneficio”, afirma. “La persona en la cima de la jerarquía administrativa, y posiblemente también de las tropas militares necesarias para proteger las actividades económicas facilitadas de esta manera, eventualmente sería considerada ‘rey'”.
Antiguamente, también se creía que los reyes tenían un tipo de relación o conexión con los dioses, incluso se los creían como tales, pero Frahm descarta esta idea “quizás porque los gobernantes a menudo parecían demasiado humanos a los ojos de sus súbditos”.