radiografía de un criminal “brillante” sin rastros, patrones ni culpa que por años despistó a la policía


“Profesional, metódico y muy peligroso”. Así describió un fiscal federal a Jason Thomas Scott, un criminal “brillante” que durante muchos años despistó a la policía hasta convencerlos de que sus múltiples delitos no estaban relacionados. Fue atrapado por tráfico de armas, lo que desentrañó un “tsunami” criminal de asesinatos, robos, asaltos y pornografía infantil. Lo condenaron a 100 años de cárcel.

Scott -de 27 años- fue detenido en julio de 2009 tras un robo a una armería llamada JC Arms en Woodbine, en Maryland, Estados Unidos. Junto a su cómplice Marcus Dermanellian Hunter robaron 39 armas de fuego, entre ellas, rifles semiautomáticos, dos ametralladoras, varias pistolas y seis silenciadores, de acuerdo con una nota del medio Abc2 News. El robo, “tan bien ejecutado”, llevó a la policía a pensar que fue un trabajo interno, por lo que apuntaron a Jay Chenoweth, dueño del local, como el principal sospechoso.

Es que Scott utilizaba la base de datos de su trabajo en United Parcel Service (UPS), una empresa de transporte de paquetes cuya sede central se encuentra en Atlanta, Georgia, para investigar a sus víctimas. Además, contaba con dos másteres, uno ellos en gestión de sistemas de información por la Universidad de Maryland, según ABC News. También dedicaba parte de su tiempo a estudiar libros forenses y modificaba su modus operandí para despistar a los investigadores.

Utilizaba lavandina para limpiar las escenas de sus crímenes, provocaba incendios para eliminar pruebas y se valía de sus conocimientos en informática para investigar procedimientos forenses y limpiar su rastro. Scott elegía las casas que iba a robar, las analizaba para conocer sus rutinas y el número de ocupantes. Cortaba las líneas de teléfono para que no pudieran llamar a la policía y desactivaba las alarmas. Luego, ingresaba por las ventanas no cerradas con llaves, o rompía cristales y puertas, detallaron los fiscales detrás del caso, de acuerdo con The Washington Post.

“Lo más aterrador de él era que tomaba en serio su trabajo. Era su profesión. Estudiaba. Veía programas de televisión sobre criminalística forense, ya sea ficción o documental. Y utilizaba esa información en sus actividades delictivas, ya fuera ocultando su ADN con guantes, o apagando su celular. Incluso, le quitaba la batería porque creía que la policía podía rastrearlo”, aseguró el agente especial de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF), David Cheplak, según consignó Abc2 News.

Jason Scott fue condenado a 100 años de cárcel por sus múltiples delitos. Foto: Abc2 News.Jason Scott fue condenado a 100 años de cárcel por sus múltiples delitos. Foto: Abc2 News.

La ATF recibió la pista de que Scott vendía las armas robadas en el estacionamiento de su trabajo, por lo que los agentes organizan una compra con la ayuda de un informante confidencial que llevaba un micrófono oculto. “Tendrías que quitarle los números -de serie- porque si atrapan a alguien con eso se va todo al carajo”, indicó el propio Scott al informante, palabras que quedaron grabadas por el micrófono.

Con una orden de allanamiento, los agentes de la ATF registraron su casa, donde hallaron evidencias de “un delincuente realmente violento”. Encontraron el “kit de robo” de Scott que incluía esposas flexibles, un escáner policial con auriculares, y herramientas para abrir ventanas pequeñas y cortar líneas telefónicas. También incautaron una palanca, guantes y un pasamontañas. Y lo que denominaron un “kit de violación”: preservativos, líquido para encendedores, un mechero para quemar las pruebas de ADN y una cámara para filmar el acto.

Además, encontraron las armas de fuego robadas, munición, fundas, un chaleco antibalas, las llaves de un BMW, computadoras, dispositivos de almacenamiento, archivos y una memoria flash que contenían fotografías y videos de la agresión sexual a una menor.

En un segundo allanamiento encontraron pruebas que lo vinculaban un robo en Mitchellville en diciembre de 2007, un robo cerca de Kettering en junio de 2008 y un robo en Bowie en mayo de 2009, así como con otros delitos. Ante la evidencia, Scott fue detenido en el estacionamiento de UPS por tenencia de armas y posteriormente acusado de asesinato, robo de vehículo y delitos sexuales.

Los crímenes de Jason Scott que desconcertaron a los investigadores

En la madrugada del 26 de enero de 2009, Karissa Lofton llamó al 911 para pedir ayuda tras sufrir un tiroteo en el interior de su casa. Cuando llegó la policía, ella y su madre Karen Lofton, de 45 años, yacían muertas cada una en sus dormitorios del primer piso de la casa de Southall Drive, en Largo, Maryland. Ninguna entrada fue forzada, el sistema de seguridad había sido desactivado y no había indicios de un robo.

Dos días antes, a ocho kilómetros de distancia, en un barrio privado de Upper Marlboro, ocurrió otro doble asesinato: Eunice Baah, de 36 años, recibió un disparo en la cabeza y Seth Aidoo, de 40, fue apuñalada. Para el jefe de policía en funciones del condado de Prince George, Robert Hylton, se trató de “un incidente asilado”, que no guardaba relación con las muertes de Karen y Karissa Lofton. “No se trata de un asesino en serie. Estamos sacando todos los recursos, haciendo todo lo forense que podemos”, señaló Hylton, según consignó TruTV.

Menos de dos meses más tarde, el 16 de marzo de 2009, un coche Nissan Maxima que fue denunciado como robado de un garaje Woodlawn Boulevard apareció envuelto en llamas frente a una casa de Webbwood Court, en Largo. Cuando los bomberos apagaron el fuego, descubrieron dos cuerpos calcinados en su interior, que más tarde serían identificados como Delores Dewitt, de 42 años, y su hija Ebony Dewitt, de 19 años.

Karen Lofton y su hija Karissa fueron tiroteadas en el interior de su casa. Foto: The Washington Post.Karen Lofton y su hija Karissa fueron tiroteadas en el interior de su casa. Foto: The Washington Post.

Si bien la policía no vinculo el caso Dewitt con el caso Lofton, las similitudes entre ambos eran notorias: Karen Lofton y Delores Dewitt eran enfermeras, las hijas de ambas eran adolescentes; las Lofton vivían a menos de un kilómetro y medio de la residencia de las Dewitt; y ambas fueron asesinadas en la madrugada de un lunes. Además, las casas en las que vivían los Lofton y los Dewitt daban a callejones sin salida y estaban en barrios suburbanos relativamente tranquilos.

“Se trata de un caso muy, muy extraño. Es inusual para esta comunidad, es muy extraño”, aseguró Hylton en aquel entonces. De acuerdo con el programa de televisión America’s Most Wanted, la policía confirmó 40 robos en el mismo barrio desde octubre de 2008 hasta la fecha en que se produjeron los asesinatos. Pese a las similitudes de los casos y la cantidad de robos, un perfilador del FBI aseguró a los detectives de Prince George que los asesinatos que investigaban no eran obra de un asesino en serie.

Para el agente del FBI, los hechos no tenían relación entre sí, sino que se traban de “extrañas coincidencias”, de acuerdo con un informe de The Washington Post. Además, encontraron diferencias en el modus operandi de los asesinatos. AOL News detalló que Delores Dewitt y Ebony fueron asfixiadas y The Washington Post agregó que estaban muertas antes de ser prendidas fuego en el auto.

El juicio que reveló el “tsunami” criminal de Scott

Tras ser arrestado, Scott fue entrevistado en presencia de su abogado varias veces, donde admitió que cometió 28 robos residenciales específicos en el condado de Prince George y otros nueve allanamientos de morada a mano armada, incluida la agresión sexual a una adolescente de 17 años. También confesó muchos otros hechos delictivos de los cuales no dio detalles.

El juez de distrito Peter J. Messitte condenó a Scott a 100 años de cárcel por 11 delitos federales relacionados con una serie de crímenes cometidos durante más de 50 robos con allanamiento de morada y nueve atracos a mano armada. Por el asesinato de Delores Dewitt y Ebony fue condenado a 85 años de cárcel. El crimen le valió el nombre de “el asesino de la madre e hija”.

Delores Dewitt y Ebony fueron asfixiadas y sus cuerpos quemados dentro de un auto. Foto: The Washington Post.Delores Dewitt y Ebony fueron asfixiadas y sus cuerpos quemados dentro de un auto. Foto: The Washington Post.

Scott firmó una declaración de Alford, por la cual no admitió su culpabilidad, pero sí reconoció que la fiscalía contaba con evidencias suficientes para condenarlo. A cambio, la fiscalía retiro los cargos por el caso Lofton y el asesinato en junio de 2008 de Vilma Butler, de 46 años, que recibió un tiro en su cabeza en su propia casa, la cual luego fue incendiada.

Durante el juicio, se detallaron los crímenes que le fueron imputados. El 23 de septiembre de 2008, Scott y su socio Hunter rompieron la puerta de cristal de un hogar de Upper Marlboro. Allí, a punta de pistola, Scott golpeó y arrastró a una mujer por la planta baja de la casa, mientras Hunter amenazó al marido con el arma en la cabeza. Tras robarle dos tarjetas de débito, Hunter salió de la casa y se dirigió a un cajero para vaciar sus cuentas. Al volver, Scott y Hunter robaron un Cadillac Escalade 2007 en el cual escaparon.

El 3 de abril de 2009, Scott y Hunter entraron en una casa de Bowie, Maryland, a través de una ventana del sótano que no estaba cerrada con llave. Scott y Hunter encontraron a un matrimonio durmiendo en un dormitorio del piso superior con su hijo menor. A punta de pistola, Scott obligó a la familia, incluidos sus tres hijos y un primo que estaba de visita, a entrar en la habitación de los menores.

Tras robar las tarjetas de débito, Scott exigió a sus víctimas claves de seguridad y envió a Hunter a retirar dinero de sus cuentas en cajeros automáticos cercanos. Una vez que Hunter regresó a la residencia, donde Scott retuvo a las víctimas a punta de pistola, robaron varios objetos, entre ellos un Mercedes S-500 de 2004.

El 23 de mayo de 2009, Scott y junto con otro cómplice –Terence Alexander Cooke– irrumpieron en otra casa de Upper Marlboro, tras romper una ventana del sótano. Allí, Scott pateó y golpeó repetidamente a una menor a punta de pistola, mientras la arrastraba desde el pasillo de arriba hasta el baño. Scott y Cooke encerraron a las víctimas en el mismo baño y robaron varios objetos de la casa.

El episodio 2 de la quinta temporada de la serie documental "Making a Serial Killer" analiza el caso de Jason Scott. Foto: Making a Serial Killer.El episodio 2 de la quinta temporada de la serie documental “Making a Serial Killer” analiza el caso de Jason Scott. Foto: Making a Serial Killer.

El 13 de junio de 2009, Scott ingresó por la puerta trasera del patio en una casa de Fort Washington, Maryland, donde retuvo a punta de pistola a una nena de 12 años. Cuando llegó la madre de la menor junto a su otra hija de 17 años e hijo de 5, Scott los encerró en una de las habitaciones. A la adolescente de 17 años la llevó a otra habitación, donde le puso una funda de almohada en la cabeza y la obligó a desnudarse para sacarle fotos y grabarla, además de tocarla.

Hunter, de 25 años, se declaró culpable de dos cargos federales por armas de fuego, mientras que Cooke admitió un delito estatal con armas de fuego, por el cual fue condenado a nueve años de cárcel. En cuanto a Scott, el juez Messitte lo calificó como un “tsunami del crimen que no muestra indicios de que vaya a rehabilitarse, al menos en esta vida”.

Para los investigadores, Scott fue un criminal “siniestro, astuto y amenazadoramente desviado”. Otros lo llamaron “peligroso y calculador” por los “crímenes tan violentos y atroces” que cometió. “Se trataba de un individuo muy culto, una persona estudiosa, que estudiaba el sistema policial, conocía el sistema policial, conocía su oficio. Se trata de un tipo muy malo. Creo que este individuo se va a convertir en uno de los criminales más infames de la historia de Estados Unidos. Es un asesino en serie”, aseveró Hylton.



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