En medio del malestar generalizado de los bisnietos y tataranietos en Argentina por la aprobación en Italia del decreto-ley que limitó casi al extremo los requisitos para tramitar la ciudadanía italiana, un efecto “colateral” afecta particularmente a ciertos descendientes en el país que tienen proyección internacional. Los jugadores de fútbol.
Para que los extranjeros puedan jugar en Italia, y en general es similar en toda Europa, deben cumplir con distintos requerimientos según la categoría del club y si tienen o no ciudadanía europea.
“Serie A tiene cupos disponibles de extranjeros. En serie B y serie C, si no sos ciudadano de la comunidad europea, no podés jugar al fútbol. Esto no es sólo en Italia, es en toda la Unión Europea“, explica a Clarín una argentina que es representante de jugadores y vive en Italia.
Esas tres categorías son profesionales en Italia, y a partir de la serie D (aunque sí tiene contrato registrado), son amateur.
“De la cuarta categoría para abajo, hay cupos para jugadores extranjeros. Y ahí hay una falencia con esta nueva ley. Porque deberían hacer el contrato previo, enviarlo al consulado, y que el consulado autorice el ingreso de ese jugador al territorio italiano ‘por trabajo’, no como turista, y que eso habilite luego a las sociedades a hacer el tesseramento (afiliación) del jugador en los equipos. Pero no lo hacen nunca, siempre hay problemas con esto”, detalla.
La mayoría de los futbolistas llegan a Italia sin equipo y aterrizan en ciudades o pueblos chicos, detalla, a tramitar la ciudadanía. Entran como turistas, empiezan el trámite, y mientras se van probando en distintos clubes amateurs. Pueden hacer el tesseramento sin problemas, con el comprobante de que están esperando el permiso de residencia.
“El incentivo para que vos puedas pedir el permiso de residencia era que vos ya tengas todo protocolado en la comuna: que tengas toda la documentación y la residencia fijada, con la condición de esperar que llegue el otorgamiento de tu ciudadanía. Pero en ese mientras tanto ocupás uno de los cinco cupos de ‘extracomunitarios’ que da la liga amateur”, marca la representante.
En el caso de la serie A, dice, “con estas restricciones a la ciudadanía, solamente pueden venir a Europa en ese cupo, los chicos de la Selección, y nada más, porque ahí sólo hay dos cupos por equipo. Para los jugadores profesionales que están jugando en las amateurs, ya no va más, porque no hay cupos para extranjeros”.
Si no reformulan la norma o hacen excepciones para deportistas, considera, “se quedan muchísimos jugadores sin ciudadanía afuera de las canchas europeas. No van a poder venir a probarse si no tienen padres o abuelos exclusivamente italianos, que no se hayan naturalizado argentinos”.
Ella da el ejemplo de lo que pasó con su hijo cuando empezó a jugar en Italia siendo argentino: “Jugaba en Huracán y fue a la reserva en Verona, que es serie A, y terminó el trámite de la ciudadanía. Su bisabuelo era el italiano, si él no hubiese podido obtener la ciudadanía desde ese antepasado, como pasa hoy, que la limitaron a padres o abuelos, no hubiese podido seguir jugando al fútbol en Europa“.
La gran diferencia entre tener o no tener la ciudadanía es que quienes son ciudadanos de la Unión Europea pueden ser fichados libremente por clubes de cualquier categoría (Serie A, B, C, D y categorías amateurs).
En cuanto al fútbol femenino, tienen reglas similares, aunque con algunas flexibilizaciones en cuanto al número de extranjeras por equipo.
El Parlamento de Italia finalmente aprobó el controversial decreto-ley que limitó la posibilidad de gestionar la ciudadanía desde el exterior para los descendientes italianos. Para miles de argentinos, que aspiraban a obtenerla para así conseguir el preciado pasaporte rojo que habilita a residir en Europa, es la peor noticia.
El gobierno de Giorgia Meloni había firmado en mayo un decreto-legge, el equivalente a un decreto de necesidad y urgencia argentino, que fue el que ahora respaldó la Cámara de Diputados luego de la aprobación del Senado la semana pasada. Mientras tanto, presentó un proyecto de ley sobre el tema que también tendrá que tratar el congreso italiano.
Pero hasta que eso se resuelva, el decreto ya está vigente. Esto implica que, desde ahora, solamente pueden tramitar la ciudadanía en el exterior los hijos o nietos de italianos que hayan mantenido siempre la nacionalidad, es decir, que no se hayan naturalizado. Quedan afuera de la ciudadanía los bisnietos y tataranietos. Habrá que ver, todavía, cómo será su implementación.