Todo tipo de puente que se buscó edificar durante el final de la semana pasada entre el PRO y La Libertad Avanza se volvió a debilitar este domingo cuando, en el ingreso al Tedeum en la Catedral porteña, Javier Milei desairó a Jorge Macri que, al igual que la vicepresidenta Victoria Villarruel, lo esperaba para saludarlo.
Atrás habían quedado el saludo por chat entre el Presidente y Mauricio Macri, así como también la cena del jueves por la noche que Cristian Ritondo, principal referente bonaerense del macrismo, había compartido con Milei en la quinta de Olivos. Para colmo, más tarde, posteó en su cuenta de X el mensaje “Roma no paga traidores”.
Por la tarde, el comentario de entremesa dominguera que circulaba en los grupos de WhatsApp que comparten los funcionarios de Uspallata era que el enojo del Presidente tenía que ver con la decisión del gobierno porteño de contratar para la elección local a Antoni Gutiérrez Rubí, el estratega catalán que había trabajado con Sergio Massa antes de las presidenciales de 2023, cuando fue al balotaje con el propio Milei, que lo acusó de llevar adelante una campaña de desprestigio en su contra.
Sin embargo, había quienes argumentaban que el episodio Rubí era simplemente un chivo expiatorio porque en ningún momento de la última campaña el PRO apeló a artilugios para esmerilar la figura presidencial o la de su portavoz Manuel Adorni. “Nadie hizo campaña sucia en contra de Milei”, sostienen en el macrismo.
“Lo sucedido hoy es una muestra más de Milei y su falta de respeto hacia las instituciones y la convivencia democrática. Lo que pasó habla más de él que de nosotros, es un irrespetuoso”, expresaban desde la sede del Ejecutivo porteño, al tiempo que aclaraban que Jorge Macri no iba a salir a responderle al Presidente.
No obstante, aquellos consultados por Clarín sobre la contratación de Rubí, deslizaban que no había sido responsabilidad sólo del jefe de Gobierno, sino especialmente de Mauricio Macri, su primo.
“Quien fue a buscar y acercó a Rubí al PRO con el visto bueno de Mauricio fue Fernando De Andreis, no Jorge”, le pegan al ex secretario de la Presidencia.
De Andreis, de perfil bajo, asegura internamente que fueron varios los que recomendaron al catalán, pero que Mauricio Macri no estuvo involucrado en la decisión. También suele decir que Rubí no fue la primera opción, pero que hubo consenso entre todos los involucrados para contratarlo.
El asesor que más convencía a Macri y De Andreis era Guillermo Raffo, el mismo que había llegado en la previa a la campaña presidencial de 2023, pero que no pudo aceptar este trabajo porque tenía compromisos cerrados previamente fuera del país.
Más allá de la propia interna entre primos sobre quién fue a buscar a Gutiérrez Rubí, ambos coinciden en que es inaceptable la conducta de Milei y que “no se puede normalizar semejante ataque, es muy peligroso”.
Después de los últimos encuentros y las charlas que hubo entre referentes de ambos espacios, más las declaraciones públicas de Milei asegurando que el acuerdo está en camino, en estos días seguirán las reuniones entre referentes del PRO y La Libertad Avanza para rubricar el acuerdo en la provincia de Buenos Aires.
Cristian Ritondo volverá a ser el interlocutor del partido que él preside en Provincia en la cumbre que se prepara para esta semana y que tendrá como actriz central a Karina Milei, a cargo de definir cómo será el armado de las listas en suelo bonaerense.
“Hasta que no esté todo cerrado, no podemos darlo por hecho”, aseguran sobre el acuerdo quienes lo promueven pero, al mismo tiempo, reconocen que la lucha de egos y las internas de ambos lados puede dificultarlo. Aunque la mayoría lo dan por hecho.
La duda que existe todavía es si el sello que competirá será el de La Libertad Avanza o si se mixturará al PRO. “Hace años que en todas las elecciones de la provincia de Buenos Aires vamos con un frente más amplio que el PRO, no sería una novedad”, sostienen quienes recuerdan especialmente las experiencias de Cambiemos y Juntos por el Cambio.