Lo esperaban en el Centro de Entrenamiento de Ezeiza para comenzar su tercer ciclo. Incluso, se cambió el horario de la práctica de la mañana para la tarde. Sin embargo, Miguel Angel Russo no pudo desvincularse de San Lorenzo. Sí, a pesar de que el lunes se juntó con Julio Lopardo, presidente interino del club de Boedo, y este martes pasó por la Ciudad Deportiva para despedirse del plantel que dirigió hasta el domingo, todavía hay una traba contractual y un pedido de resarcimiento por parte del ‘Ciclón’.
Hubo un paso que allanó una parte del camino y fue la rescisión que se firmó ante un escribano con Fernando Gago, dos meses después de que fue despedido tras el Superclásico contra River. A ‘Pintita’, que había abonado una elevada cláusula para poder salir de Chivas de Guadalajara, se le pagó una parte importante de lo que restaba de su contrato. No obstante, esta coyuntura no impidió que el veterano técnico empezar a planificar el futuro del equipo.

Sí, Russo ya está nuevamente en modo Boca. Y mientras el entrenamiento vespertino fue encabezado por Cristian Aquino, el preparador físico de la Reserva, el técnico mantuvo charlas con Juan Román Riquelme, ajeno a las críticas que recibió de parte de los hinchas y dirigentes de San Lorenzo. Ya comenzó a hablar de refuerzos de cara al Mundial de Clubes, la Copa Argentina y el Torneo Clausura, los tres objetivos del equipo azul y oro para el segundo semestre de 2025.
El método del presidente no cambiará, está claro. El entrenador de turno puede sugerir, pero la última palabra la tiene Riquelme. Ni siquiera el Consejo de Fútbol, integrado por Raúl Cascini, Marcelo Delgado y Mauricio Serna. En ese sentido, los puestos están claros. Boca necesita un zaguero, un volante central y dos extremos. Son los puntos que necesitan refuerzos. Arqueros, laterales de uno y otro lado, mediocampistas internos y centrodelanteros sobran. Al menos, hasta que empiece la limpieza profunda, que no será ahora mismo, sino después de la cita internacional en Estados Unidos.
Hay un problema adicional en el fondo: Ayrton Costa no consiguió la visa por sus antecedentes penales. Y el marcador central pretendido está disputando una final. Se trata de Marco Pellegrino, que está a préstamo en Huracán hasta fines de junio. Para la mitad de la cancha, Román sigue con el sueño pendiente de Leandro Paredes, que solo podría salir de la Roma con una oferta superior a la que recibió antes del cierre del último libro de pases. Y otro “5” que seduce es Aníbal Moreno, ex Racing, un indiscutido en Palmeiras. Por ahora, el pase tiene un costo demasiado elevado. Su cláusula de rescisión está valuada en 10 millones de dólares.
En el ataque, al igual que Pellegrino, Walter Mazzantti está enfocado en la definición del Torneo Clausura. La diferencia con el marcador central es que la ficha del extremo es propiedad de Huracán. Sería más factible acordar un préstamo con Milan, dueño del pase del zaguero.
¿Quién es Marino Hinestroza, el colombiano que coquetea con Boca?
Y hay otro delantero que se desempeña por afuera que también está en los planes del presidente ídolo. Se habla de Marino Hinestroza (22 años), jugador de Atlético Nacional de Colombia, por el que habría que desembolsar 8 millones de dólares.
El extremo de 22 años es una de las grandes estrellas de la Liga colombiana. De hecho, el caleño ya cuenta con experiencia en el fútbol de Brasil, México y Estados Unidos. Un atacante con mucha habilidad y que ya ha tenido convocatorias en la Selección.

En simultáneo con estas charlas que se dieron en las últimas horas entre Russo y Riquelme, hay una situación que debe finiquitarse para poder llevar a cabo la presentación formal. La salida de San Lorenzo será controversial porque el técnico de 69 años tenía un contrato firmado hasta diciembre. Y aunque le deben el sueldo de marzo y abril, los dirigentes azulgranas reclaman una indemnización por la interrupción prematura del vínculo. “Alguien va a tener que pagar”, dijo Lopardo.
Hasta ahora, Russo no brindó declaraciones oficiales. Sin embargo, se supo que las últimas 48 horas fueron muy intensas. El lunes se levantó temprano, fue a una estación de servicio de Palermo donde suele tomar un café y leer los diarios, y por la tarde se juntó con el mencionado Lopardo. De la reunión con el presidente interino de San Lorenzo se retiró con la renuncia aceptada, pero sin los términos de un acuerdo económico. Luego, pasó por Lanús, donde participó de un homenaje por el ascenso de 1992 con el ‘Granate’. Resultó una iniciativa del programa partidario ‘Momento Granate’ y tuvo la presencia de otro Russo, Nicolás, el mandamás del club del Sur del conurbano. Y más tarde, se juntó con Riquelme.
Este martes, arrancó para la Ciudad Deportiva. No importó el diluvio. Saludó a los jugadores y se retiró para la casa. Habló con su ayudante Claudio Úbeda y quedó en volver a comunicarse cuando se produjera la desvinculación. Había esperanza en Boca de contar con Miguel a la tarde, en el regreso de los futbolistas a los entrenamientos.
¿Por qué Riquelme eligió a Russo? Porque quedó descartado el Plan A, que era Gabriel Milito -este martes fue presentado en Chivas de Guadalajara en México- y con el que nunca se comunicó. El presidente mandó a decir que hubo un llamado, pero desde el entorno del ex técnico de Independiente, Estudiantes, Argentinos y Atlético Mineiro aseguran que no se produjo ningún contacto. El nombre de Gustavo Quinteros quedó desechado; también, el de Gerardo Martino. No obstante, el perfil estaba claro, un entrenador con canas, de mano sabia y Miguel, además, conoce el paño azul y oro.
Al borde de los 70 años, le llegó una posibilidad inmejorable. Una revancha en ese torneo que perdió ante Milan en Tokio, ahora reversionado y con un debut proyectado ante Benfica de Portugal, el 16 de junio en Miami.