Luca fue el primer rockero tatuado, Charly no se inyectó tinta, el Indio tampoco y Litto Nebbia, menos que menos

Roberto Pettinato nos dice que Luca tenía un “cuadradito” en un hombro. Un cuadradito sin terminar que se lo había hecho él mismo en la cárcel. El dato tiene sentido porque el ex cantante de Sumo sería nuestro primer tatuado ilustre. “No se lo hizo en el hospital, donde también estuvo internado antes de venirse para acá, se lo hizo en la cárcel”, cuenta Pettinato.

Oscar Jalil, autor de Luca Prodan, divino tesoro, dice más: “Algunos cuentan que ese tatuaje tenía un costado de oscurantismo. Y su relación, sobre todo, de estar siempre al borde de la muerte y jugar con eso. Andrea (su hermano) me contó que desde muy chico Luca tuvo como una rara fascinación con la muerte”.

A nivel local, el tatuaje es una moda que trajeron los músicos rockeros que vivían afuera o viajaban mucho. ¿Miguel Abuelo tenía tatuajes? Dos fuentes consultadas lo niegan rotundamente a su manera: “En su biografía, ni una sola palabra, nunca se habla de tatuajes”. Y la otra: “Te puedo asegurar que no tenía”.

Una manera de rebeldía que el rock resignificó hasta la ridiculez. Pettinatto tiene un ensayo sensacional donde dice que “el pelo largo fue el primer tatuaje” de la juventud. El comportamiento transgresor luego fue mutando y hoy está de moda tatuarse un casete.

Luca habló de su geometría inconclusa. De cuando inyectar tinta estaba reservado a militares, convictos y trabajadores del circo. “Es un tatuaje en código de los presos en las cárceles en Roma. El rectángulo de la celda estrecha. El circulo del individuo que queda integro y no se hace modificar por el sistema. Es perfecto”.

El cuadradito quedaba en su hombro izquierdo y se completaba con un redondel casi invisible. Todo el conjunto parecía hecho con birome Bic. ¿El hombro es el lugar por excelencia? Se cree que el 70 por ciento de primeros tattoos se hacen ahí. Es una “zona popular”, dijo el tatuador estrella Brian Woo. Logra una especie de equilibrio entre “visibilidad y menor probabilidad de estiramiento” con el tiempo.

Rock y tattoos van prácticamente de la mano. Diego Capusotto apostaba por WhatsApp a que era Luca el primer rockero de acá en tener tatuaje y Pettinato se lo confirmó. “De afuera -arriesga-, seguro que el primero debe haber sido Ozzy Osbourne, en la época de Black Sabbath”. Puede ser, Ozzy tiene tatuajes hasta en las rodillas. Dos caritas. “Siempre puedo fingir que están vivas y hablo con ellas”, declaró desde su niño interior.

La calavera nació para ser tatuaje y ahora es un meme incondicional. Marilyn Manson se hizo una. Axl Rose tiene un cráneo a lo Hamlet en su antebrazo. Billy Joe Armstrong, líder de Green Day, lo ubicó entre la clavícula y una costilla.

De nuestro rock, yendo a los inicios, Javier Martínez, ex Manal, no tenía marcas de tinta y lo más cerca que estuvo Litto Nebbia del tatuaje fue con una canción. El coautor de La Balsa, sin embargo, supo ser el extraño de pelo largo. “Para mí el rock fue una revolución estética”, dijo y nos conquistó recordando que cuando lo llevaban preso, con Onganía, le cortaban el pelo en la comisaría y él “lloraba”.

Antes de que se convirtiera en una boutique, el tatuarse proponía un mensaje: no nos gusta la sociedad en la que estamos viviendo. Cuanto más te tatuás, más huecos te ves. Duki habló de ese trauma moderno, una deformación epidérmica. Hay gente que exige que la mires. “¿Qué es esto?” “¿Y esa mancha verde que tenés en el tobillo?” “Ah, pensé que era acelga”.

Duki tiene tatuajes faciales y cartas marcadas. Cuando le preguntan dice que son como piezas de arte. Desde alas de ángel y diablo hasta simbolitos de póker hasta un Versace. Una artista plástica argentina, oportunamente entrevistada por este diario, figura en los libros por haberse tatuado 140 flores de cerezo a lo largo y ancho del cuerpo.

Con sus ágiles y ligeros casi 70 años, Roberto Pettinato ostenta ser el rockero local más grande de edad con tatuajes. Podría figurar en su próximo curriculum. Nos muestra sus brazos de Bond Street como si le alegraran la piel. De los músicos del Olimpo criollo, Andrés Calamaro es un serio cultor del tatuaje. El único.

Parece que donde ahora puede verse un toro, antes se destacaba el famoso tatuaje AC/JC (Andrés Calamaro/Julieta Cardinali) que el Salmón se había hecho en 2005, imitando el logo de AC/DC. Miguel Mateos no tiene tatuajes, pero el hermano parece que sí.

Perdón, ¿y Fito Páez? ¿Alguna mariposa techicolor quizás? “Nop“, susurra una conocedora de su vida y su obra. Tachemos otra celebridad .

Hemos leído que cada tribu se produce a su manera a la hora del ritual, sean rayas de sangre de chancho en los pómulos o ungüentos afrodisíacos. El periodista Javier Aguirre la tiene clara: “En el caso de los grupos de rock, los tatuajes son un medio habitual de los fans para expresar el amor por las canciones, la banda y todos aquellos intangibles que vienen adjuntados detrás de un experimento artístico”.

¿El Indio Solari se habrá tatuado la cara del Indio Solari? “El Indio Solari se tatuaría su CBU“, interrumpe Pettinato.

A la fecha, la piel del ex cantante de los Redondos se encuentra virgen, libre de manchas. “Nada de tatuajes que ensucien su piel”, sopla un miembro del Fans del Indio Solari.

Alguien que ha visto -y más de una vez- desnudo a Charly García habla como testigo encubierto: “No, Charly no tiene ni un solo tatuaje”. ¿Spinetta? Tampoco existen registros o imágenes que indiquen eso.

Un Top Ten de bandas internacionales que más tatuajes inspiran está encabezado por Pink Floyd con unas 13.000 búsquedas mensuales relacionadas a sus diseños. Este debe ser el único ranking musical donde Los Beatles están por debajo de Linkin Park.