El gobierno de Javier Milei endureció los requisitos para los extranjeros que quieran obtener la ciudadanía argentina como parte de la reforma migratoria, además de confirmar que no podrán ingresar los extranjeros con antecedentes penales, lo que abrió la incógnita sobre la cantidad de ciudadanos de otros países que viven en Argentina.
En enero del año pasado el INDEC publicó los datos de las migraciones internas e inmigración, que arrojó un viraje en la procedencia de la población llegada al país en los últimos años.
En comparación al Censo 2010, hubo una reducción de inmigrantes. Solo el 4,2% de la población total de 46.234.830 habitantes de Argentina es inmigrante: suman casi 2 millones.
Ese 4,2% registrado en el último Censo repite la cifra de inmigrantes del Censo 2001 y solo bajó 0,2% con respecto a 2010. Pero el cambio más significativo está en las regiones de procedencia.
Los datos reflejan el porcentaje de inmigrantes de países latinoamericanos no limítrofes más alto de la historia argentina (se puede revisar desde 1869, cuando se hizo el primer censo nacional).
En el podio de esas llegadas está Venezuela, el tercer país que más migrantes le dio a la Argentina en la última década, detrás de Paraguay y Bolivia, históricos “primeros”, en ese aspecto.
En total, el Censo reflejó 1.941.862 extranjeros censados. De este total, el 27% son paraguayos que vinieron al país. Aunque siguen siendo los líderes del ranking, la cantidad cayó tres puntos porcentuales con respecto al Censo de 2010.
El segundo lugar lo ocupan los ciudadanos de Bolivia que vinieron al país: el 17,5%, dos puntos porcentuales menos que en 2010.
El podio lo completan los venezolanos con el 8,4% del total de inmigrantes. Es decir, más de 163.000 personas. La composición del grupo es gente joven, en sus veintes, treintas y cuarentas. Pocos, en comparación a quienes vienen de países limítrofes, son chicos o adolescentes y pocos tienen más de cincuenta, a diferencia de la población chilena o uruguaya.
Para completar el “top ten”, el cuarto puesto de inmigrantes lo tiene Perú, y siguen Chile, Uruguay, Italia, Brasil, España y Colombia.
En cuanto al tercer puesto que hoy tiene Venezuela, hay que decir que es un lugar que viene dando sorpresas. Mientras que en el Censo 2010 lo ocupó Chile, en el Censo 2001 lo había hecho Italia.
Por primera vez desde que se hace esta estadística poblacional, los que llegaron de países limítrofes fueron porcentualmente menos que en el registro anterior. La cifra siempre aumentaba, pero ahora descendió.
Y además, en términos porcentuales la población europea que vino a la Argentina se redujo a la mitad de lo informado en 2010. La tendencia a la baja se ve desde 1914, pero el escalón nunca había sido tan abrupto como en este registro, cuando del 16,5%, ese grupo pasó a 8,3%, en 2022.
Según datos de Migraciones a los que accedió Clarín, al menos hasta 2002 el paso fronterizo de mayor movimiento era el de Iguazú, Misiones, en la Triple Frontera con Brasil y Paraguay. Casi dos millones de ingresos de extranjeros, incluidos los extranjeros residentes, y más de un millón y medio de egresos por el paso “Puente Internacional Tancredo Neves”.
Nivel educativo de los inmigrantes en el país
La provincia y la ciudad de Buenos Aires tienen la mayor proporción de inmigrantes, en comparación a las otras provincias. De hecho, la mitad de los extranjeros que registró el Censo está en territorio bonaerense, mientras que CABA tiene casi al 22%. Le sigue Mendoza con una cifra comparativamente irrisoria, de menos del 3,4%.
En cuanto al nivel educativo, la proporción de los que terminaron la secundaria es casi idéntica a los nativos (un cuarto de ambas poblaciones), los residentes con “hasta secundario incompleto” son el 45%, cinco puntos porcentuales menos que el registrado en los inmigrantes (50,5%).
Esto genera que en el tercer ítem, que es “superior o universitario incompleto” también haya una cifra un poco más alta para los locales: 29,8% versus 24,4%.
Los principales cambios de la reforma migratoria de Milei
Entre los principales cambios que propone el extenso documento que el Poder Ejecutivo publicó en el Boletín Oficial (número 366/2025), se encuentran el endurecimiento de los requisitos para obtener la ciudadanía argentina, la expulsión de inmigrantes ilegales o con condenas y variantes en los accesos a los servicios de salud y educación a los extranjeros.
El Gobierno fijó que los extranjeros serán admitidos para ingresar y permanecer en el país en las categorías de ‘residentes permanentes’, ‘residentes temporarios’ o ‘residentes transitorios’ y que la ‘residencia precaria’ que se otorga por 90 días corridos, podrá ser revocada por Migraciones cuando se desnaturalicen los motivos que se tuvieron en cuenta para su otorgamiento.
El Decreto dispuso además que “los extranjeros que soliciten admisión bajo cualquiera de las categorías migratorias previstas en la normativa vigente deberán presentar una declaración jurada en la que manifiesten el propósito de su ingreso, que cuentan con un seguro de salud para atender sus necesidades médicas y las demás condiciones que establezca la reglamentación”.