Hablar con James Bond siempre resulta atractivo, aunque el motivo de la entrevista no tenga que ver con el agente 007. Pierce Brosnan atiende el Zoom exclusivo con Clarín no desde alguna de sus casas en Hawaii, Malibú o Dublín. Está en Londres, en plan promocional de Mobland (Tierra de mafia), la muy buena serie que este jueves estrena Paramount+ en Latinoamérica, en la que confluyen el crimen y el drama y que protagoniza con Tom Hardy y Hellen Mirren.
Brosnan, que acaba de cumplir 72 años, encarna al jefe de una familia criminal, los Harrigan, que se enfrenta a los Stevenson, y que cuenta con la ayuda de un “arreglador” o “solucionador” de problemas, Harry Da Souza (el papel de Tom Hardy).
Como siempre el tiempo es escaso, pero hay un resquicio para hablar con el actor irlandés que supo ser James Bond, enamorar a Meryl Streep en Mamma mia!, que casi fue Batman y que se dedica a la pintura con una finalidad terapéutica.
-Cuando empezaste en la actuación, ¿a quién te querías parecer?

-De joven actor, quería ser Marlon Brando. Sí. Quería serlo. Así que tomás cosas de Marlon Brando, tomás cosas de Robert De Niro, pero nunca vas a ser esas personas porque tenés que ser vos mismo. Experimentás, tomas cosas, observás y jugás. Al final, interpretás tus papeles. Y sí, te lleva un tiempo poder simplemente jugar.
-¿Qué sabés de la Argentina? ¿Tenés amigos de acá o conocés algo de nosotros?
-No, la verdad es que no. Por cierto, ¿viste la serie? ¿Has visto los episodios? -se nota que le interesa hablar de Tierra de mafia-.

-Vi los dos primeros episodios, y encuentro que tu personaje tiene aspectos muy contrastantes, que no cambian. Es un jefe de la mafia, pero se deja manipular o influenciar en parte por su esposa. ¿Cómo trabajaste el personaje?
-Me senté en mi dormitorio en mi casa a leer el guion, una y otra vez, acostándome con la historia y despertándome con ella. Lo trabajé día tras día durante los últimos cinco meses. Guy Ritchie me llamó el verano pasado y me envió cinco guiones. Los leí, los disfruté y dije que sí. Helen Mirren y yo habíamos estado trabajando juntos el verano pasado en una película llamada The Thursday Murder Club…
-Que la dirige Chris Columbus, con quien trabajaste en “Papá por siempre”, como la nueva pareja de la esposa del personaje de Robin Williams…
-Exacto. Y ella me preguntó: “¿Vas a hacer esto?”. Port entonces la serie se llamaba The Donavans. Ahora, claro, es un mundo de mafiosos. Me preguntó: “¿Qué te parece?”. Le dije: “Bueno, quiero hacerlo. Quiero volver a Inglaterra. Quiero trabajar aquí”. Lo leyó y dijo: “OK, me sumo”. Y de la noche a la mañana, nos convertimos en marido y mujer, Conrad y Maeve.

-¿Qué te sedujo de Guy Ritchie?
-Me encanta el trabajo de Guy Ritchie. Es un director con mucho estilo, un cineasta apasionado, que ha creado su propia leyenda, su propio estilo, su lugar único en el Partenón de la narrativa cinematográfica. He sentido un gran respeto por Tom Hardy, que es una presencia emocionante y poderosa en pantalla. Esas son algunas de las razones. Mi personaje, Conrad Harrigan, es padre. Tiene hijos. Es un hombre bastante brutal, astuto, taimado, encantador.
-Como ya has interpretado con anterioridad…
-Sí, supongo que eso es algo que he hecho en mi carrera. En fin, todo eso me hizo decir que sí, y aquí estamos, a punto de mostrárselo al mundo.

Foto IG
-Tengo curiosidad por saber cómo fue tu primera conversación con Guy Ritchie. ¿Hablaste con él antes de que te enviara los guiones?
-Mmm no, la verdad es que no. El verano pasado mi asistente me envió un mensaje. Me dijo: “Hay una serie de televisión de Guy Ritchie y te han ofrecido el papel de Conrad. Acá tenés los primeros cinco episodios”. Después de muchas semanas, por fin hablé con Guy. Charlamos un poco. No nos conocíamos mucho, pero hablamos algo del personaje y empecé a hacerle preguntas, y me dijo: “Escuchame, no te preocupes, lo solucionaremos ese día, en 15 minutos, no te preocupes, olvidate de eso”.
Y yo, como te podrás imaginar, no lo saqué de mi mente, obviamente. Lo pensé. Y cinco semanas después, él estaba filmando con Tom Hardy y conmigo. Era nuestro primer día.

-¿Y qué te respondió a tus preguntas, a tus consultas sobre Conrad?
-Me dijo que lo hiciera más irlandés. Y lo hice. Lo hice, y… “Bueno, sos irlandés, ¿eh?”, me dijo. Así fue como sucedió.
-¿Encontrás alguna reminiscencia, algún parentesco en “Mobland” con otras series sobre mafiosos, como Peaky Blinders, quizá? Comparten que es la historia de una familia criminal que se vuelve cada vez más poderosa.
-Ah, sí, quiero decir, hay similitudes, hay claros símbolos de similitud con Peaky Blinders, ya sean cortes de pelo o gorras, o simplemente los matices de los personajes, ya sabés, lo que sea. Me parece que más se parece a El Padrino. Guy se inspira en todos los elementos básicos de la narrativa, y en todas las grandes imágenes, y las homenajea. O sea, el homenaje es una película que hice, The Long Good Friday (1980), que hice con Bob Hoskins y en la que participó Helen Mirren.

-Fue tu primera película, sí.
-Sí, así es. Así que resulta una idea maravillosa y creativa. Es interesante que el público diga: “Ah, es una referencia a ésta o a aquella película”.
El asunto Bond, James Bond

Brosnan será siempre recordado por interpretar al agente 007. Lo hizo en cuatro películas, la primera fue GoldenEye, la siguieron El mañana nunca muere, El mundo no basta y Otro día para morir, que fue su despedida y que mostraba a un James Bond en situaciones, por lo menos, ridículas. La saga del 007 daría un vuelco con Casino Royale, con un nuevo Bond, Daniel Craig.
-¿Te interesaría interpretar una versión de Bond que se ajuste a tu edad actual?
-Les deseo lo mejor a todos.
-¿No te entusiasma la idea?
-Es una situación delicada. Creo que es mejor dejar las cosas como están. Es una idea linda, pero creo que es mejor dejarlo en manos de otro hombre, en realidad. Sangre nueva.

Y no es que en el presente Brosnan viva del pasado, pero también hay otra saga que lo ha involucrado exitosamente. Y es la de Mamma mia!. ¿Hay algo con respecto a una tercera película?
“Creo que todos estamos listos para Mamma Mia! 3. Veremos qué sucede. Sería maravilloso hacerlo. ¿Por qué no?”, dice.
Y casi fue Batman
Antes de ser James Bond, Pierce pudo ser Batman. Fue a una audición de la película que dirigiría Tim Burton. Por entonces, Brosnan tenía 35 años y, conocido por sus comentarios en broma, no pudo contenerse ante el director de Beetlejuice. Le dijo ¿Sabés que no puedo entender a ningún hombre que use sus calzoncillos por fuera de sus pantalones?, comentario que no le cayó bien a Burton, y no pasó del primer encuentro. El papel de Bruce Wayne quedó para Michael Keaton, pero el enojo de Burton no fue tan fatal, ya que luego lo llamó para participar en la desquiciada ¡Marcianos al ataque!.
A Brosnan antes de la actuación le apasionaba la pintura. Poco a poco dejó los pinceles para convertirse en el actor que hoy conocemos, pero volvió a los lienzos cuando su primera esposa, la actriz australiana Cassandra Harris, a la que había conocido a poco de él graduarse en el Drama Centre, falleció como consecuencia de un cáncer de ovario en 1991. Dice que fue una manera de reconectarse consigo mismo.

Y ha mantenido una “carrera” paralela entre la actuación y las bellas artes, pero casi como una acción terapéutica, teniendo su primera exposición propia e individual (“Tantos sueños”) hace solamente dos años, en 2023 y en Los Angeles. “Pinto desde 1987. Pintar me ha ayudado a encontrar mi camino en la vida. Cuando me siento angustiado, voy al lienzo. Me reconforta y me hace feliz”.
Ahora lleva casi un cuarto de siglo casado con la periodista Keely Shaye Smith, a quien conoció de casualidad cuando ella estaba en Cabo San Lucas, México, y al no poder entrevistar al actor Ted Danson, se le acercó y así comenzó su romance.
Un romance similar al que Brosnan tiene con el cine, o con cualquier formato de narración en imágenes, aunque no vea en su futuro inmediato un nuevo Bond, pero tal vez sí volver a enamorar a Meryl Streep.