El Ballet del Teatro Colón, que dirige Julio Bocca, estrenó el jueves 29 de mayo un programa de tres obras; es decir, ese formato que ya desde hace tiempo se nombra como “Programa mixto”. Y, como en ciclos anteriores, hay también en él una mixtura de estilos, de épocas y de vocabularios de danza.
En el terreno estricto del ballet académico, la Suite de Paquita, de Marius Petipa recreada por Luis Ortigoza, ofrece el brillo de sus variaciones con el dominio técnico que exigen.
Chacona, del español Goyo Montero, es una bella “arquitectura móvil” , una expresión contemporánea en cierta forma abstracta pero también atravesada por la emoción.
En cuanto a Por vos muero, del también español contemporáneo Nacho Duato -una obra que el Ballet del Colón repuso en varias oportunidades-, abre un abanico de situaciones inspiradas en el Siglo de Oro y en versos de Garcilaso de la Vega.
Paquita
Conviene, en primer lugar, que el espectador se despreocupe de a quién representa el personaje de Paquita: del ballet original estrenado en San Petersburgo en 1882 –música de varios autores- con su argumento dramático ambientado en la época de la invasión napoleónica a España, sólo ha quedado una “Suite”; es decir, un conjunto de escenas variadas, sin argumento, e interpretadas en forma sucesiva por primeros bailarines, solistas y cuerpo de baile.

Nada sabremos en esta “Suite” sobre las vicisitudes de la gitana Paquita y de su enamorado Lucien D’Hervilly. Basta disfrutar del generoso despliegue de virtuosismo y de actuaciones en general, y en particular, estupendas.
Ayelén Sánchez encarnó una Paquita excelente, muy plantada y a la vez sutil. Su compañero, Facundo Luqui, tuvo sus más y sus menos, quizás por los nervios del debut.
Luis Ortigoza, que forma parte actualmente del equipo artístico de Julio Bocca, hizo un gran trabajo recreando las difíciles variaciones y sumando al principio una escena enteramente nueva con un cuerpo de baile masculino. Y aunque es imposible, por cuestiones de espacio, detenerse en cada intervención de las seis bailarinas solistas, no puede dejar de mencionarse las interpretaciones de Milagros Niveyro, en su variación de una finura absoluta, y de la siempre destacable Rocío Agüero.
Chacona
En una entrevista reciente, Goyo Montero (nacido en Madrid en 1975) decía, con otras palabras, que el mundo que se crea en el escenario es de quienes están en él, mundo al que el espectador simplemente se asoma. Un principio sin duda contrastante con el de los ballets de la segunda mitad del siglo XIX, dirigidos explícitamente al público.

Su Chacona, con dieciséis bailarines en escena, junto con un violinista (Rafael Marrero), un guitarrista (Miguel de Olaso) y una pianista (Fernanda Morello) es una expresión perfecta de ese espacio íntimo al que el espectador efectivamente se asoma. Por otra parte, la bella Partita N° 2 de Bach, orquestada aquí para aquellos tres instrumentos, no es sólo el soporte sonoro de la coreografía: entre una y otra se teje una trama delicada pero sólida.
La expresión “arquitectura móvil” que aparece más arriba, se refiere a lo siguiente: en una pieza coreográfica, aquello que vemos en cada instante se desvanece a medida que el tiempo de la obra transcurre y se van revelando los instantes siguientes. En Chacona la traza se construye como una estructura -y en este sentido, arquitectónica- que permanece en los ojos aunque ya no la veamos. Montero asoció su coreografía, logradamente, a lo que encuentra en la música de Bach: al mismo tiempo espiritual y terrenal.
Un elemento fundamental de esta construcción es el magnífico diseño de las luces, del propio Montero y Nicolas Fischel, consustanciales a la obra.
Por vos muero
Esta pieza, creada para la Compañía Nacional de Danza de España que dirigía Nacho Duato, tuvo su estreno original en Madrid en 1996 y el Ballet del Colón la incorporó a su repertorio en 2017.
Una porción pequeña de la vasta producción de Duato pudimos disfrutar cuando la CND se presentó en el Teatro San Martín de Buenos Aires en 2009. Pero allí pudimos percibir, al menos en sus obras más tempranas, una cierta incidencia del vocabulario del coreógrafo contemporáneo checo Jiri Kylian, una influencia de su lenguaje a la vez fluido y desarticulado, su musicalidad muy precisa, su carácter tan aéreo como terrestre.

Pero Nacho Duato trascendió la influencia de Kylian gracias a su vuelo propio, sus temáticas muy personales, una conexión con la cultura mediterránea de la que proviene y el uso de elementos de la tradición española que lo distinguen como un creador muy personal.
Por vos muero, sobre música del Renacimiento español y versos de Garcilaso de la Vega dichos por Miguel Bosé, es una auténtica joya y un precioso ejemplo de cómo Duato reelaboró antiguos materiales populares con una perspectiva contemporánea.
Sobre las características de la obra el coreógrafo había dicho: “Es un homenaje al papel que desempeñaba la danza en los siglos XV y XVI en España, cuando se bailaba en todos los ambientes, desde la corte hasta las plazas y los bautizos; la danza entonces era la representación del sentir de las gentes, cosa que ahora se ha perdido; ha pasado a ser un Arte, con mayúscula”.
Por vos muero es una obra con personajes pero sin argumento, cuya modernidad de vocabulario y su dramatismo un poco irónico, su humor y su misterio, se conjugan maravillosamente con la música de compositores hispanos del Renacimiento y con los versos de Garcilaso.
Ficha
Intérpretes: Ballet del Teatro Colón Director: Julio Bocca Programa: “Paquita”, de Luis Ortigoza sobre el original de Marius Petipa; “Por vos muero”, de Nacho Duato sobre música del barroco español; “Chacona”, de Goyo Montero, música de Johann Sebastian Bach Funciones: Hasta el 8 de junio Teatro: Colón, Libertad 621, CABA.