La tunecina Ons Jabeur, ex número dos del mundo y finalista de tres Grand Slams que actualmente ocupa el puesto 36 del ranking WTA, publicó una carta en X en la que marca claras diferencias que a su entender existen en la forma de ver y analizar al tenis femenino en comparación con el masculino. Además, busca que se valore a las tenistas mujeres del mismo modo que a los hombres.
“No tienen que estar de acuerdo. Solo lean con el corazón abierto”, escribió para acompañar ese posteo Jabeur, quien perdió en la primera ronda de Roland Garros ante la polaca Magdalena Frech y cortó una racha de diez victorias consecutivas en su debut en los Grand Slams.
“Cuando una mujer gana 6-0, 6-0,lo llaman aburrido. Demasiado fácil. ¿Y si lo hace un hombre? Eso es “dominación”. “Fuerza”. “Imparable”. Cuando las mujeres juegan con potencia, les dicen que “juegan como hombres”. Como si la fuerza, la velocidad o la agresividad no tuvieran cabida en el juego de una mujer. Si celebran, son dramáticas. Si no lo hacen, son frías. Demasiado emocionales”, dice parte de la carta que se viralizó en las redes sociales mientras se disputa la tercera ronda del Major parisino.
You don’t have to agree , just read with an open heart❤️ pic.twitter.com/pmJnWhgy6L
— Ons Jabeur (@Ons_Jabeur) May 30, 2025
A muchas atletas increíbles les han dicho lo mismo una y otra vez. Que nadie las ve. Que a nadie le importa. Que el deporte femenino no “mueve a la gente”
Los juicios llegan rápido, a menudo de quienes nunca han visto un partido completo.
Un estadio vacío se usa como prueba. ¿Los estadios llenos? Convenientemente ignorados.
Un tiro fallado se vuelve titular. ¿Los cientos de tiros brillantes? Olvidados.
Aun así, ellas se presentan. Aun así, compiten. Aun así, cargan con el deporte sobre sus hombros.
Cuando una mujer gana 6-0, 6-0, lo llaman aburrido. Demasiado fácil. ¿Y si lo hace un hombre? Eso es “dominación”. “Fuerza”. “Imparable”
Cuando las mujeres juegan con potencia, les dicen que “juegan como hombres”. Como si la fuerza, la velocidad o la agresividad no tuvieran cabida en el juego de una mujer.
Si celebran, son dramáticas. Si no lo hacen, son frías. Demasiado emocionales. Demasiado distantes. Demasiado ruidosas. Demasiado calladas. Demasiado. Nunca lo suficiente. Y aun así, el juego sigue creciendo.
Coco Gauff lidera con una creencia sin miedo. Aryna Sabalenka golpea con una potencia inigualable. Iga Swiatek domina con calma y precisión. Jessica Pegula aporta constancia incansable. Paula Badosa lucha contra cada tormenta. Mirra Andreeva irrumpe: joven y valiente. Jasmine Paolini ilumina la cancha con fuego y coraje. Elena Rybakina es serena y letal. Naomi Osaka habló sobre sus batallas fuera de la cancha y sigue intentándolo. Venus y Serena Williams rompieron barreras y luego rompieron récords.
El juego está lleno de historias. De grandeza. De lucha. De gracia bajo presión. Y aún así muchos eligen no mirar. No escuchar. No importarles
La creencia no es un requisito. El permiso no es necesario. El respeto puede tardar, pero el progreso no espera. Así que cuando los titulares digan “nadie lo ve”, recuerda: las gradas llenas simplemente nunca fueron parte de la narrativa.
Cuando digan “demasiado fácil”, miren mas de cerca: se tardaron años en llegar a ganar así de rápido. Y cuando alguien diga que las mujeres no juegan con potencia, vuelve a mirar y esta vez sé honesto. El juego no está pidiendo ser visto. Ya está brillando.
Nadie niega la grandeza en el tenis masculino: las batallas increíbles, el legado, la magia bajo presión. Pero honrar un lado del deporte no debería significar ignorar al otro
El tenis femenino lleva escribiendo su propio legado en voz alta, con brillantez y por demasiado tiempo sin el pleno reconocimiento
Con respeto, una jugadora que eligió esta raqueta por pasión y honra a cada mujer que lucha por su lugar en la cancha.