Inter o Paris Saint-Germain. Lautaro Martínez o Luis Enrique. Dos figuras (una en el campo, otra en el banco) y dos líderes de equipos que desde hace tiempo procuran este título. Solo uno podrá festejar este sábado tras la final de la Champions League que estos conjuntos protagonizarán desde las 16 en el Allianz Arena de Múnich, con transmisión para la Argentina por ESPN, Fox Sports y la plataforma Disney+.
Si bien Inter no inició esta temporada como candidato al título, ha llegado a la gran cita en Múnich con sobrados méritos, lo que le permite soñar con conseguir su cuarto título en este certamen en su séptima final y 15 años después de su última consagración. Se le escapó entre los dedos en 2023, cuando perdió el duelo decisivo ante Manchester City en Estambul. Esa es la gran espina que tiene clavada el combinado de Simone Inzaghi.
El conjunto milanés es compacto en defensa, tiene calidad en el mediocampo, se muestra vertiginoso en ataque y presume de una idea de juego muy clara, conocida por todo un plantel que rema en la misma dirección y que repite, casi en su totalidad, la experiencia de vivir una final de este nivel.
El líder, claro, es Lautaro Martínez. El capitán desde hace dos temporadas aspira a su primer título europeo tras la consagración frustrada por el City hace dos años y la final de la Europa League perdida en 2020 ante Sevilla. Más allá de eso, el bahiense ganó casi todo lo que un futbolista puede ganar: el Mundial, la Copa América (dos veces) y la Finalissima con el seleccionado argentino; la Serie A, la Copa Italia y la Supercopa italiana con Inter.
El exjugador de Racing llega a este desafío en su mejor momento. Es historia viva del club, al ser el máximo goleador del Inter en la Liga de Campeones, con 21 tantos, y el máximo goleador extranjero de la historia del club, con 151 gritos.
Recuperado de la lesión que le impidió jugar al máximo en las semifinales ante Barcelona, Martínez comandará la ofensiva junto al francés Marcus Thuram, en una alineación de gala que vestirá a Alessandro Bastoni, Nicolò Barella, Denzel Dumfries, Hakan Çalhanoğlu y compañía de amarillo.
La única duda reside en si al menos uno entre Benjamin Pavard y Yan Bisseck, encargados de hacer de central diestro en la línea de tres defensores, podrá estar finalmente disponible o si será Matteo Darmian el encargado de ocupar esa posición. Todos los caminos conducen al francés.
Su rival, PSG, es un equipo que, desde que la Autoridad de Inversiones de Qatar (QIA) tomó el control de la institución en 2011, ha perseguido sin éxito la coronación en un certamen que se transformó en su obsesión. Estuvo a un paso de lograrla en 2020, pero perdió ante Bayern Múnich la final que se disputó a puertas cerradas (como consecuencia de la pandemia de covid-19) en el Estádio da Luz, en Lisboa.
El PSG accedió a esta nueva final armado hasta los dientes, con un conjunto bien aceitado y una filosofía de juego que ha impregnado hasta los huesos cada estamento del club. El plantel es joven y prometedor. Y, gane o pierda contra Inter, tendrá un futuro prometedor. Aunque, en estas horas, nadie quiere siquiera sugerir la posibilidad de una derrota en Múnich.
Luis Enrique cuenta con un equipo determinado a aplicar al pie de la letra el credo que desde que empezó 2025 ha maravillado al mundo. Su asfixiante presión y su desbordante poderío físico han llevado a estos jugadores a crear lo más parecido a un fútbol total en estos tiempos de poco brillo. Y todo ello pese a que el PSG perdió hace un año a quien era su as de espadas, Kylian Mbappé.
Así ha llegado hasta este partido una dotación en la que, más allá de la del técnico, no asoma ninguna cabeza, ni siquiera la de su reinventado delantero Ousmane Dembélé, para quien el club no ha hecho campaña por el Balón de Oro. Tiempo habrá si finalmente los franceses se llevan la copa de Alemania.
La única duda del técnico para el encuentro decisivo reside en la tercera punta de su tridente. Seguros Dembélé y el georgiano Khvicha Kvaratskhelia, Bradley Barcola parece tener cierta ventaja sobre Desiré Doué por su buena actuación el pasado sábado en la final de la Copa de Francia, que el PSG le ganó 3 a 0 a Reims.