Fluía el Alpine de Franco Colapinto por primera vez desde su regreso a la Fórmula 1. Era llamativo, sobre todo después de ese viernes maldito, con llamarada incluida, que obligó a cambiar parte de la unidad de potencia y el escape del auto entre la FP1 y la FP2 en las que anduvo muy lento. Había estado cerca de Pierre Gasly, su compañero, en el FP3 y, ya en la clasificación, se ilusionaba con meterse en la Q2. Pero entonces llegó la falla mecánica y el mundo se le vino abajo al argentino.
“Me sentí mejor. Creo que teníamos muy buen potencial para quedar bastante adelante en esa Q1 y después pelear por entrar a Q2, que era lo que queríamos y lo que podíamos hacer. Es una pena, no es lo que esperábamos”, se lamentó ya en la zona mixta Colapinto. La furia ya había pasado.
Un rato después se empezaron a difundir las imágenes del momento en que el auto inexplicablemente fallaba. Fue a la salida del garaje de Alpine cuando se aprestaba a salir a buscar un mejor tiempo y la caja de cambios hizo un ruido rarísimo. Llegó a colocarse por detrás de Gasly, pero el coche quedó completamente varado. Y, para colmo, bloqueaba la salida del resto de los pilotos que buscaba una última vuelta rápida.
En cuanto toma la calle de boxes y frena se nota el fallo en el cambio de Colapinto, anti-stall y apagón.
Este #Alpine es una pesadilla mecánica. pic.twitter.com/PdKtlb7RnA
— Diego Alonso (@DiegoAlonsoF1) May 31, 2025
Por ese incidente, Colapinto fue investigado, pero no recibió castigo alguno. “Los comisarios revisaron el video, la radio del equipo y la evidencia de video en el coche y determinaron que el coche 43 tuvo un problema técnico mientras se encontraba en el carril rápido de la Q1. El equipo y el piloto intentaron resolver el problema pero no lo consiguieron después de varios intentos. El piloto se detuvo a la derecha de la carretera de salida de boxes, después de cruzar la línea de salida de boxes y salió del coche”, arranca el documento de la FIA sobre la investigación.
Y cierra: “No consideramos que se hubiera infringido ninguna norma o reglamento por la conducta de del equipo o del piloto al intentar resolver el problema técnico, a pesar de que finalmente no lo consiguieran. En consecuencia, no tomamos ninguna otra medida”.
Además del ruido que denota la rotura de la caja o del embrague, algo que los mecánicos ya están investigando para ver cómo reparan el auto N°43, también trascendió la charla entre Colapinto y su ingeniero de carreras, Stuart Barlow.
-Algo está mal -arranca el intercambio un Colapinto preocupado.
-Okey, amigo – responde Barlow.
-Yo solté completamente el embrague y estoy como en cero-neutral. Es como que no va la primera marcha -describe el problema el argentino.
-Apaga, Franco, apaga. Hicimos lo mejor que pudimos. Perdón, amigo -se resigna Barlow.
-¡La puta madre! ¡Ugggggh! -insulta al aire Colapinto luego de unos cinco segundos de angustia y silencio.
Fue en ese momento cuando el que Colapinto logró mover apenas el auto y lo llevó hasta el pasto, al costado de la calle de la salida. Le pegó al volante antes de sacarlo y luego salió y golpeó con uno de sus guantes una de los ruedas. Allí emprendió marcha rumbo al garaje de Alpine, cabizbajo y con toda la bronca del mundo.
“Tras examinar el auto y los datos de Franco de la clasificación, el equipo identificó un problema en la transmisión. Se darán más detalles antes de la carrera del domingo”, se limitó a comunicar dos horas después Alpine.
Saben los mecánicos que no sólo Colapinto está decepcionado. También hubo enojo y advertencia de Flavio Briatore, el hombre fuerte de la escudería. “Siempre es decepcionante cuando hay un problema que te impide salir a la pista. Necesitamos recuperar el auto y verificar cuál fue el motivo para constatar que no se repetirá”, soltó el italiano.