Las últimas imágenes, registradas por cámaras de la vía pública, la muestran tomando un helado con una amiga. Martina Carbonaro tenía 14 años, y murió en las salvajes manos de su ex novio, cuatro años mayor, Alessio Tucci.
El joven de 18 años confesó el crimen después de ser interrogado por las autoridades, prácticamente acorralado por las filmaciones que lo ubicaron como la última persona que había visto con vida a Martina aquel trágico lunes 26 de mayo en Afragola, al norte de Nápoles en Italia.
La Fiscalía emitió una orden de arresto por homicidio voluntario e inició el proceso judicial, mientras el abogado de Tucci solicitó su traslado por temor a represalias dentro de la prisión de Poggioreale.
Hija única y futura chef: quién era Martina Carbonaro, la adolescente italiana que fue asesinada por su ex novio
Según consignas los medios italianos, Martina era hija única y muy buena alumna en su escuela. “Era una joven alegre, estudiosa, apreciada, y soñadora, que anhelaba ser carabinera o chef”, dijeron sus compañeras.
Quienes la conocían aseguraron que no era habitual que se ausentara sin avisar, y por eso asentaron rápidamente la denuncia de su desaparición. Ese lunes 26 de mayo dejó de responder el teléfono a las 20.30, cuando llamó por última vez a su madre y le dijo que regresaría pronto a su casa.
El miércoles encontraron el cuerpo de Martina escondido en un departamento abandonado cerca de donde vivía. Tras el espeluznante hallazgo, en medio de escombros y restos de basura, se confirmó que ese edificio inhabitado era un lugar común de encuentro para la ex pareja.
Cuando fue detenido confesó que le había pedido a Martina “tener un momento a solas”, que le pidió que recapacite su última decisión, y que “la mató de tres piedrazos en la cabeza“. Ante la pregunta de por qué lo hizo, su respuesta fue: “Porque me había dejado”.
La cronología resulta aterradora e indignante, ya que Tucci fue a ayudar a sus ex suegros, y les dijo que no sabía nada de la adolescente con la que estuvo en pareja durante dos años, desde que la joven tenía 12.
Según trascendió, la relación había finalizado por decisión de Carbonaro, que “se sentía sofocada por el vínculo”, plagado de toxicidad y violencia. Sus compañeras de la escuela contaron que una vez él le pegó una cachetada delante de ellas.
En diálogo con La Repubblica aseguraron: “Ella no podía mirar a nadie en la calle porque él era demasiado posesivo”.
El caso de Martina es el trigésimo primer femicidio del año en Italia. En consecuencia, la presidenta Giorgia Meloni se pronunció sobre el hecho y pidió que la Justicia actúe con “máxima severidad”.
“Martina tenía solo 14 años, tenía una vida por delante, sueños, amistades, la escuela. Le quitaron la vida con una violencia que deja sin aliento, asesinada brutalmente por quien le decía que la quería. Un delito despiadado, que golpea profundamente a cada padre, cada ciudadano, cada ser humano”, escribió Meloni en su cuenta de X.
“Su muerte nos trastorna. Nos obliga a afrontar un mal profundo que no podemos ignorar ni normalizar: la violencia ciega y posesiva que con demasiada frecuencia ataca a las mujeres, incluso a las más jóvenes”, añadió.
Aseguró que aprobó “muchas medidas para intentar frenar este mal”, pero que hay que “ser conscientes de que las normas nunca serán suficientes si no damos vida a un profundo cambio cultural y social”. “Debemos hacer más, todos juntos. Por Martina. Por todas”, concluyó.