Con el paso de los años puede producirse una pérdida de masa muscular y, después de los 65, esta disminución suele acelerarse notablemente. Sin embargo, contar con músculos fuertes y realizar una buena actividad fisica es clave para mantener la independencia, la buena salud y una buena calidad de vida.
Daniel Lieberman, profesor de biología evolutiva en la Universidad de Harvard, afirma en su libro Exercised que, aunque los humanos no evolucionaron para hacer ejercicio voluntario, la actividad física es esencial para la salud.
Esto explica que mantenerse activo a lo largo de la vida ayuda a vivir más y a mantenerse más sano, como indican todos los estudios realizados al respecto. Entre ellos, Lieberman menciona el Estudio de Exalumnos de Harvard, dirigido por Ralph Paffenbarger. En el mismo se reveló que “los exalumnos mayores de Harvard que hacían ejercicio tenían tasas de mortalidad aproximadamente un 50% más bajas que sus compañeros sedentarios”.
Para Lieberman, el secreto de esta baja en la mortalidad se debe a que “la actividad física activa una amplia gama de mecanismos de reparación y mantenimiento que contrarrestan los efectos del envejecimiento”. Es por esto, asegura el experto, por lo que “los beneficios de la actividad física para la salud se vuelven más importante, no menos, a medida que envejecemos”.
Según Daniel Lieberman, la dificultad que muchas personas experimentan para hacer ejercicio no se debe a la pereza, sino a una adaptación evolutiva.
En la prehistoria, el ser humano se mantenía activo de forma natural porque tenía que cazar, recolectar o, si avanzamos en el tiempo, cosechar para subsistir. El movimiento era, por tanto, una parte imprescindible de nuestro día a día.
Esta herencia evolutiva persiste hoy en día. Aunque ya se sabe que el ejercicio es beneficioso, el cerebro tiende a evitarlo porque lo percibe como un gasto de energía sin recompensa inmediata.