A la final del Tornee Apertura, solo le falta el partido. La delegación de Huracán aterrizó este sábado por la tarde en Santiago del Estero y fue recibida en el hotel donde se hospeda por un puñado de simpatizantes locales y una avanzada de Parque de Los Patricios que llegó a tiempo para recibir a los jugadores. Humo, cumpleaños y entradas de regalo, para una previa insólita e íntima.
Unos 50 hinchas de Huracán, poco más de la mitad oriunda de La Banda, la ciudad contigua a la capital provincial, ubicaron sus banderas del Globo sobre un vallado que cortó la calle del hotel, una desmesura notable para la poca cantidad de gente presente.
Igual de exagerado estaba el volumen de lo que salía por los parlantes que dejaron escuchar en loop la misma cumbia de cadencia caribeña. Un sacrilegio en la tierra de la chacarera, a pocas cuadras de la calle que vio crecer a todas las generaciones de los Carabajal.
Hasta el conserje del hotel esperó junto al resto del personal para recibir a los jugadores. Los mozos encendieron las latas con humo rojo y blanco y los jugadores ingresaron al hotel en medio de un pasillo que formó el resto de los empleados que aplaudía.
El primero en romper el protocolo de silencio y fila india fue Hernán Galíndez que se acercó a un costado para responder al pedido de fotos y firmas. Amanda, una mujer de 80 años que dijo haber esperado este momento por 60 años, avanzó con la impunidad de su edad hasta entrar al corralito sin que la Policía se atreviera a impedirlo.
“Ni a mi marido esperé tanto”, le dijo a Leonardo Sequeira, el hijo prodigo de La Banda: que firmó y se sacó fotos con cada uno que se lo pidió. Hasta su maestra de primaria estuvo para el retrato.
“Decile a Wanchope que baje”, le encomendó uno a Sequeira cuando ya no quedaba sin su firma. Ramón Abila fue uno de los más festejados por el público. Tardó en bajar, pero lo hizo con buena parte de sus compañeros para atender cada uno de los pedidos.
El momento más simpático lo desató Matías Tissera que avisó: “Hoy cumpleaños años el Colo” y lo que siguió fue un feliz feliz cumpleaños a capella para Leonardo Gil… Esos momentos del fútbol reservado para pocos, en este caso para el puñado de autoinvitados a un festejo improvisado.
Pero la mejor parte, la de los regalos, fue inesperada. El presidente del Globo, Abel Poza, salió con un pilón de entradas que entregó en medio del festejo. Al menos unas 50 personas que ocupen las populares oeste y norte, estarán allí gracias a la bolsita del cumple del Colo Gil…