La realeza británica esta rodeada de rumores y escándalos. Lady Di o la princesa de Gales, quien pronto se volvió una figura importante dentro de la familia real británica, sufrió de varios trastornos relacionados a la salud mental hasta el día de su muerte.
Lady Di falleció debido a un accidente de auto el 31 de agosto de 1997. En ese momento ya se encontraba divorciada del ahora Rey Carlos III desde 1996, después de que él le fuera infiel con Camila Parker Bowles.
Diana contó por primera vez, en detalle, los secretos detrás de las tormentas emocionales que atravesaba, los trastornos psicológicos y las terribles crisis que padeció en una entrevista con el periodista Martin Bashir, grabada en secreto en 1995 en el palacio de Kensington, su domicilio particular.
En esa charla íntima, Lady Di explicó que la soledad y la presión que sufría por parte de la realeza habían afectado su salud física y mental. En el que desarrolló: aislamiento, bulimia nerviosa, ansiedad, baja autoestima, depresión posparto, paranoia, autolesiones e intentos de suicidio.
Anteriormente en 1992, Andrew Morton publicó Diana: Her True Story (basado en grabaciones secretas que Diana encargó a un intermediario para el autor), que reveló que la princesa padecía un trastorno alimenticio.
La depresión, una sombra constante que oscurecía su espíritu, acosó a Lady Diana durante años. A pesar de su estatus privilegiado y su aparentemente inquebrantable belleza, luchaba internamente con una sensación de inutilidad y desesperanza, lo que se acentuó aún más con el nacimiento de su primer hijo, Guillermo.
“Todo el mundo se emocionó mucho con la llegada del bebé. Yo no había estado muy bien, así que cuando Guillermo llegó fue un gran alivio porque todo estaba en paz de nuevo, y yo estuve bien durante un tiempo. Luego me sentí mal con la depresión posnatal, de la que nadie habla. Me despertaba por la mañana sintiendo que no quería salir de la cama, me sentía incomprendida, y muy muy baja de moral”. explicaba Lady Di en la entrevista de 1995.
Diana Spencer reveló que también sufrió trastornos alimenticios durante su matrimonio. De acuerdo a sus dichos en la entrevista, eran su mecanismo de escape. Se encontraba enredada en patrones de comer en exceso seguidos de vómitos, una lucha secreta que demostraba la desconexión entre su imagen pública y sus tormentos internos.
“Tuve bulimia durante varios años. Y eso es como una enfermedad secreta. Te la infliges a ti misma porque tu autoestima está en un punto bajo, y no crees que seas digna o valiosa.” decía.
Además de la depresión y la bulimia, Diana sufría de ansiedad. El escrutinio implacable de los medios, las presiones matrimoniales y las expectativas que acompañaban su papel real contribuyeron a una angustia emocional constante.
“Había mucha ansiedad entre nuestras cuatro paredes, mi esposo y yo tuvimos que mantener todo junto porque no queríamos decepcionar a la gente. Éramos una pareja recién casada, así que obviamente teníamos presiones. Y los medios de comunicación estaban completamente fascinados por todo lo que hacíamos.”
En las cintas que grabó para el biógrafo Andrew Morton, la primera vez que el intento de suicidio se hizo público en 1982, Diana habló casi con naturalidad sobre el drama. Reveló la fría respuesta de su esposo a su desgarrador pedido de ayuda mientras se alojaban en la residencia campestre de la Reina en Sandringham, Norfolk.
Según el medio británico especializado en la corona, The Royal Observer, cuando Diana recurrió a Charles, revelándole lo desesperada que se sentía por la depresión y las terribles náuseas matutinas, él se quejó de que estaba “llorando al lobo” y que se marchaba a montar a caballo. En total, Diana admitió haber intentado suicidarse cuatro veces más, desesperada por su matrimonio sin amor.
La paranoia y la autolesión se unieron al oscuro cúmulo de tormentos que Lady Di soportaba. Sus desafíos internos a menudo se veían exacerbados por la sensación de que estaba siendo observada y juzgada constantemente.