El laboratorio que fabricó y distribuyó el fentanilo contaminado, causante de al menos 34 muertes en hospitales y clínicas de la Argentina, registró como su domicilio a un departamento en la calle Yerbal al 1200, Capital Federal: la misma sede que alguna vez tuvo la empresa de jet privados de Lázaro Báez. El socio de los Kirchner. Otra de las direcciones “alternativas” del mismo laboratorio, fue inscripta en Saráchaga al 5900, ciudad de Buenos Aires. De nuevo: coincide con otra sede que tuvo esa la compañía de aviación de Báez, llamada Top Air SA, y que el constructor vendió cuando la desgracia del despoder desangeló a su holding. ¿Casualidades?
Quien fue accionista de HBL Pharma Group, el responsable de producir el fentanilo asesino, contaminado con bacterias, tuvo como dueño más relevante a Ariel García Furfaro, muy conocido de la familia Kirchner.
García Furfaro estuvo preso por cometer varios delitos. Estudio abogacía en la cárcel. Y después ejercer la profesión sin demasiada fortuna, militó en la agrupación Kolina, liderada por Alicia Kirchner. Tuvo cierta fama mediática porque era verdulero y su negocio prometía vender “más barato que los precios del Indec K”. García, o García Furfaro (se hace llamar de las dos maneras), saltó de comercializar frutas y verduras a comprar HBL Pharma Group, y también el laboratorio Ramallo. Su socio sería Jorge Salinas, denunciado por la ex ministra de Salud Graciela Ocaña por posible participación en la llamada “mafia de los medicamentos”, además también ser acusado de haber tenido un rol en el tráfico irregular de efedrina.
El emprendedor exitoso García Furfaro goza de un excelente vínculo personal con la expresidenta Cristina Kirchner. Esta nota está ilustrada con una foto que ambos se sacaron en abril del 2024 en el Instituto Patria. Hay foto, y hay video, pero de otra visita del laboratorista a la sede política K.
García Furfaro y los Kirchner proyectaron juntos que sea HBL Pharma Group el laboratorio que le vendiese a la Argentina 25 millones de vacunas rusas Sputnik para utilizar contra el Covid 19.
García Furfaro estaba en Moscú cuando le ofrecieron ser la cara de ese negocio multimillonario. Volvió a viajar a Rusia, esta vez con acompañantes de la confianza de la familia K. La apoderada de su laboratorio, Raquel Mendez, esposa del ex ministro de Salud de la Nación y de Buenos Aires, Daniel Gollán; la entonces viceministra de Salud nacional, Carla Vizotti; la asesora del Presidente Cecilia Nicolini; y por Otra mujer que viajó por orden de Cristina, Mariana de Dios, una asistente de la expresidenta vinculada al mercado farmacéutico.
Cuando el ministro de Salud, Ginés González García, supo que García Furfaro intentaba intervenir para vender la Sputnik, lo movió de esa intermediación. Como el fallecido ex ministro era oriundo de San Nicolás, conocía los antecedentes del laboratorio Ramallo. Antes se llamaba Apolo hasta que fue incendiado. Su dueño de siempre, Salinas, nunca se obsesionó dilucidar el hecho, del que se benefició a pesar del drama: todo se quemó allí cuando lo acorralaban sospechas de irregularidades de producción y su empresa entraba en concurso de acreedores.
García Furfaro levantó de las cenizas ese laboratorio, y adquirió también HLB Pharma, pero no pudo finalmente ganar dinero con la Sputnik. Terminó denunciando a Ginés González García, casi como si fuera representante del ala contraria al “albertismo” en la última gestión presidencial del PJ-K. Es decir: La Cámpora.
García Furfaro y Salinas, gracias a sus contactos con los Kirchner, lograron cerrar negocios de miles de millones de pesos de ventas de sus medicamentos a municipios y gobernaciones bajo mano peronista. Miles de millones de pesos es un número real, como se verá, y tal cual demuestra documentación al respecto
Este crecimiento anormal para el mercado de los medicamentos se desarrolló a pesar de que HLB Pharma Group y Laboratorios Ramallo, desde que sus dueños con vínculos K llegaron a esas compañías, recibieron intimaciones, apercibimientos, frenos, advertencias, y hasta la orden de retirar sus medicamentos por fallas en la producción: decenas y decenas de veces de veces ocurrieron situaciones de ese estilo, con espesor variable, pero nada nunca detuvo a García Furfaro y Salinas.
Hoy, el escenario es dramático: hay 34 muertos por haber sido inoculados con el fentanilo de HLB Pharma, y el PJ no gobierna a nivel nacional.
Los dos laboratorios fueron clausurados, y sus bienes inhibidos por orden del ministro de Salud, Mario Lugones, después de que médicos del Hospital Italiano de La Plata dedujeran que varios de sus pacientes habían fallecido debido al fentanilo contaminado. La ANMAT hizo la denuncia penal e involucró a HLB Pharma Group.
De modo insólito, una vez desatada la tragedia, se presentó en la Justicia quien juró ser el nuevo dueño de los laboratorios bajo sospecha. El miembro de legales del municipio de José C. Paz, ex apoderado de listas del PJ bonaerense, y ex abogado de Lázaro Báez y su ex esposa, Sebastián Nanini: afirmó que compró HLB Pharma y Laboratorio Ramallo pero después de que fabricaran el analgésico envenenado.
Un negocio audaz, teniendo en cuenta además los posibles juicios civiles que deberá afrontar la empresa, además de que sus bienes están inhibidos: ¿García Furfaro y Salinas vendieron en un momento como éste?
El ex verdulero y ex presidiario había anunciado la adquisición de acciones del canal de noticias IP, donde tendría como socio a otro dirigente peronista, el secretario general del gremio de los encargados de edificios y militante K, Víctor Santamaría.
En el medio de esta trama grotesca, se conoció que HLB Pharma denunció un robo en sus instalaciones.
Es probable que lo que se hayan llevado termine provocando un favor a las personas que deberán, en algún momento, dar explicaciones a la Justicia por lo que pasó con el fentanilo contaminado.
¿Acaso se perdieron los documentos que podrían ayudar a conocer la trazabilidad total de cómo, dónde y quiénes son responsables de haber comercializado ese veneno?
“Sí”, dicen fuentes del mercado que conocen la trastienda de esta trama.
En esta historia, con muertes aun impunes, y que quizás aumenten, siguen cruzándose los azares, que no son tales.
El abogado Nanini, quien anunció ser el nuevo dueño del laboratorio acusado de fabricar medicina de complejidad envenenada, como se dijo, fue uno de los funcionarios de mayor confianza del intendente de José C. Paz, Mario Ishii.
La ordenanza 1775/2024 de ese municipio, emitida el 5 de junio del año pasado, es una prueba de cómo hizo dinero HLB Pharma Group.
Esa documentación, a la que accedió Clarín, determinó que José C. Paz, un distrito castigado por la pobreza, gastaría mil cuatrocientos millones de pesos para adquirir bienes para su laboratorio municipal.
¿Por qué Ishii creó un laboratorio en una localidad que no tiene recursos?
En otra ordenanza, la 1764/2024, la municipalidad de José C. Paz puso en marcha un “Convenio de Homologación”, en el que determina que los mil cuatrocientos millones de pesos de compras para el laboratorio local tendría un vendedor único: HLB Pharma Group.
Conociendo esta información tal vez sea más lógica, aunque no deje de ser llamativa, la llegada de Nanini a ese laboratorio afirmando que es su nuevo dueño.
Los antecedes profesionales de HLB Pharma son voluminosos, y en el peor sentido: la empresa fue denunciada por la Aduana, en marzo del 2023, por importar maquinaria con sobrefacturación del 900 por ciento.
La Justicia en lo Penal Económico descubrió que ingresaron al país máquinas que en Oriente tenían un costo de 555.920 dólares, pero declarándolas en el país como si hubieran valido 5.040.000 dólares.
La causa penal sigue tramitándose.
Igual que la que ahora investiga a todo este entramado de negocios, impulsados por el peronismo y los Kirchner, que encontró un freno por 34 muertos por fentanilo fabricado en un laboratorio que hace pocos meses fue paralizado por la ANMAT por fallar en 677 de las alrededor de 1000 “buenas prácticas” que deben cumplirse en una industria tan delicada como la de los medicamentos.
El Gobierno anunció que se investigaría si estas empresas desviaron fentanilo hacia el mercado ilegal. Ese analgésico es hoy el producto que le genera mayor ganancia a carteles del narcotráfico.
Los Estados Unidos padecen la invasión de esta droga que hizo entrar a ese país en emergencia de salud pública por las miles de muertes que genera entre quienes lo consumen de modo “recreativo”.
Los laboratorios de García Furfaro y Salinas generaron tanto dinero en los últimos años que la empresa compró hasta un jet privado. Se trata de Lear 31, en el que ambos empresarios, y otros hombres de negocios y abogados, viajaron por varios países del mundo como Paraguay, Uruguay, Panamá y México.
El retiro de las medicinas de HLB Pharma Group generó escasez de sueros, por ejemplo, en la provincia de Buenos Aires. El ministro de Salud del distrito se llama Nicolás Kreplak. El juez que investiga al caso Fentanilo es Ernesto Kreplak.
El funcionario milita en La Cámpora. El magistrado militó en esa agrupación. Son hermanos.