Nadie se salva solo, y las series tampoco. El Eternauta copó las pantallas de todos los hogares con una transversalidad pocas veces lograda: edades, geografías, ideas políticas… Tomó los medios, las esquinas emblemáticas que sirvieron de escenario para la saga, las charlas de amigos y los debates de programas de televisión, desde los de actualidad a los de espectáculos. Pero la puesta de Bruno Stagnaro no está sola. No emerge como un hecho excepcional.
Con el foco puesto en las plataformas digitales, la ficción local logra lo que parecía utópico: capturar audiencias jóvenes, emocionar a públicos exigentes y exportar historias con identidad propia.
En los últimos años, las series argentinas no solo conquistaron a los espectadores locales, sino que también cruzaron fronteras, participando en festivales internacionales, sumando premios y ampliando su alcance gracias a las plataformas de streaming. La industria nacional encontró en las series un nuevo vehículo de expresión, con propuestas que combinan guiones sólidos, actuaciones destacadas y una producción que puede compararse a las más fuertes del streaming.
Así, las historias se diversifican: desde ficciones inspiradas en hechos reales hasta mundos distópicos, pasando por retratos íntimos de la vida urbana, policiales vertiginosos y relatos atravesados por el humor negro. Con talento, mirada crítica y profundidad emocional, las producciones locales se consolidan como una usina creativa que parece no tener límites.
Aquí, una selección de las 10 imperdibles de los últimos años que resultaron estar en boca de (casi) todos.
Envidiosa
Netflix 2 (temporadas, 16 episodios)

Griselda Siciliani es Victoria Mori, una mujer de clase media alta con una vida aparentemente estable, pero completamente corroída por un sentimiento persistente: la envidia. Victoria envidia a su hermana, a su mejor amiga, a sus compañeras de trabajo, a su terapeuta, a su ex, a la novia de su ex… en resumen, a todo lo que no puede controlar.
En su camino hacia el éxito, que para ella se resume en casarse, tener una boda perfecta y validarse a través de los otros, transita sesiones de terapia cargadas de negación, situaciones absurdas y decisiones impulsivas que la alejan cada vez más de su meta.
Escrita por Carolina Aguirre y dirigida por Gabriel Medina, la serie es una comedia ácida que disecciona con humor negro las inseguridades, los mandatos sociales y la disfuncionalidad emocional de una generación que persigue la perfección como forma de pertenencia. Siciliani construye un personaje incómodo y entrañable a la vez, que se expone en sus miserias más humanas y logra arrancar tanto carcajadas como incomodidad. Con una narración vertiginosa y estética pop, Envidiosa se posiciona como una de las producciones más originales y filosas de la nueva ficción argentina.
Nada
Disney+ (1 temporada, 5 episodios)

Luis Brandoni encarna a Manuel Tamayo Prats, un crítico gastronómico de porte y prejuicios, que debe enfrentar la vida sin su asistente de toda la vida. La llegada de Antonia (interpretada con frescura y profundidad por Majo Cabrera), una joven paraguaya sin experiencia pero con gran intuición, lo obligará a rever sus certezas.
Dirigida por Gastón Duprat y Mariano Cohn, la serie es una meditación sobre el ego, el duelo, y la necesidad de vínculo. La participación de Robert De Niro como un viejo amigo de Tamayo es más que un cameo: es un guiño entre potencias actorales. Entre sabores y silencios, la serie narra con delicadeza la soledad de los sofisticados.
División Palermo
Netflix (1 temporadas, 8 episodios)

Con la pluma y dirección de Santiago Korovsky, esta serie logra lo que pocas: hacer reír, incomodar y pensar. Korovsky también protagoniza como Felipe, un joven sin rumbo que es reclutado en una guardia urbana “inclusiva”, creada por el Gobierno porteño como estrategia de marketing.
A su alrededor, una galería de personajes interpretados por Pilar Gamboa, Daniel Hendler y Marcelo Subiotto convierten lo absurdo en cotidiano. La diversidad funcional, los prejuicios y la mirada oportunista del poder son tratados con una sátira punzante que nunca pierde ternura. El guión juega al filo del abismo sin caer, y logra uno de los retratos más agudos de la sociedad argentina reciente.
Iosi, el espía arrepentido
Prime Video (2 temporadas, 16 episodios)

Basada en el libro homónimo de Miriam Lewin y Horacio Lutzky, esta serie se sumerge en los pliegues más oscuros de la historia reciente argentina. Gustavo Bassani interpreta a José Pérez, un joven agente de inteligencia de la SIDE que, infiltrado en la comunidad judía bajo el alias de Iosi, comienza una travesía personal y moral hacia la verdad.
Su vida se ve sacudida al descubrir que la información que recolecta es usada para planear atentados como el de la AMIA. Natalia Oreiro encarna a Claudia, una periodista decidida a desenmascarar la red de corrupción, mientras Alejandro Awada aporta solidez como el implacable superior de Iosi.
Dirigida por Daniel Burman, la serie reconstruye con meticulosidad la Buenos Aires de los ’80 y ’90, mezclando thriller político con drama humano en un formato que se luce en cada detalle.
Diciembre 2001
Disney+ (1 temporada, 6 episodios)

Esta miniserie recrea el estallido social argentino del 2001 con una tensión que atraviesa la pantalla. Jean Pierre Noher interpreta a un presidente en caída libre, mientras Luis Machín y César Troncoso componen figuras del poder político y financiero con una verosimilitud inquietante. Dirigida por Benjamín Ávila, y basada en el libro “El Palacio y la Calle” de Miguel Bonasso, la serie ofrece una mirada coral que mezcla hechos reales con licencias ficcionales.
Es un fresco de la decadencia, donde cada actor aporta matices a un guión que no da respiro. El rodaje en locaciones reales potencia el efecto documental, haciendo de este relato histórico una experiencia vibrante.
El reino
Netflix (2 temporadas, 14 episodios)

La serie de Marcelo Piñeyro y Claudia Piñeiro plantea una pregunta inquietante: ¿qué pasaría si un pastor evangélico asumiera la presidencia tras un magnicidio? Diego Peretti da vida al ambicioso Emilio Vázquez Pena, cuya supuesta humildad esconde un hambre de poder tan voraz como sutil. Mercedes Morán brilla como su esposa, una mujer que parece manipuladora y devota en partes iguales.
Peter Lanzani aporta tensión como un fiscal decidido a destapar la verdad. Lo que comienza como una crisis nacional se transforma en una red de conspiraciones que involucra religión, poder económico y medios de comunicación. La dirección tensa y precisa de Piñeyro sostiene la intriga en cada escena, haciendo de esta serie un fenómeno no solo de rating (según mediciones de la plataforma), sino también de análisis social.
El encargado
Disney+ (3 temporadas, 25 episodios)

Guillermo Francella encuentra en Eliseo, el portero manipulador de un elegante edificio porteño, uno de los papeles más inquietantes de su carrera. Aparentemente servicial, Eliseo se revela como un maestro de la vigilancia y el chantaje. La dirección de Mariano Cohn y Gastón Duprat -que también idearon la serie- le da un tono ácido y estilizado a esta tragicomedia urbana.
Gabriel Goity y Moro Anghileri integran el elenco como vecinos que caen en las redes del portero, en un juego de poder que recuerda más al suspenso psicológico que a la comedia de costumbres. La serie se destaca por retratar cómo el poder se ejerce también desde los márgenes.
Barrabrava
Prime Video (1 temporada, 8 episodios)

Protagonizada por Gastón Pauls y Matías Mayer, la puesta se sumerge en el oscuro mundo de las hinchadas del fútbol argentino. Los hermanos César y Polaco son expulsados de la barra que ayudaron a construir y, desde ese momento, se ven envueltos en una guerra interna que arrastra corrupción, violencia y traición.
La serie, dirigida por Jesús Braceras, combina thriller, drama familiar y crítica social con un pulso narrativo enérgico. A través de escenas cargadas de tensión, muestra el funcionamiento clandestino de estas organizaciones que mezclan pasión futbolera con negocios turbios. Con una puesta cruda y actuaciones sólidas, la ficción explora la masculinidad, el poder y la lealtad como moneda de cambio en un universo donde todo se negocia a golpes.
El mejor infarto de mi vida
Disney+ (1 temporada, 6 episodios)

Una experiencia límite puede ser también un buen argumento. En el caso de Hernán Casciari, es incluso más que eso: es una oportunidad para transitar la delgada línea entre la tragedia y la risa. Su sello inconfundible, íntimo y despojado de artificios, impregna esta serie que nace de una vivencia personal y se transforma en un relato con humor quirúrgico y sensibilidad al ras de la piel.
Alan Sabbagh se mete en la piel de Ariel, un escritor que trabaja a la sombra, que se enfrenta a un infarto en el contexto más improbable: un departamento alquilado en otro país, con una mujer casi desconocida a su lado y un reciente desamor a cuestas.
Completan el elenco Olivia Molina (Concha), Rogelio Gracia (Javier), Romina Peluffo (Alejandra) y Brian Maya (Joe), en una coralidad que se vuelve soporte y espejo de los replanteos que sacuden al protagonista. La situación, llevada con una ironía precisa y momentos de ternura nada edulcorada, lo obliga a revisar cada decisión tomada -y cada omisión- hasta ese instante. En ese gesto de reconstrucción íntima, también se mueven, por efecto dominó, las certezas de quienes lo rodean.
Días de gallos
Max (2 temporadas, 19 episodios)

La serie retrata el mundo del freestyle argentino a través de Rocío (Ángela Torres), León (Tomás Wicz) y Dylan (Ecko), tres jóvenes que buscan hacerse un lugar en las batallas de rap mientras enfrentan sus propios fantasmas. Entre vínculos intensos, pasados difíciles y conflictos con la fama, encuentran en la música una forma de expresión y supervivencia.
Dirigida por Joaquín Cambre, mezcla drama juvenil, denuncia social y cultura urbana con autenticidad. La segunda temporada ahonda en los dilemas emocionales de los personajes y los desafíos de mantenerse fieles a su voz. Visualmente vibrante y con un lenguaje genuino, es una serie que habla de identidad, lucha y comunidad.