Lois Boisson, la francesa que dio el batacazo e hizo delirar al Philippe Chatrier con su victoria ante la tres del mundo, Jessica Pegula



En algo más de doce meses, la vida y la carrera de Lois Boisson cambiaron completamente. A fines de mayo del año pasado, la francesa arrancaba en el anonimato la recuperación de una rotura del ligamento cruzado y el menisco de la rodilla izquierda, que le había frustrado el sueño de jugar por primera vez Roland Garros. Y este lunes, tras dejar atrás esa lesión y disfrutar un buen arranque de temporada, hizo delirar al público en el Philippe Chatrier al firmar el gran batacazo de la jornada ante la estadounidense Jessica Pegula, número tres del mundo, para meterse en los cuartos de final del Grand Slam parisino, extender su cuento de hadas en Bois de Boulogne, en su debut absoluto en esta categoría, y mantener viva la ilusión de su país de volver a tener una campeona local después de un cuarto de siglo.

Boisson, 361ª de la clasificación mundial, se impuso por 3-6, 6-4 y 6-4 ante Pegula, se aseguró un lugar entre las ocho mejores del segundo “grande” del año y se convirtió en la jugadora de menos ranking en alcanzar esa instancia en París desde que lo hiciera la estonia Kaia Kanepi en 2017, como la 418° del escalafón.

“Sólo jugar Roland Garros era un sueño al principio. Ganarlo es también un objetivo. Estar en cuartos es ya una paso enorme”, comentó una emocionada Boisson. “Ha sido mi mejor partido, nunca había ganado de esta forma. Y jugar en esta cancha con una atmósfera como la que hubo hoy fue increíble. Hace dos días pude jugar en un gran estadio como la Simonne Mathieu, pero la sensación de entrar a la cancha esta mañana para calentar fue impresionante. Intentaba pensar que era una cancha como cualquier otra, que no importaba, aunque es increíble ver todo lo que hay detrás. Estoy realmente feliz”.

Esta actuación histórica en el polvo de ladrillo de su casa -que aún no llegó a su fin porque ahora irá por el pase a semis ante la joven estrella rusa Mirra Andreeva (6ª), vencedora por 6-3 y 7-5 de Daria Kasatkina– un premio a la perseverancia y la resiliencia de quien se convirtió en la gran revelación de la semana en París.

Nacida en Dijon hace 22 años, Boisson comenzó a jugar en el circuito profesional de la ITF en 2019, con apenas 16, aunque no logró meterse rápidamente en la elite y recién el año pasado pudo dar un salto de calidad. Con una racha de 31 victorias en sus primeros 37 partidos del calendario y la conquista de su primer WTA 125 (equivalente a un Challenger masculino) en Sain-Malo, llamó la atención de Roland Garros, que le ofreció una invitación para su cuadro principal. Pero, a dos semanas del comienzo del certamen, sufrió esa durísima lesión que apagó su ilusión.

“Fue muy doloroso, sentía que todo perdía sentido. En una semana pasé de estar ‘desplomada’ en el suelo, con la alegría de ganar mi primer título WTA, a estar ‘destruida’ porque mi rodilla cedió y el dolor era inmenso. El impacto fue brutal. Pero este es el camino que la vida me ha dado, ¡ahora es hora de que la disciplina me lleve de vuelta a la cima!”, contó en una publicación en Instagram, junto a una foto en la que se la ve en el hospital tras la operación.

Nueve meses pasó Boisson con la cabeza puesta en sanar su cuerpo, recuperar su tenis y regresar a las canchas. Volvió en febrero y a fines de abril jugó su primer certamen del WTA Tour, un 250 en Rouen, al que entró como invitada y llegó a segunda ronda. Y otra vez, desde el Grand Slam francés le otorgaron una wild card. Una que está aprovechando al máximo.

Con apenas un torneo y una victoria en el máximo nivel, llegó a París sin expectativas para jugar su primer “grande”. Arrancó con triunfo ante la belga Elise Mertens (24ª), derrotó luego a la ucraniana Anhelina Kalinina (113ª) y a su compatriota Elsa Jacquemot (138ª) y en octavos dio el golpe ante Pegula, tercera favorita y finalista del US Open 2024.

Con esas cuatro victorias, Boisson se aseguró escalar al menos hasta el 120° puesto del ranking y llevarse un premio de unos 503 mil dólares, más del triple de lo que llevaba ganado en su carrera.

“El solo hecho de estar acá me alegra mucho. Me costó mucho tiempo y esfuerzo. No estaba segura de si llegaría. Volví a jugar torneos a partir de febrero de este año, ahí fue cuando empecé a sentirme bien con la rodilla, por suerte ahora vuelvo a sentirme cien por ciento segura para competir. Si hace dos semanas me decían que estaría en cuartos, no lo hubiera creído, aunque confiaba mucho en mí”, aseguró quien se convirtió en la primera jugadora francesa en alcanzar esa instancia en París desde 2017, cuando lo hicieron Caroline Garcia y Kristina Mladenovic.

Boisson intentará ahora transformarse en la primera local en llegar a semis desde Marion Bartoli en 2011. Sabe que será difícil lograrlo, pero tras este arranque de ensueño en París, sueña en grande.

“Es increíble lo que he logrado, estoy muy orgullosa de mí, pero espero seguir ganando más partidos. La verdad es que no estoy sintiendo más presión, cuantos más encuentros juego aquí mejor me siento”, recordó. Y consultada sobre sus chances de bajar a Andreeva, no dudó: “Confío ganar, ¿ok?”.





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