Una mujer se desempeñó durante 20 años como psiquiatra en varios hospitales de Reino Unido, ganó 1,3 millones por su trabajo, pero se descubrió que falsificó su título médico y la carta de verificación.
En 2023, Zholia Alemi fue condenada a siete años de cárcel tras ser declarada culpable de 13 cargos de fraude, dos cargos de falsificación, tres cargos de engaño y dos cargos de uso de material para falsificar calificaciones médicas en el Tribunal de la Corona de Manchester.
Ahora deberá pagar 406,624 libras esterlinas, equivalentes a un poco más de 500 mil dólares al Servicio Nacional de Salud (NHS) britanico por su “poca consideración por el bienestar del paciente”, o enfrentar dos años y medio más en la cárcel.
“Utilizó calificaciones médicas falsificadas de Nueva Zelanda para obtener un empleo como psiquiatra del NHS durante 20 años. Al hacerlo, debe haber tratado a cientos de pacientes cuando no estaba calificada para hacerlo, lo que podría poner en riesgo a esos pacientes”, aseguró Adrian Foster, del Servicio de Fiscalía de la Corona, de acuerdo con el medio británico The Mirror.
De acuerdo con Foster, las “acciones fraudulentas” de Alemi le permitieron obtener “de manera deshonestas” ingresos por más de 1 millón de libras esterlinas “a los que no tenía derecho”.
El jefe de operaciones de la Autoridad de Lucha contra el Fraude del NHS, Ben Harrison, celebró la medida de la justicia al sostener que el caso “demuestra” la “determinación de perseguir a aquellos que engañan” al sistema de salud pública de Reino Unido.
“Las acciones de Alemi privaron al NHS de dinero que debería haberse gastado en profesionales calificados para brindar atención al paciente. La orden judicial de hoy se destinará a recuperar algunas de las pérdidas sufridas por los fideicomisos del NHS que la emplearon durante más de dos décadas”, afirmó Harrison, de acuerdo con The Mirror.
Para Harrison, el caso de Alemi “es una dura advertencia para cualquiera que esté pensando en cometer fraude contra el NHS de que cuando lo atrapen”.
En la audiencia de sentencia, la jueza Hilary Manley pidió una investigación sobre cómo el Consejo Médico General (GMC) la registró como doctora cuando los documentos que presentó eran “claramente falsos”.
Alemi, de 63 años, nació en Irán, pero estaba en Auckland a principios de 1990 cuando no pudo completar su título para ejercer como médica.
En 1995, presentó un título Universidad de Auckland en Nueva Zelanda y una carta de verificación -ambos falsos- ante el GMC.
Así, evitó dar el examen de la Junta de Evaluación Profesional y Lingüística, que generalmente se requiere de los médicos que se graduaron fuera de Reino Unido.
Pasó a trabajar “más o menos continuamente” tanto para el NHS como para proveedores privados en todo el Reino Unido. Fue descubierta cuando trató de falsificar el testamento de un paciente anciano en Cumbria en 2018.
Alemi fue investigada por el periodista Phil Coleman, quien comenzó a indagar en sus antecedentes y descubrió que nunca había obtenido el título.