Las versiones y rumores sobre cuándo la Corte decidirá si confirma la condena de Cristina Kirchner en la causa Vialidad son cada día más frecuentes y algunos, inverosímiles.
Por ejemplo, ayer el presidente de la Corte Horacio Rosatti firmó un convenio para incorporar a la Justicia condenados con libertad condicional. En el acto realizado en Comodoro Py, estuvo presente el Padre Pepe y Virginia Barreiro, directora de Control y Asistencia de Ejecución Penal (DECAEP).
Como Barreiro es la que decide dónde se alojan los condenados, su presencia impulsó el falso rumor de que Rosatti la había consultado sobre cómo se ejecutaría la eventual confirmación de la pena de 6 años de prisión de la ex presidenta.
Además, Rosatti que había visitado en el Vaticano al Papa Francisco poco antes de su muerte dijo: “Siempre pensé que las sociedades no se deben comparar en función de su producto bruto sino en cómo tratan a los vulnerables –dijo Rosatti-. Creo que ahí es donde hay una diferencia importante en la sociedad. Es mucho lo que hay que hacer. Es grande el déficit”. Y otros actores lo tomaron como una distancia de la política económica de Javier Milei. Pero esa es otra historia.
Pero lo cierto es que la Corte rechazó la recusación de Lorenzetti el día siguiente a que la ex presidenta anunciara que será candidata a diputada por la Tercera Sección Electoral de la provincia.
Con ese anuncio y no una candidatura nacional, Cristina ganó un mes de tiempo y parecería que la Corte le advirtió, con el rechazo a la recusación de Lorenzetti al día siguiente, que su situación procesal aún está abierta.
El fino mensaje “entre líneas” se basaría en que la recusación había sido presentada el 13 de febrero y en vez de rechazarla en los días siguientes, se esperó hasta ayer.
La demora era parte, también, de las molestias acumuladas de Rosatti y Carlos Rosenkrantz con Lorenzetti, en una pelea interna que mantienen desde hace años que parecería escrita por Nicolás Maquiavelo, el padre de la ciencia política moderna.
Lo concreto es que ahora Cristina presentará su candidatura a la provincia antes del 19 de julio, la fecha límite que establece el calendario electoral para las elecciones provinciales del 7 de septiembre. Cuando lo haga tendrá derecho a postularse por la llamada “doctrina Menem”. A pesar de que su condena incluye la accesoria de inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos tanto de nivel nacional, provincial como municipal.
En este mar de versiones, fuentes judiciales recordaron que la feria judicial de dos semanas comenzará el 21 de julio, período en que la mayoría de los jueces están en vacaciones. Entonces, si Rosatti, Rosenkrantz y Lorenzetti llegarán, en forma hipotética, a un voto unánime deberían hacerlo antes del 21 de julio.
Aunque la decisión no es tan fácil, porque la Corte cuando tenga “el expediente consolidado” también deberá decidir sobre los recursos de queja de los otros ocho condenado y el del fiscal Mario Villar que pidió duplicar la condena a 12 años e incluir el delito de asociación ilícita.
Si uno de los ministros apoyara el pedido de Villar, avalado por el jefe de los fiscales Eduardo Casal, se debería llamar a conjueces y no se llegaría antes del 19 de julio.
Otra alternativa es que la Corte por unanimidad rechace los recursos de las defensas y así quedaría confirmada la sentencia por defraudación contra la administración pública, explicaron fuentes judiciales. Y, en cambio, abra a debate el fiscal Villar.
La inhabilitación para ejercer cargos públicos “es una pena solo relacionada con el delito de la defraudación por lo que esa pena y solo esa ya estaría firme desde el rechazo de la Corte a los recursos de los condenados”. Ese delito tiene esa accesoria estipulada en el Código Penal de la Nación.
De esta forma, si se vota de esta forma antes del 19 de julio no podría ser candidata a nada.
Así la condena a prisión a 6 o 12 años dependería de la suerte futura sobre la asociación ilícita en un largo debate que incluiría una consulta a la Cámara de Casación y al que las defensas se opondrían.
Pero, hasta ahora, los ministros no llegaron a un voto unánime y consolidado, mientras el reloj de la política avanza más rápido que el de la justicia.