La confirmación de la candidatura de Cristina Fernández de Kirchner por la Tercera Sección de la provincia reconfiguró todo el escenario político bonaerense. Pero no alcanzó para evitar que persistan las tensiones dentro del PJ. Se refleja en todos los escenarios y en la Legislatura también. Este martes, el kirchnerismo no pudo avanzar con el proyecto para rehabilitar las reelecciones indefinidas de los legisladores y los concejales de la Provincia.
Además de la resistencia interna, no hubo acompañamiento de la oposición y se cayó la posibilidad del debate por falta de quórum.
La propuesta constituía un desafío a las intenciones del gobernador Axel Kicillof, y los legisladores aliados de Cristina y de La Cámpora no pudieron quebrar la resistencia interna. Tampoco lograron el acompañamiento de los principales espacios opositores.
Para este martes estaba prevista la segunda sesión ordinaria del Senado provincial. Convocada por la vicegobernadora y presidenta del cuerpo, Verónica Magario, los legisladores tenían previsto un asunto clave: la reforma en Ley Electoral para eliminar la restricción que aplica a los cargos en institutos deliberativos bonaerenses. O sea: se buscaba reeditar el sistema de “reelecciones eternas” para un segmento de los cargos electivos. No estaba previsto debatir esa condición para los intendentes.
Luis Vivona, senador kirchnerista, presentó el proyecto que abría otra vez una disputa con el sector que responde a Kicillof. El texto de la iniciativa no fue acordado con el gobernador y pareció un nuevo desafío a su vocación de conductor del espacio. Kicillof había sugerido -e incluso impulsado a través de sus legisladores- que los intendentes fueran incorporados a este nuevo esquema de legitimación indefinida en las urnas.
Desde 2016 rige en Provincia una norma que prohíbe a alcaldes, legisladores, concejales y consejeros escolares, completar más de dos mandatos consecutivos al frente de sus funciones o bancas.
El proyecto de Vivona tuvo el aval de la comisión de Legislación General y estaba listo para ser tratado en el recinto. Se convocó a una sesión especial, hace una semana, pero asomaron dificultades. Antes de comenzar el plenario la senadora de Unión por la Patria, pero que responde al ministro Andrés Larroque, Aylén Durán presentó un proyecto similar, pero que incluía a los jefes comunales. La sesión se cayó.
Magario volvió a convocar. Hubo intensas gestiones. El kirchnerismo tiene 17 votos, a Kicillof le responden tres y un senador está alineado con Juan Grabois. Para sacar la “re re” se necesita mayoría simple: 24 representantes (si asisten todos) o la mitad más uno de los presentes. El sector K había logrado otras manos. Tres senadores que ingresaron por LLA pero se escindieron y responden a Carlos Kikuchi. Y otros que decidieron no asistir.
La senadora massista Sofía Vanelli (UxP, del massismo) fijó postura desde temprano. Anticipó su inasistencia y por la red X explicó: “La sesión de hoy… ¡atrasa! Tomé la decisión de NO asistir. En lugar de discutir los problemas reales de las y los bonaerenses, estamos debatiendo las RERERE… de legisladores????”, cuestionó la referente de Sergio Massa en el Senado. “Ser parte de esta maniobra es ser cómplice de la decadencia política en la que estamos. La política necesita más renovación, no menos”, planteó Vanelli. Y se escurrió otro voto.
Hace 9 años el massismo acompañó la propuesta de la entonces gobernadora María Eugenia Vidal de limitar las reelecciones.
Las nueve bancas del PRO se mantuvieron alineadas: “Sostenemos que las reelecciones indefinidas son un retroceso que erosiona las bases republicanas. Defender los límites a los mandatos no es solo una cuestión jurídica: es un compromiso político y ético para frenar los abusos de poder y garantizar que las instituciones estén siempre por encima de los nombres propios”, explicó a Clarín el presidente del bloque, Cristian Gribaudo.
El bloque UCR-Cambio Federal confirmó que tenía siete senadores que votarían en contra de las re reelecciones.
Los aliados del kirchenirsmo-La Cámpora eran los “libertarios blue” o “libertarios renovadores”, tres legisladores que integran la banca presidida por Kikuchi, que ingresaron con color violeta pero a los pocos meses se apartaron del espacio. Con ellos no alcanzaron al número del quórum.
Al final de la tarde, casi tres horas después de la convocatoria, el fracaso de la sesión era un hecho. Los detalles de lo que ocurría en el recinto se conocieron sólo por intermediarios. Es que por segunda vez (la primera fue hace una semana con el debate para la designación de 131 jueces y fiscales) la presidencia del Senado prohibió el acceso de los periodistas al palco. El argumento fue el “bullicio” que generarían los cronistas parlamentarios en medio de sesiones con bandejas para el público vacías.
Sin embargo, la sospecha entre quienes siguen las sesiones es que las autoridades prefieren que no se conozcan todos los movimientos de los senadores en los plenos. Una mala copia de modas que también empuja la Nación con la restricción a la prensa.