“No al ajuste”, ese fue el mensaje común de este miércoles entre los miles de manifestantes que se juntaron frente al Congreso para marchar, bajo un fuerte operativo de seguridad, por los jubilados, en reclamo de la emergencia en el sistema de prestación de salud de los discapacitados, la crisis del Hospital Garrahan y la tradicional manifestación “Ni una menos”.
Desde pasado el mediodía comenzaron a ingresar por la avenida de Mayo los manifestantes, desde la avenida 9 de Julio hasta chocarse con un importante vallado que se instaló sobre la Plaza del Congreso, donde las columnas llegaban y se veían obligadas a dar el giro para salir por las calles laterales.
La protesta contó con la participación de las organizaciones vinculadas con el kirchnerismo como el Movimiento Evita, Barrios de Pie, Patria Grande y Frente Popular. Además se vieron banderas de las agrupaciones de izquierda como el Polo Obrero, Partido Obrero y el Movimiento Socialista de los Trabajadores, entre otras.
A la marcha se sumaron los representantes de ATE, la CTA y La Bancaria, entre otras organizaciones sindicales que marcharon por la plaza en una movilización que se desarrolló sin mayor tensión porque tanto la policía como el personal de Gendarmería se ubicó en la vereda del Congreso dejando completamente despoblada la avenida Entre Ríos para evitar entrar en cualquier provocación.
También participaron trabajadores del hospital Garrahan, quienes atraviesan un resonante conflicto por el reclamo de los residentes que levantaron las medidas de fuerza aunque mantienen el reclamo de una recomposición salarial que incluya un plan a mediano y largo plazo con actualizaciones periódicas acordes a la inflación.
La marcha se realizó sin incidentes, con el sonido de los bombos y clarinetes, poniendo música de cumbia al paso de los manifestantes. También hubo pañuelos verdes a favor del aborto y violetas de Ni una menos, que conmemoró los 10 años de la primera manifestación feminista en reclamo del fin de la violencia machista.
Pero uno de los reclamos más llamativo lo llevaron los familiares y los prestadores de pacientes discapacitados. “La discapacidad es una cuestión de vida o muerte, no es solamente una silla de ruedas porque con este ajuste tampoco nos llegan las insumos para las terapias, todo eso lo cortaron”, protestó Cristian, hermano de Nahuel que siguió el paso de los columnas sentado en su silla de ruedas sobre la vereda de la calle Montevideo, mientras un joven parado como en un paravalancha hacia flamear una gran bandera argentina.
“Discapacidad en emergencia“, decía el cartel que llevaba Mónica quién describió las dificultades que enfrentan las familias de pacientes discapacitados a raíz de los recortes impuestos desde el Gobierno.
Los músicos terapeutas también tuvieron su columna con chicos que los acompañaron en sillas de rueda llegando hasta el vallado que les tapaba la fachada del Palacio Legislativo.
“Reclamamos por los derechos al trabajo, a la salud, a la educación de las mujeres. Por la emergencia en la violencia de género”, exigía con énfasis Susana Fernández, rodeada de mujeres que llegaron a la plaza con banderas violetas pintadas en la cara.
La manifestación también contó con la participación de diputados de la oposición que dejaron por un momento la sesión en la que se debatió el aumento a los jubilados. Se vio en la plaza a Maximiliano Ferraro, Mónica Frade y Marcela Campagnoli, de la Coalición Cívica, los socialistas Esteban Paulón y Mónica Fein, y a Carla Carrizo, Mariela Coletta y Danya Tavela, de Evolución que lidera el senador Martín Lousteau.
Para alentar el paso de lo manifestantes se apeló a la melodía de Muchachos, esa suerte de himno que quedó del Mundial de Qatar, en el que el seleccionado argentino de Lionel Messi obtuvo su tercera copa del mundo. Y en el medio se mezcló el reclamo de los jubilados. “Cobro 307 pesos, pensás que eso le puede alcanzar a alguien”, planteó Elsa rodeada de otros jubilados.
A la marcha no le faltó el aroma de los choripan, el fernet con coca y hasta los sandwich veganos que también tuvieron sus consumidores. Fueron más de 7 horas de desfile constante lo que hizo casi imposible calcular cuántas personas fueron a reclamar por los jubilados, la emergencia en salud y los discapacitados.