El resonante divorcio de Donald Trump y Elon Musk, con dardos públicos cruzados, tomó por sorpresa a todo el mundo, incluso en la Argentina. Ambas figuras se mostraron afines con el gobierno de Javier Milei en los últimos meses. Y con ambos el Presidente logró reunión y foto. Acaso el caso más recordado sea el show que montaron Milei y Musk en plena conferencia conservadora. Eran tres: Javier, Elon y la motosierra.
La complicidad con Musk viene desde antes que el CEO de Tesla desembarcara en el Departamento de Eficiencia Gubernamental. Hubo guiños en redes y hasta una conversación electoral después del balotaje que Milei le ganó a Sergio Massa en 2023.
La primera vez que se vieron fue en abril de 2024, en uno de los viajes del Presidente a Estados Unidos. Hubo fotos y recorrida a la fábrica de Tesla en Texas.
Diez meses más tarde protagonizaron un momento llamativo en la CPAC, la Conferencia de Acción Conservadora, en Washington. Ese día fue el del show de la motosierra.
“Hola, amigo”, lo saludó Milei a Musk en el hotel donde estaba alojada la comitiva argentina. Se reunieron 45 minutos. En ese encuentro el libertario le obsequió una motosierra, uno de los gestos más importantes para el Gobierno, dado el significado que tomó esa herramienta, símbolo del ajuste.
Fue también un guiño a la función que hasta la semana pasada venía cumpliendo el magnate en Estados Unidos, como líder del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), presentado para el público argentino como una suerte de Federico Sturzenegger estadounidense.
La motosierra le fue entregada a Musk en ese encuentro privado, dentro de un estuche marrón. Es una réplica de la que Milei tiene en su despacho. Venía de Villa Urquiza, de la casa del inventor que fabrica artesanalmente ese fetiche libertario.
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“Esta es la motosierra para la burocracia”, las palabras de Musk al recibir la motosierra
Pero hubo presentación pública. Fue cuando Musk subió al escenario de CPAC. “El presidente Milei tiene un regalo para mí”, dijo el dueño de la red social X. Desde atrás ingresó el Presidente agitando la motosierra en alto. Se la entregó a Musk, que le estrechó la mano y también elevó la herramienta. Tras golpearse el pecho en señal de cariño, Milei aplaudía y mostraba los pulgares arriba al público. Pero el show era de Musk.
“Esta es la motosierra de la burocracia”, celebró el empresario de origen sudafricano. La música estaba en alto y, poco a poco, Milei quedaba en segundo lugar. Volvió a acercarse para saludar a Musk y se retiró del escenario.
Quedaron Musk. Y la motosierra, que -según adelantó entonces el magnate- iría a parar a su oficina del Departamento de Eficiencia Gubernamental. El mismo despacho que dejó el pasado 30 de mayo.