pasó de estrella de Hollywood a tener problemas con las drogas y vivir de OnlyFans

A los 7 años, Amanda Bynes ya tenía su lugar asegurado en Hollywood. Gracias a su carisma, su talento y su belleza, los productores quedaron impresionados y no pararon de darle oportunidades. Durante sus primeros cuatro años en pantalla, participó de All That, un programa de sketches de comedia de Nickelodeon.

Más adelante, empezó a ganar protagonismo dentro de la cadena de televisión infantil, y protagonizó su propia serie: El show de Amanda. A partir de allí, fue como estrella invitada a varios shows exitosos de la época y empezó a aparecer en la pantalla grande. Participó de varias películas adolescentes, como Un gran mentiroso, Lo que una chica quiere, Una chica en apuros y Hairspray.

Y a pesar de que parecía que Amanda Bynes lo tenía todo para convertirse en la próxima gran estrella de la industria, los excesos, las presiones de Hollywood y la falta de acompañamiento psicológico la terminaron alejando del medio.

A los 24 años, en 2010, tras participar en lo que fue su última película, Easy A, protagonizada por Emma Stone, Bynes abandonó definitivamente la actuación, dejando en shock a sus fans de todo el mundo. En ese momento, parecía inexplicable su retiro. Sin embargo, con el pasar del tiempo, quedó de manifiesto que la joven no encontró otra salida.

Apenas dejó su carrera de lado, Amanda empezó a protagonizar varios escándalos públicos, provocados por sus trastornos alimenticios, sus adicciones y sus problemas de salud mental. Su primera gran polémica fue en el año 2012, cuando fue arrestada por manejar drogada en Los Ángeles.

En 2013, en Nueva York, Bynes fue acusada de posesión de marihuana y, una vez más, terminó tras las rejas. Tan sólo unos meses más tarde, volvió a caer presa tras iniciar intencionalmente un incendio en una vivienda abandonada. En ese momento, la Justicia la evaluó y determinó ordenar su internación por problemas de salud mental.

Por la situación delicada en la que estaba, los padres de Amanda obtuvieron su tutela temporal. Sin embargo, en 2014, una vez que volvió a ganar autonomía, la actriz aseguró en su cuenta de Twitter que su papá abusó de ella, sexual y emocionalmente con el conocimiento de su madre. Aunque, cuando ambos aseguraron públicamente que eran inocentes, Bynes se retractó en otro posteo en sus redes sociales.

“Mi papá nunca hizo ninguna de esas cosas. El microchip en mi cerebro me hizo decirlo, pero él es quien ordenó que me lo colocaran”, escribió Amanda, dejando en evidencia que seguía con problemas de salud mental. Días después de este incidente, se dio a conocer que la actriz fue diagnosticada con esquizofrenia y trastorno bipolar, por lo que su tutela volvió a manos de su madre.

En 2018, Amanda Bynes dio su primera entrevista en años con la revista Paper, tras alcanzar cuatro años de sobriedad con la ayuda de sus padres. Allí, confesó que empezó a drogarse con marihuana y éxtasis mucho antes de decidir abandonar su carrera. Sin embargo, para ella, lo que realmente la descarriló fue su abuso del Adderall, un medicamento para el déficit de atención hecho a base de anfetamina.

Para conseguir esa droga, que entre los efectos secundarios prometía ser adelgazante, Bynes aseguró tener falsos problemas psicológicos frente a los profesionales de la salud. “Iba a psiquiatras fingiendo síntomas”, confesó.

Sin importar que, al momento de la entrevista, la actriz parecía nuevamente encaminada, ya que se encontraba estudiando en la universidad, alejada de las sustancias, su recuperación no se sostuvo durante mucho tiempo y tuvo varias recaídas. Aunque, en medio de su oscuridad, logró graduarse de diseñadora en la Fashion Institute of Design and Merchandising.

“En los últimos años, he estado trabajando duro para mejorar mi salud y para poder vivir y trabajar de forma independiente. Continuaré dando prioridad a mi bienestar en este próximo capítulo”, escribió en Twitter tras su logro académico.

Luego de que caducara la tutela de sus padres en 2022, Amanda comenzó una nueva etapa de su vida, reapareció de a poco en las redes sociales. Un año más tarde, fue nuevamente internada en un psiquiátrico de manera preventiva, luego de que un hombre la encontrara deambulando desnuda por la calle. Tras ser controlada por varios médicos, fue liberada.

En diciembre de ese mismo año, anunció su nuevo proyecto: un podcast. Aunque, para sorpresa de pocos, duró tan sólo un episodio. Hace unos meses, tras mostrar que vende curiosos cuadros en una galería de arte, Bynes invitó a sus fans a sumarse a su cuenta de OnlyFans, a partir de la que obtiene sus principales ingresos hoy en día.

Aunque muchos esperaban ver desnudos en su cuenta en la plataforma para adultos, desde que anunció su apertura con una historia de Instagram, la actriz aclaró que esta no era su intención. “¡Ya estoy en OnlyFans! Advertencia: solo usaré la cuenta para chatear con mis fans a través de mensajes directos. No voy a publicar ningún contenido indecente. Estoy emocionada de unirme”, aseguró.

Y, a pesar de que no haya rastro de que Amanda pueda volver a parecerse a aquella estrella infantil que enamoró a miles de espectadores de todo el mundo, todavía tiene miles de fans que la respaldan en todo y confían en que va a recuperarse. “Estaremos para vos siempre”, “Seguí adelante”, y “Gracias por hacer nuestra infancia tan especial, estamos acá para vos Amanda”, fueron algunos de los comentarios que dejaron sus seguidores en su último posteo.