Es muy probable que todos hablen de Gatillero por el hecho de que está rodada en un único plano secuencia, al estilo de cada capítulo de la serie Adolescencia, de Netflix. Pero la película de Cristian Tapia Marchiori tiene muchos más méritos que ése.
Es un filme de acción, con una trama que atrapa y asfixia, con situaciones contadas en tiempo real que están bien desarrolladas y a las que no les sobra nada.
Obvio que el hecho de estar contada en un solo plano ha obligado al equipo técnico y al elenco a tener todo aprendido y sincronizado a la perfección. Y es evidente e indiscutible que al estar acotada a los 80 minutos corridos, desde que empieza hasta que termina, el guion no puede permitirse elipsis de tiempo ni tampoco mostrar algo que no esté sucediendo allí, y ahí, al instante.
La trama de Gatillero se centra en Pablo “El Galgo” Correa (Sergio Podeley) y transcurre una noche en las calles y las casitas de la Isla Maciel. El Galgo es un sicario recién salido de prisión, que no ha tenido tiempo, o no ha querido, ir a ver a su hija, y al que ya mismo le encomiendan un trabajito, apenas acaba de cometer un asalto.
No es gran cosa lo que le piden: pasar por la puerta de un negocio y disparar unos cuantos tiros, con el mero fin de amedrentar a sus dueños, que no han cumplido con la “cometa” acordada.
Pero, y sí, ya dijimos en otras oportunidades que sin un pero muchas películas no podrían funcionar, un par de malandras se la tienen jurada y la traición a la que lo someten hará que la película no arranque, porque ya había arrancado bien arriba, pero sostenga el ritmo vertiginoso con el que había empezado.
Más allá de la proeza o destreza técnica del plano secuencia -así como Hitchcock en Festín diabólico, cuando se le terminaba el rollo de película a los 18, 19 minutos se iba contra una espalda o un fondo oscuro para no revelar el corte, aquí, me parece, hay uno en medio de una pelea callejera, cuando un personaje cae al suelo y el barrido esconde el corte- Gatillero va ofreciendo sorpresas a medida que se desarrolla la trama.
Por eso el papel de Julieta Díaz (La Madrina, la jefa de una de las bandas) tarda en aparecer en persona. Y lo bien que ha hecho el guion en descubrirla tarde, porque genera inquietud, intriga.
Pero Gatillero no es una de guerrillas entre narcos, porque también incluye a los habitantes del barrio que deciden o ven la oportunidad de tomar manos en el asunto y liberarse de los, digamos, malos.
Estrenada en el Bafici en la Competencia internacional, llega este jueves a los cines de todo el país. Que no son muchos, así que, a buscarlos.
Thriller. Argentina, 2025. 80’, SAM 16. De: Cristian Tapia Marchiori. Con: Sergio Podeley, Julieta Díaz, Ramiro Blas, Maite Lanata, Mariano Torre, Matías Desiderio. Salas: Hoyts Quilmes y Unicenter, Cinépolis Recoleta, Avellaneda, Pilar y Luján, Lorca, Showcase Norcenter y Haedo.