Llegó el hombre, el presidente. Llegó el Mostro. Así, como saluda Juan Román Riquelme a todos los que se le acercan para pedirle autógrafos, fotos y hasta entrevistas. El Mostro, la deformación de monstruo, que en la jerga del fútbol se utiliza para realizar un elogio enorme, fuera de lo común. Monstruoso.
El presidente de Boca pisó suelo estadounidense cerca de 7.30 locales y una hora más tarde ya estaba en el hotel Hyatt Las Olas de Fort Lauderdale, donde la delegación del conjunto argentino se aloja en la previa del inicio del Mundial de Clubes y a tres días del debut del equipo de Miguel Ángel Russo, ante Benfica, en el Hard Rock Stadium de Miami.
Todavía no se había aclimatado al calor de la Florida. Bajó de una camioneta negra con pantalón de jean y campera de Boca, vestigios del frío de Buenos Aires. Y no lo hizo solo, trajo dos refuerzos debajo del brazo: Marco Pellegrino, el central zurdo que le compró al Milan por 4 millones de dólares (se tiene que recuperar de un desgarro) y Malcom Braida, el ex San Lorenzo que ejecutó la cláusula de salida para sumarse al plantel de xeneize y seguir el camino de Russo desde el Bajo Flores. También llegó Mateo Mendía.
¿Y Leandro Paredes? El volante central ya tiene la oferta de Riquelme en el bolsillo y está de vacaciones en Miami. Justo. Ya avisó que tiene ganas de estar como espectador en el debut ante Benfica y hasta se espera que asome en el banderazo del domingo, en Collins y 80. “De eso se ocupa Román”, había dicho Russo. Y Román se ocupó.
Como cuando jugaba, que le tiraban la pelota para que él resolviera, ahora pasa lo mismo. Román tiene la pelota otra vez bajo la suela y resuelve. “Mi ilusión es más grande que la que teníamos en enero”, dijo frente a los medios que esperaban su llegada entre los que se encontraba Clarín. La traducción es sencilla: la oferta que se le hizo a Paredes es mucho mayor que la que se hizo a principio de año.
“Sí es verdad que hablamos seguido, tengo la suerte de tener una relación con él desde siempre, la realidad es que de mi parte tenemos mucha ilusión, él sabe que tenemos muchas ganas de contar con él, que las puertas del club están abiertas. Ojalá que a la vuelta del Mundial de Clubes lo podamos tener con nosotros. En enero se habló mucho, varios colegas de ustedes han dicho pavadas, ahora tengo ilusión. Sabemos todos que nos daría mucha felicidad contar con él y la ilusión que uno tiene es que pueda volver a La Bombonera. El regreso de él sería más importante que el mío, porque yo ya no juego más”.
Es la primera aparición pública de Riquelme después de los reproches y la reprobación de un sector de la platea media de la Bombonera tras la derrota con Independiente que insultó a “la comisión”. Para Román es fundamental que el equipo muestre otra cara en el Mundial de Clubes y espera que de la mano de Russo el plantel vuelva a encarrilarse.
Por ahí se explica la decisión de Riquelme de ir a buscar a Russo. Quiere disciplina en el plantel, que se depuren algunos “vicios” que tienen algunos jugadores y trabajen con seriedad y compromiso.
“Para nosotros es muy importante estar acá, estamos felices, con mucha ilusión. Los muchachos ya están entrenando hace varios días, ahora se van a integrar varios más y eso para nosotros es muy importante”, indicó.
“Para nosotros fue algo bueno (lo de Braida y Pellegrino), tenemos poco tiempo, porque todos los clubes están de vacaciones. A la vuelta tendremos bastante tiempo todavía, pero nosotros estamos contentos con el plantel que tenemos, con los jugadores que se han incorporado”, agregó el presidente de Boca.
Desde el partido con Independiente hasta el debut ante Benfica mucha agua pasó bajo el puente. Llegó Russo, algunos refuerzos, se ajustó la cuerda con el plantel y la incorporación de Paredes está casi cerrada. Pero Riquelme sabe que todavía falta algo para recuperar la confianza de ese grupo de hinchas que lo cuestionan. El Mundial de Clubes se presenta como una oportunidad para hacer historia. Para que el Mostro vuelva a sorprender a todos, sin espantar a nadie.