Los gatos son compañeros únicos: mimosos cuando quieren, pero también muy independientes. No necesitan salir a la plaza, ni paseos diarios. De hecho, suelen adaptarse muy bien a la vida dentro de casa.
Otra característica que los define es su limpieza impecable. Son animales naturalmente muy higiénicos que pasan gran parte del día acicalándose y manteniendo su pelaje impecable.
Además, tienen una gran preferencia por mantener limpio su espacio para hacer sus necesidades, lo que hace que la caja de arena sea fundamental en su hogar.
Entre sus hábitos curiosos, uno que llama la atención de quienes recién conviven con ellos es su costumbre de enterrar sus heces. Esta conducta puede parecer sencilla, pero ¿por qué los gatos entierran sus heces?
Puede parecer simplemente una cuestión de limpieza, pero lo cierto es que cuando un gato entierra sus heces está respondiendo a un comportamiento instintivo mucho más profundo.
Según el portal Muy Interesante, esta conducta tiene que ver con cómo los felinos se comunican, se relacionan con su entorno y hasta con cómo perciben a quienes los rodean.
Estudios sugieren que hasta el 90% de los gatos domésticos muestran este comportamiento, reflejo de un instinto que viene de sus ancestros salvajes.
En la naturaleza, los gatos, como muchos otros animales, utilizan tanto la orina como las heces para dejar señales. A través de las feromonas presentes en estos desechos, pueden transmitir información a otros miembros de su especie: quiénes son, por dónde pasaron y si ese territorio ya está ocupado.
Lo curioso es que, aunque para nosotros todos esos olores puedan parecer similares o desagradables, ellos los distinguen claramente gracias a su agudo sentido del olfato, que es entre 14 y 40 veces más potente que el humano.
Los grandes felinos, como los leones o los jaguares, suelen dejar sus heces a la vista como una forma clara de decir “esto es mío” y marcar su territorio sin temor a represalias. En cambio, los gatos más débiles o de menor jerarquía las entierran cuidadosamente, como estrategia para evitar conflictos con otros más dominantes.
Es decir, no marcar es también una forma de pasar desapercibido y evitar enfrentamientos, algo fundamental para su supervivencia en un entorno competitivo.
Este instinto también cumple una función defensiva muy importante: al esconder sus heces, los gatos salvajes reducen el riesgo de ser detectados por depredadores, sobre todo si tienen crías cerca que necesitan proteger.
Aunque los gatos domésticos no enfrenten esas amenazas reales, ese reflejo natural de cubrir sus rastros sigue intacto y activo en su comportamiento cotidiano.
Otra curiosidad que menciona Muy Interesante es que cuando tu gato tapa sus heces con mucho cuidado y dedicación, podría estar reconociéndote como el “jefe” o líder del territorio, mostrando así una actitud subordinada hacia vos. En hogares tranquilos, los gatos suelen aceptar esta posición jerárquica frente a sus dueños.
Por el contrario, si tu mascota no usa la caja de arena o no entierra sus heces, podría estar intentando marcar territorio para imponerse o puede estar señalando algún problema de salud.
De hecho, ciertos gatos que no esconden sus excrementos pueden estar atravesando molestias físicas como infecciones urinarias, problemas digestivos o estrés.
También puede ser que simplemente no hayan aprendido este comportamiento porque no lo vieron en su madre durante sus primeras semanas de vida. Aunque el instinto está, la conducta también se desarrolla a través del aprendizaje y la imitación.
Y no son los únicos que utilizan esta estrategia: animales como marmotas, armadillos y visones también esconden sus desechos, ya sea para evitar ser detectados por depredadores o para evadir peleas territoriales.
Esto demuestra que la conducta de enterrar las heces es una táctica común en la naturaleza para la protección y la convivencia pacífica.