River recibió este domingo por la tarde la primera ola de calor humano en Seattle. Justo cuando la temperatura está subiendo y el sol se abre paso entre las nubes, los hinchas del Millonario empezaron a desembarcar en esta ciudad, en uno de los extremos de Estados Unidos, y fueron directamente a la puerta del hotel The Westin, donde está alojada la delegación riverplatense. Hubo, obviamente, match inmediato entre los fanáticos y los jugadores que conduce Marcelo Gallardo, que recibieron junto al DT la primera gran muestra de amor, aliento y afecto desde que llegaron a la tierra del Mundial de Clubes.
En fila india, el Muñeco y los jugadores fueron apareciendo en escena antes de las tres de la tarde de aquí (las siete de la Argentina). Los primeros en salir fueron el entrenador y el subcapitán, Enzo Pérez. Ambos frenaron para saludar a los hinchas, firmarles autógrafos y sacarse fotos. Todo mientras más de un centenar de simpatizantes se hacían oír y deliraban de felicidad por tener a sus ídolos tan cerca.
“Muñeeeco, Muñeeco”, empezaron a gritar para bañar de calor humano al entrenador más ganador de la historia del club. Y siguieron con cada jugador que hacía escala por el lugar. Fueron varios. Desfilaron Nacho Fernández, Franco Armani, Germán Pezzella, Marcos Acuña, Pity Martínez, Milton Casco, Lucas Martínez Quarta, Facundo Colidio, Kevin Castaño, Rodrigo Aliendro, Paulo Díaz, Manuel Lanzini y Franco Mastantuono.
El pibe fue uno de los últimos en salir y no tuvo problemas para parar y tener un grato momento con la gente, después de todo lo que se habló por su venta al Real Madrid. Los hinchas le brindaron mucho afecto. “Sos crack Mastan”, le gritó uno. Y otro hasta le dio un consejo: “Franco no cambies nunca”, le dijo. Y le dio un vaticinio sobre su futuro: “Vas a seguir los pasos de Messi”. Le agradecían y le pedían que la “rompa toda”.
Grandes, medianos y chicos estaban emocionados por lo que estaban viviendo en este rincón del mundo, en el noroeste de los Estados Unidos. Quedó reflejada esa locura cuando una mujer, que llegó con una amiga desde Buenos Aires, sacó el celular e hizo una videollamada con su familia para transmitirle lo que estaba viviendo en ese momento.
“Hoy te vinimo’ a alentar, para ser campeón hoy hay que ganar”, cantaban, mientras algún vecino de esta ciudad se enojaba porque no podía pasar por ese sector que había sido vallado por los hombres de seguridad del hotel y del plantel. Y también se acordaron del eterno rival. “Tomala vos, damela a mí, el que no salta murió en Madrid”, entonaron.
Hasta que llegó el momento en el que se subieron todos al micro para ir al complejo deportivo del Seattle Sounders para el entrenamiento y hubo un fuerte aplauso de los hinchas. “Vamos, vamos, vamos River Pleeeiiii”, gritaban y levantaban sus brazos como si estuvieran en el Monumental.
A pesar de lo dificultoso que es llegar a esta ciudad -hay que recorrer una gran cantidad de kilómetros y hacer sí o sí escalas desde Buenos Aires u otras parte del mundo (una o más) con vuelos cuestan entre 1.600 y 2.000 dólares y un poco más también- los hinchas de River empezaron a llegar y ya se hicieron ver en Seattle. Y ya armaron una confraternidad con los argentinos que también son fanáticos del club de Núñez y que por diferentes circunstancias, ya sea por trabajo, estudios, voluntariados, o la vida misma, residen en esta ciudad. Todo con esfuerzo, pasión y mucha fuerza de voluntad. Escapándose de la rutina o planificando vacaciones. Y hasta con algunas locuras de por medio.
Los hinchas de River están en Seattle y en las próximas horas llegarán unos cuantos más. Para seguir dándole calor al Muñeco y los jugadores y alentarlos en el Mundial de Clubes.