Alex Cooper es una verdadera estrella de las redes sociales y una referente para las nuevas generaciones, sobre todo para las mujeres. En 2018, creó Call Her Daddy, un podcast con foco en temas como relaciones amorosas, sexo, y cultura pop que, con un tono humorístico, logró cautivar a millones de personas. Con el pasar de los meses, se convirtió en uno de los más escuchados del mundo en Spotify y, hasta hoy, se mantiene en el podio.
Con el podcast, las conversaciones picantes y las experiencias íntimas de Cooper se transformaron en una mina de oro que actualmente está valuada en millones de dólares. Gracias a su éxito, tuvo la oportunidad de entrevistar a grandes figuras de la farándula como Paris Hilton, Jane Fonda y Miley Cyrus. Sin embargo, no todo fue color de rosa durante el camino hacia el éxito.
Antes de que tuviera la idea de hacer un podcast desde su pequeño departamento de Nueva York, Alex soñaba con convertirse en la próxima gran figura del fútbol femenino. Para lograrlo, entrenó toda su vida y logró conseguir una beca deportiva en la Universidad de Boston para financiar sus estudios superiores y seguir creciendo como deportista. Pero lo que parecía ser un sueño hecho realidad se convirtió en una verdadera pesadilla.
En el documental que acaba de estrenar en Disney+, Alex Cooper: la voz detrás de Call Her Daddy, la influencer reveló por primera vez el calvario que sufrió durante sus últimos años como deportista. Durante mucho tiempo, había convencido a sus fans de que su cambio rotundo de vida se debía a que se metió en problemas con la universidad tras la difusión de fotos suyas en bikini en un portal deportivo. Sin embargo, esta historia era tan sólo una pantalla que ocultaba la oscura verdad detrás de su salida del mundo del fútbol.
En su documental, Alex contó abiertamente por primera vez que su entrenadora de fútbol universitaria, Nancy Feldman, la tocaba de manera inapropiada y la incomodaba constantemente con cometarios subidos de tono en los entrenamientos. Durante la presentación del proyecto, en el Festival de Cine de Tribeca, la podcaster compartió con la prensa detalles de lo ocurrido.
“Me hacía entrar a su oficina, sólo para estar mirándome fijamente. Sentarse a mi lado en el sofá. Poner su mano en mi muslo. Me sentía profundamente incómoda”, relató. Y aclaró: “Yo estaba asistiendo a la universidad con una beca completa. Si no seguía las reglas de esta mujer, me debía ir”.
Asimismo, aseguró que la entrenadora indagaba constantemente sobre su vida sexual sin motivo aparente para hacerlo. “Una mañana, mi entrenadora se enteró de que me llevaron al campus de un chico con el que estaba saliendo y solicitó una reunión privada entre nosotras. Ella me pregunta, ‘¿Tuviste sexo anoche?’”, confesó.
Al parecer, Friedman usaba esta información para castigar a Alex: cada vez que estaba con un chico no la dejaba jugar en el partido siguiente. Sin embargo, estas reglas no se aplicaban para el resto del equipo. “Era este juego psicótico de, ‘¿Quieres jugar? Cuéntame sobre tu vida sexual. Tengo que llevarte a tu clase nocturna. Sube al auto conmigo a solas’”, aseguró.
Una vez que el acoso se salió de control, Alex decidió contarles a sus padres, quienes contactaron a un equipo de abogados para iniciar acciones legales en contra de la entrenadora. Sin embargo, los letrados les dijeron que el proceso tardaría años, e iba a ser muy difícil conseguir una condena. Al evaluarlo, parecía haber más contras que pro en llevar el caso a la Justicia.
Por ello, la familia completa decidió ir a contarles lo que sucedía a las autoridades de la Universidad de Boston. “Mis padres y yo nos sentamos con el decano de atletismo, y mi mamá y papá le dijeron, ‘Nuestra hija fue acosada sexualmente por Nancy Feldman durante los últimos tres años en este campus, y desde el primer año hasta el día de hoy, escribimos cronológicamente cada cosa que mi hija me nos contó llorando sobre lo que esta mujer le ha dicho y hecho.
Sin embargo, la respuesta no fue la que esperaban. “Ellos dijeron ‘No la vamos a despedir pero podés mantener toda tu beca y eso es todo’. Sin investigación. En cinco minutos, habían rechazado completamente todo lo que había pasado. Me subí al auto con mis padres y cuando la puerta se cerró inmediatamente rompí en llanto”, recordó.
Para Alex, sacar todo esto a la luz de una vez por todas es una forma de sanar, ya que puede ayudar a visibilizar una situación que viven a diario cientos de mujeres de todo el mundo. “Durante la filmación del documental, me enteré de que el acoso y abuso de poder aún ocurren en el campus de la Universidad de Boston. Hablé con una de las víctimas. Escuchar su historia fue horripilante y supe en ese momento que si no hablo sobre esto, va a seguir ocurriendo”, concluyó.