La ralentización del metabolismo, los cambios hormonales y la disminución progresiva de la masa muscular son algunos de los factores fisiológicos que explican por qué, a partir de cierta edad, los excesos dejan una huella más profunda.
Una comida rica en grasas puede traducirse en digestiones más lentas. Un atracón de dulces, en un pico de glucosa más duradero. Y una noche de copas, en una resaca que se alarga más de lo previsto.
María de los Ángeles García, conocida como Boticaria García es una farmacéutica, dietista-nutricionista, óptica y optometrista española que se ha convertido en una figura de referencia en la divulgación científica y sanitaria en España. Ella ha hablado sobre lo mucho que nos cuesta eliminar los excesos cuando cumplimos 40 años.
Javier Butragueño es Doctor en Ciencias de la Salud y nos saca de dudas: “Durante la transición de la perimenopausia a la menopausia podemos ir cogiendo entre 0,5 kilos y 0,7 kilos a lo largo del año.
Por un lado disminuyen los niveles de estrógeno, disminuye la masa muscular y se ralentiza o funciona peor el metabolismo.
Esta ganancia de peso no es un fallo personal ni un castigo. Es, en gran parte, consecuencia de los cambios hormonales naturales que afectan al metabolismo, la distribución de la grasa corporal y la composición muscular. Los estrógenos disminuyen, la masa magra tiende a reducirse, y la grasa abdominal gana terreno.
Tal vez no se trata de luchar contra el cuerpo, sino de escucharlo. De adaptar nuestros hábitos, más movimiento, mejor descanso, alimentación consciente, sin caer en la culpa o en el mito de “recuperar” lo que éramos.