Cuando en abril de 2018 el actual presidente Luis Inacio Lula da Silva llegó a Curitiba para entrar a la sede de la Policia Federal de la Ciudad en el Estado de Paraná, miles de sus seguidores, intelectuales, periodistas y movimientos sociales en la izquierda brasileña se organizaron para lanzar la campaña física y digital que se conocería luego a nivel internacional como el Lula Libre, o Lula Livre en portugués.
La movida para lograr la liberación del líder acusado de corrupción y preso tras varias instancias judiciales tuvo hasta su gesto físico con la “L” de las manos, con el anular y pulgar.
La campaña no sólo creció en militantes y acciones en favor de Lula da Silva, sino que en Curitiba se transformó en una vigilia permanente, un campamento para acompañarlo y resistió los 580 días en los que estuvo preso, hasta que el Supremo Tribunal Federal, de Brasil anuló las condenas en su contra por fallas en el debido proceso.

Foto AFP
Ahora, con ese espejo brasileño, el sector del kirchnerismo más ligado al plano internacional lanzó la movida llamada Argentina con Cristina, que tiene también como lema Cristina Inocente y que ya empieza a conocerse con el “Cristina Libre”, que emula al Lula Libre.
De acuerdo a lo que dijeron los organizadores a Clarín irá evolucionando o cambiando según la situación judicial de la ex presidente y según se cumplan los pedidos de la defensa o no, como por ejemplo que se le permita recibir visitas, salir al balcón de su casa, lo opuesto a quienes buscan máxima restricción.
Más aún, están invitando a lo que llaman ya como una suerte de “veedores internacionales” para que participen el miércoles de la marcha K que la va acompañar hasta los tribunales de Comodoro Py. Prometen que será multitudinaria, y están con crispada preocupación por el hecho de que no los dejen manifestarse frente al departamento de su líder ubicado en la calle San José al 1100.
Este último sábado hubo un primer encuentro del Cristina Libre con unos cien dirigentes de izquierda de todo el mundo, entre virtual y presencial desde el PJ Nacional. Lo lideró el Secretario de Relaciones Internacionales del Partido, Gustavo Menendez. Y se vio a los ex cancilleres Jorge Taiana y Felipe Solá. A referentes muy cercanos a la ex presidenta como el ex viceministro de Justicia Martín Mena y la también camporista Anabel Fernandez Sagasti, senadora, junto a otros referentes internacionales como el parlamentario del Mercosur Gabriel Fuks, el ex embajador ultra K en la OEA Carlos Raimundi y Sol Magno referente regional del partido.
Este lunes, el Cristina Libre siguió con un zoom desde el Instituto Patria, con el senador Oscar Parrilli al mando de la organización de los próximos movimientos por la ex presidenta. Ahí se sumaron otros dirigentes que están involucrados en la campaña internacional como los diputados Eduardo Valdés y Santiago Cafiero, ex canciller. Y participaron diputados de otros países en la región, entre ellos algunos del PT, de Brasil.
Hoy hay un equipo kirchnerista abocado a defender en el frente internacional a Cristina para buscar apoyos, mientras que la defensa judicial de la ex mandataria intentará avanzar en organismos internacionales para lograr encontrar un fallo favorable contrario a la confirmación de la condena por parte de la Corte Suprema. Juristas internacionales consultados por Clarín como Santiago Cantón ven ese camino como muy difícil.
La semana pasada consiguieron algunos pronunciamientos internacionales, pero todo fue muy tibio. Entre ellos los del Grupo de Puebla, a través de los contactos del ex titular de Patria Grande Matias Capelutto con el Grupo que moviliza el chileno Marco Enriquez Ominami. Entre las firmas de apoyo estaba la de Alberto Fernández, pionero del Lula Libre. Más aún, es sabido que el propio presidente brasileño sintió que Alberto Fernández lo apoyo desde la primera hora, con una visita a la cárcel mientras que la expresidenta apenas se inmutó.
Sin embargos, Lula tuiteó días pasado que se había comunicado con Cristina para transmitirle su solidaridad. También se expresaron a favor de ella la presidenta Claudia Sheinbaum, de México, y los ex presidentes Rafael Correa y Evo Morales quienes dicen ser víctimas de una persecución judicial con fines políticos como lo seria Cristina. Es lo que llaman el Lawfare.
¿Qué buscan? Preguntó Clarín, y respondieron: “poner en la agenda internacional lo que creemos, que hay una persecución y la proscripción al peronismo en la Argentina”. Consideran que se encuadra en lo que le ocurrió a Lula en Brasil y Rafael Correa, en Ecuador. “Usan la justicia para condicionar la democracia”, redondearon.
En el medio de todos los mensajes aparecieron el régimen cubano y el venezolano pidiendo por su amiga.

EFE
Lo de Lula y Cristina no es exactamente igual porque, en primer lugar, al ex mandatario lo encarcelaron por un triplex que según la acusación recibió como dádivas en el marco de la operación Lava Jato.
La prueba contra Cristina y los otros condenados durante su juicio es abrumadora. Por otra parte, la Corte Suprema de Argentina confirmó la pena de la ex mandataria a seis años de prisión e inhabilitación para cargos públicos de por vida. A Lula el máximo tribunal de justicia se la anuló y pudo volver a competir. Ganó las elecciones de diciembre de 2022 contra su enemigo, el derechista Jair Bolsonaro, que enfrenta una causa en la que también dice ser un perseguido politico.
La campaña del Lula Libre empezó con la prisión de Lula en Curitiba. El Partido de los Trabajadores (PT) trató de mantenerlo como candidato hasta agosto de 2018, pensando que la Constitución garantizaba que un preso pudiera serlo. Pero en la Corte Electoral confirmó que eso no iba a ser posible y entonces el ex presidente pasó la candidatura a su hoy ministro de Finanzas, Fernando Haddad. Las elecciones las ganó entonces Jair Bolsonaro.
Una de las primeras reuniones y actividades del Lula Libre tuvo lugar en Buenos Aires, adonde prendió rápidamente.
Al prohibirsele la candidatura a Lula la campaña cambió de forma pero no murió. Tenia una estructura de coordinación y comités por todo el pais y hasta un Comité Internacional, cuya cabeza fue el conocido asesor del lider del PT, Celso Amorim.
Llegó a su fin con la libertad de Lula y la restitución de sus derechos para competir en las presidenciales que finalmente ganó.