El martes de junio se estrena en la Sala Lugones el documental “Wainrot, tras bambalinas” dirigido por Teresa Costantini sobre el famoso coreógrafo Mauricio Wainrot. En poco menos de una hora, el filme se enfoca en distintos aspectos de la vida y recorrido de este artista nacido en Buenos Aires en 1946, hijo de inmigrantes polacos judíos.
Este último dato es digno de mencionarse, porque la mayor parte de su familia murió asesinada en los campos de concentración nazis, horror que de alguna manera quedó reflejado en su obra Ana Frank, estrenada por el Ballet del San Martín en 1984 y que abrió a Wainrot las puertas de una carrera internacional.
Dos cuestiones, en principio, se imponen como preguntas: ¿bajo qué forma se concentran en una hora las muchas alternativas, producciones y circunstancias de vida del artista?
La otra pregunta es: ¿se sintió reflejado Mauricio Wainrot en esas imágenes, en esas historias profesionales y personales que el film va desplegando?
La voz de la directora
A la primera pregunta responde Teresa Costantini, si bien antes se refiere a su interés por la danza y al origen de este proyecto.

Dice: “me atraen las artes en general y respecto de la danza, soy desde siempre una espectadora. He visto a la compañía de Pina Bausch, a la de Alvin Ailey y a tantas otras que han venido al Teatro San Martín. Entre otras muchas cosas, nunca me perdía los recitales de Iris Scaccheri y vi a Mijail Barishnikov en el Teatro Colón”.
-¿Cómo se produjo el encuentro con Mauricio Wainrot?
-Yo estaba en Madrid presentando mi película Tita, sobre Tita Merello, cuando recibo una invitación de Mauricio para la reposición de La tempestad con el Ballet del San Martín. Nos habíamos cruzado unas pocas veces en ocasiones sociales y una vez tuvimos una reunión en Cancillería.
Le digo que estoy afuera, pero agrego: “Tenemos que hacer un documental sobre tu trayectoria”. Me dijo que le encantaba la idea y empezamos a filmar La tempestad en el Teatro San Martín con tres cámaras. Esto ocurrió en 2018 y al año siguiente Mauricio estaba montando Carmina Burana con el Ballet del SODRE, de Uruguay; allí apareció una oportunidad para continuar.
Agrega Costantini: “Y surgió otra circunstancia: Mauricio estaba trabajando con una compañía en Polonia, en la ciudad de Gdansk, y yo le pedí que se trasladara a Varsovia aunque fuera un solo día, para filmarlo en el lugar de donde partieron sus padres. Al principio no quería, se resistía; pero finalmente lo convencí y pude enviar gente desde Francia para que lo filmara”.
-¿Organizaste un plan previo o el guión se fue armando a medida que avanzaban?
-Se fue armando durante el proceso. Como directora, me vuelco sobre todo a la ficción, pero incluso en un documental tengo que encontrar el hilo de la historia. Me interesaba su biografía al margen de su trayectoria y también me atraía su pulsión creativa. Encontrar un hilo me resultó difícil, pero finalmente fue La tempestad.

-¿De dónde provino el material que compone la película?
-Fue difícil encontrar material de archivo en buenas condiciones, eso fue un enorme trabajo. Por otro lado, yo quería incluir a Carlos Gallardo (N de R: compañero de vida y colaborador artístico de Wainrot, fallecido en un accidente automovilístico en 2008) y al principio fue complicado, pero después aparecieron algunas filmaciones.
-¿En qué punto consideraste que había que darle un cierre al documental? O mejor dicho, ¿qué de todo lo que habían filmado querías que quedara?
-Además de los registros de las obras y de Mauricio mismo, hay varias entrevistas -a Paloma Herrera, Julio Bocca, José Miguel Onaindia, María Riccetto, Luis Faldutti, Igor Yebra y Andrea Chinetti- que también fue necesario editar. Hubo un momento en que, después de varios años de proceso y con tantas alternativas entre medio, decidimos con mi productora Marga Gómez que había que concluirlo. Vimos que con la edición teníamos una extensión de una hora y era una muy buena duración.
Mauricio, el artista detrás de las bambalinas
La entrevista con Mauricio Wainrot ocurre mientras él se encuentra en Montevideo reponiendo Carmina Burana con el Ballet del SODRE.
“Este documental -afirma- es una de las mejores cosas que me pasaron durante esta década. Teresa Costantini había pedido una cita conmigo cuando yo era director de Asuntos culturales de la Cancillería argentina. Justo había visto quince días antes su película sobre Tita Merello, una gran coincidencia. Hablamos de muchas cosas en esa reunión, y se quedó muy encantada conmigo, con mis obras y mi carrera. En un momento dado me propuso el proyecto de un documental”.
-¿Qué emociones o pensamientos te trajo el proceso de filmación?
-Durante mi vida con Carlos Gallardo, era él quien se ocupaba de guardar críticas, notas, fotos y programas sobre nuestro trabajo. Cuando él murió yo no seguí haciéndolo. La película me hizo recordar todo esto.

-El proceso de la filmación muy largo, ¿no es cierto?
-Sí, habíamos ya comenzado cuando llegó la pandemia y después tuve varias operaciones sucesivas, algunas muy graves. Pero siempre estuvo presente Teresa, las preguntas y las respuestas, la película, las fotos.
-¿Una combinación de hechos te llevó a Varsovia y fuiste filmado allí?
-Nunca había pensado en que alguna vez iría a Polonia. Pero me invitaron a montar un programa con obras mías en Gdansk y se lo comenté a Teresa. Ella me convenció de que fuera a Varsovia, un lugar donde no había quedado nada ni nadie de mi familia. Filmamos en el antiguo cementerio judío, el más grande del mundo. Encontré allí nombres conocidos, como el de una actriz judío-polaca que había sido muy famosa -incluso había ganado un Oscar- y que mi mamá admiraba mucho.
-Una vez que concluyeron “Wainrot, tras bambalinas”, pudieron presentarlo en el Festival de Mar del Plata 2024. ¿Qué significó para vos?
-No podía creerlo cuando Teresa me lo contó. Yo había estudiado teatro antes de iniciarme en la danza, pero nunca imaginé que filmaría una película y que el protagonista sería yo.
Video
Tráiler de “Wainrot, tras bambalinas”
-El documental se concentra sobre todo en tu producción pero hay varios pasajes que abordan tu vida personal.
-Mi carrera se hizo también a partir de situaciones emocionales: la creación, por ejemplo, de Ana Frank, cuando se terminó la dictadura. Y también porque se relacionaba con la tragedia de mi familia: mi padre perdió a sus cinco hermanos en los campos de concentración; mi madre, a sus hermanas y además, los dos, a sus padres.
-Tu obra “La tempestad”, que estrenaste en 2006, fue para Teresa un hilo conductor del filme. ¿Desde tu punto de vista también?
-A ella le parece mi obra más importante y pienso lo mismo. Cuando la estrené sentí que yo era, de alguna manera, el personaje de Próspero: que todas mis creaciones y los protagonistas de mis obras están ahí y que se despiden de mí en esa ola final que los va envolviendo. Siempre que veo esa escena me emociono hasta llorar y abrazo a todos ellos, que dieron vida y sentido a mi vida.
Información
Wainrot, tras bambalinas se estrena el martes 24 de junio a las 21, en la Sala Lugones del Teatro San Martín, Corrientes 1530. Habrá dos proyecciones más al día siguiente; a las 15 y a las 18.